En un libro-entrevista, que sale este miércoles a la venta, el Pontífice arremete contra el secretario de Ratzinger
Fuente: El Periódico
Por Irene Savio
Roma
03/04/2024
Francisco no ha olvidado los golpes bajos del que fuera el secretario de Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein. Ni muchos menos. Y ahora ha decidido también dar su versión de cómo fueron las relaciones entre los dos Papas desde la renuncia de Joseph Ratzinger en 2013 hasta el fallecimiento del alemán en 2022. Es una de las principales conclusiones a extraer de 'El Sucesor', nuevo libro-entrevista de y sobre Francisco, fruto del trabajo del periodista español Javier Martínez Brocal y que llega precisamente dos años después de que Gänswein apuntara a una convivencia no tan idílica entre los dos pontífices en un libro publicado en ese entonces.
En un claro esfuerzo para romper este relato, en la obra, Francisco critica a Gänswein por haber contado "cosas que no son verdad" difundiéndolas, además, "en el día del sepelio" de Benedicto XVI. "Por supuesto eso no me afecta en el sentido que me condiciona. Pero sí me dolió que se usara a Benedicto XVI". A Gänswein le faltó "nobleza y humanidad". Eso fue "muy triste", dice el Papa en el nuevo libro, al que EL PERIÓDICO ha tenido acceso y que sale a la venta este miércoles en España. "El libro es fruto de tres encuentros celebrados entre julio de 2023 y enero de este año, y unas cuatro horas de entrevista. También ha habido cartas, varias cartas, que usé para precisar algunos detalles, y alguna llamada telefónica", ha contado el propio Martínez Brocal a esta periodista.
En este contexto, Francisco describe una relación entre los dos Papas mucho más conciliadora de la sugerida por Gänswein. Un ejemplo, según Francisco, ocurrió "un día" en el que "algunos cardenales" se presentaron en la casa de Benedicto para "hacerme prácticamente un proceso y me acusaron ante él de que yo promovía el matrimonio homosexual". "Benedicto no se agitó, porque sabía perfectamente lo que yo pienso […] Él siempre me defendió", dice el Papa argentino a Martínez Brocal, periodista de ABC y La Sexta.
"Quizá hubo alguna cosa que hice [ya siendo Papa] con la que él no estaba de acuerdo, pero nunca lo dijo", añade Francisco, al precisar que todo esto incluso lo llevó a decidir de limitar las funciones de los secretarios papales. "Decidí, de entrada, disolver la Secretaría papal". Por eso, "trabajo con dos secretarios que tienen también empleos en otros departamentos y que me ayudan a tiempo parcial. Están conmigo cuatro o cinco años y después son sustituidos".
Intrigas
Aún así, un problema, según Francisco, ya había surgido en el cónclave de 2005, en el que, antes de que Benedicto XVI resultase elegido Papa, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio resultó el segundo candidato más votado. "En ese cónclave, a mí me usaron", explica Francisco. "La idea de quienes estaban detrás de los votos […] consistía en poner mi nombre, bloquear la elección de Ratzinger y después negociar un tercer candidato diferente". "Me contaron más tarde que no querían a un papa extranjero", explica el argentino.
Al hilo de esto, Francisco también defiende a Benedicto como un Papa que, según él, era "un gran teólogo" y un "hombre valiente" y fue el primero en afrontar la cuestión de los abusos cometidos por el clero para "hacer limpieza". "Era un luchador que no tiraba la toalla, que no se rendía hasta que terminaba lo que consideraba justo". Por ello, "además de la cuestión de los Legionarios de Cristo [grupo conservador cuyo fundador fue acusado de todo tipo de delitos], se ocupó de la rama masculina de una congregación religiosa francesa, la Communauté de Saint Jean. Estudió disolverla […] fue un caso también de corrupción y de abuso de poder". El tema, según Francisco, era que Benedicto tenía "un carisma pausado, sin prisa, tranquilo", que "abría caminos", a pesar de que tenía su dimensión de "incomprendido" en algunos medios de comunicación.
Una de las grandes novedades que aporta el libro es también que ya en 2011, siendo aún cardenal de Buenos Aires, Bergoglio ya tenía opositores: "Estaban contra mí de un modo un poco exagerado" en Roma. Tanto es así que, según Francisco, ya ese año "algunos habían armado una historia para que el Papa (Benedicto) aceptara mi renuncia como arzobispo de Buenos Aires". Pero el entonces Pontífice alemán lo rechazó. "Viví esa decisión como una demostración de confianza en mí que agradecí mucho".
Según Francisco, la relación con el alemán, empezada en los noventa, nunca se interrumpió y se mantuvo muy activa mientras Benedicto tuvo suficientes fuerzas. Cuando se reunían, "algunas veces yo tocaba un tema, otras veces él". Y Benedicto a menudo "ampliaba el campo", esto es, "me decía [que] había que mirar por acá, o por allá". De ahí también que, confiesa Francisco, Benedicto fuera el candidato que él mismo eligió en el cónclave de 2005. "Era el único que en ese momento podía ser papa. Después de la revolución de Juan Pablo II [...] hacía falta un papa que mantuviera un sano equilibrio, un papa de transición".
En otro apartado, Francisco también ha contado cómo ha dejado dicho que quiere que se desarrolle su propio sepelio. "Ya no se hará una ceremonia para el cierre del ataúd. Se hará todo en la misma ceremonia, como con cualquier cristiano". "Además, en mi caso me van a tener que llevar a la basílica de Santa María la Mayor. Cuando termine el funeral, que me lleven allá", ha explicado.
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