José María Castillo, en Periodista Digital
Lo que hace y lo que dice este papa está desconcertando tanto a tanta gente en la Iglesia, que cada día aumentan los que, por un motivo o por otro, no se fían de lo que están viendo y oyendo. Es lógico que haya quienes opinan que es pronto para dar un juicio, en el sentido de que estamos viviendo un cambio definitivo o, por el contrario, es pronto para opinar que no tardaremos en ver cómo todo sigue igual que antes. Sea lo que sea y pase lo que pase, lo que no me parece razonable es ponerse ya a sentenciar que no tardaremos en ver que el fracaso de este papa - a primera vista tan innovador - está a la vuelta de la esquina. Y el hecho es que así piensan - y así lo dan a entender - más de dos y más de cuatro, por mucho que intenten disimularlo los que, no sólo no se fían del papa Francisco, sino que en realidad lo que desean intensamente es que se estrelle cuanto antes.
Lo que hace y lo que dice este papa está desconcertando tanto a tanta gente en la Iglesia, que cada día aumentan los que, por un motivo o por otro, no se fían de lo que están viendo y oyendo. Es lógico que haya quienes opinan que es pronto para dar un juicio, en el sentido de que estamos viviendo un cambio definitivo o, por el contrario, es pronto para opinar que no tardaremos en ver cómo todo sigue igual que antes. Sea lo que sea y pase lo que pase, lo que no me parece razonable es ponerse ya a sentenciar que no tardaremos en ver que el fracaso de este papa - a primera vista tan innovador - está a la vuelta de la esquina. Y el hecho es que así piensan - y así lo dan a entender - más de dos y más de cuatro, por mucho que intenten disimularlo los que, no sólo no se fían del papa Francisco, sino que en realidad lo que desean intensamente es que se estrelle cuanto antes.