El Obispado y órdenes religiosas han cerrado las iglesias al quedarse grande el espacio o por traslados l Una vivienda particular, un bazar chino y un templo evangelista son varios de sus nuevos usos
Fuente: Deia
Bilbao
19/05/25

En imágenes: desacralizadas en Bizkaia una docena de parroquias en lo que va de siglo Miguel Acera / Pankra Nieto
Una docena de templos dependientes del Obispado de Bilbao y de diversas ordenes religiosas dejaron de tener su valor eclesiástico en Bizkaia en lo que llevamos de siglo. Es decir, cada dos años se ha desacralizado un templo cristiano para dar paso a usos tan diversos como un bazar chino en pleno centro de Bilbao, un espacio para aprender artes escénicas en Otxarkoaga, la vivienda de un particular en Sopuerta o simplemente cambiar de culto por otro evangelista en Getxo.
Una dinámica que describe cómo los fieles católicos son cada vez menos en nuestro territorio, aunque según explican desde la entidad que dirige Joseba Segura, “las causas para la desacralización son muy diversas”.
Entre los ejemplos de las últimas desacralizaciones, existen casos en los que la comunidad religiosa que apoya el templo se ha trasladado o porque los locales donde se realizaban los oficios se han quedado grandes “y la feligresía está fragmentada en varias parroquias”, indican desde el Obispado de Bilbao.
Otra causa con mucho peso es la económica. En ocasiones mantener abierta la iglesia no es rentable para las arcas de la parroquia con lo que tiene que cerrar sus puertas y trasladar los feligreses al lugar de culto más cercano donde compartir gastos. También se han desacralizado iglesias “para actuar acorde a las necesidades pastorales y a las propias capacidades”, indican a la vez las mismas fuentes, que especifican que “en varios casos confluyen varias de estas causas”.
La movilidad existente en las ciudades de la feligresía es otro motivo del cierre de los templos. Por ello es en Bilbao donde más templos han perdido su carácter sagrado. Son casi todas pequeñas iglesias ubicadas en lonjas debajo de edificios residenciales que fueron creadas en los años 70 y 80 del pasado siglo, cuando los fieles acudían a misa con asiduidad y que con el paso de las décadas han ido perdiendo adeptos.
Ejemplos de estas últimas son la parroquia San Miguel Arcángel, ubicada en la calle Travesía Ciudad Jardín y clausurada en 2017, o la de Andra Mari de Atxeta, sita en unos bajos del barrio del mismo nombre en Begoña y cerrada dos años después tras casi medio siglo atendiendo a los fieles. En este caso su clausura tuvo como base la puesta en marcha de la remodelación pastoral diocesana en las Vicarías III y VII.
También pasaron igual proceso la iglesia del Santísimo Sacramento, con domicilio en Zurbaran y desacralizada en 2020, el mismo año en que dejó de practicar oficios la parroquia del Espíritu Santo, en la calle Santa Cecilia de Santutxu. Mención aparte merece la parroquia de Cristo Rey, ubicada en un local en la calle Autonomía, muy cerca de la plaza de La Casilla, y que tras cerrarse en 2018 se convirtió en un bazar chino que hoy continúa abierto. Y es especial por dos razones. La fundamental causa de la desacralización fue las pérdidas económicas que arrastraba la parroquia debido a las obras que había que realizar en el edificio industrial donde se situaba y tener una participación en la comunidad de más de un 22%.
Además, la lonja que ocupaba era mucho mayor que las anteriores y sus elementos religiosos fueron rescatados por el Obispado. Además de llamar la atención por la fachada de forja en forma triangular, contaba con unos murales interiores en cerámica que fueron recuperados para ser llevados al edificio del seminario de Derio. Lo mismo ocurrió con algunos otros ornamentos del templo que se trasladaron otros lugares de culto.
Reparto de ornamentos
Así, la imagen de la Virgen se colocó en una columna de la entrada de la iglesia del Carmen, el Sagrario fue instalado en la cercaba iglesia de la Inmaculada, mientras que el convento de las Capuchinas de Basurto recibió los bancos. El destino provisional del retablo de cerámica fue el edificio del seminario de Derio. El órgano electrónico, que acompañaba las celebraciones del templo cerrado, fue acogido por la iglesia de Akorda, en Ibarrangelu.
La que continúa teniendo uso público fue la parroquia del Santísimo Nombre de María, sita en Otxarkoaga, donde oraciones y rezos fueron sustituidos por declamaciones y aprendizaje de la mano de Harrobia Eskena, el Centro de Innovación en Producción Escénica de Bilbao que convirtió el templo en su sede.
En 2012, dejó de acoger fieles la iglesia de la Encarnación de los Padres Dominicos, sita en el barrio bilbaino de Zabala, aunque en este caso no fue una desacralización total, sí se suprimió jurídicamente.
Pero no solo en la capital se han perdido parroquias. En Sopuerta, en 2001, el Obispado puso a la venta la coqueta iglesia de Santa Cruz que años después fue comprado por un solo propietario que, tras una profunda y prolongada reforma, la ha convertido en su domicilio particular.
El templo San Juan Bautista, en Santurtzi, también perdió su función en 2019, aunque se abrió un templo con la misma advocación en una urbanización de nueva construcción del entorno.
Más cercana en el tiempo, en 2022, se desacralizó la parroquia de San Miguel, ubicada en la calle Villa de Plentzia de la localidad Getxo. Un espacio en los bajos de un edificio residencial de alto standing que tardó poco en ser ocupado por otros fieles también cristianos pero de la Iglesia Evangelista de El Camino en este caso.
La falta de vocaciones religiosas en una sociedad cada vez secular también ha supuesto un quebranto para las ordenes religiosas, que han abandonado los conventos y el valor de sus iglesias y capillas. Las más recientes en el tiempo han sido el Hogar de las Hermanitas de los Pobres, cuya residencia de atención a mayores cerró en Santutxu el año pasado junto al altar que acogía, y el monasterio de la orden Franciscana sito en la localidad de Forua.
En este último caso, la desacralización del templo y el abandono de las dependencias monacales es más llamativa si cabe ya que su presencia en la comarca de Urdaibai se remonta al siglo XV en la isla de Izaro, para trasladarse luego a la mencionada localidad de Forua hace más de 300 años. Ahora, el complejo religioso languidece sin apenas cuidados.
El apunte
¿Qué es una desacralización? Es el acto de la autoridad eclesiástica por el que un lugar sagrado deja de tener esa consideración. Supone que ya no se va a celebrar culto en ese edificio. No habrá misas, bautizos, funerales ni cualquier otro acto religioso auspiciado por el Obispado.
¿Qué se hace con las reliquias? Cuando en esa iglesia haya o pueda haber reliquias, que es algo habitual en las construidas con posterioridad a los años 70 del pasado siglo, el decreto religioso suele establecer dónde hay que depositarlas o a quién entregarlas tras la clausura.
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