La ayuda aprobada por el Congreso de EEUU impulsa la carrera de armas, alarga la guerra de Ucrania y da a Israel los medios para erradicar a los palestinos de Gaza.
Fuente: Público.es
Madrid
22/04/2024
Tenían muchas dudas los congresistas estadounidenses para aprobar el multimillonario paquete de ayuda a Ucrania propuesto por el presidente Joe Biden. Lo demoraron durante medio año, con rechazos y bloqueos derivados de la pugna entre republicanos y demócratas. Finalmente, la crisis desatada con Irán, enemigo jurado de Israel, despejó el camino deseado por la Casa Blanca, que, en el fondo, a quien más beneficia es a Estados Unidos.
La cuestión al final ha sido muy simple para los legisladores estadounidenses. Su país apuesta por ser la potencia hegemónica del planeta y ha de estar en todos los escenarios de conflicto mundiales, desde Ucrania a Taiwán, pasando por Oriente Medio. Y se necesita desembolsar dinero, a fin de acomodar voluntades e izar la bandera estadounidense desde el Pacífico al este de Europa.
Y si la mayor parte de esa ayuda revierte en el complejo militar estadounidense, pues más que mejor. Y esto es lo que va a ocurrir especialmente con los solidarios estados europeos que contribuirán con sus compras para su propia defensa y lo que envíen a Ucrania al beneficio de su aliado Estados Unidos, más interesado en armar a fondo perdido a Israel que a perder un solo dólar en el este de Europa.
Son 95.000 millones de dólares los aprobados este sábado por la Cámara de Representantes o Cámara Baja del Congreso estadounidense. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, indicó que esta cámara podría votar el paquete de ayuda este mismo martes, para después ser firmado por Biden. En breve, pues, las armas estadounidenses empezarán a moverse de nuevo hacia los escenarios bélicos de Ucrania y Gaza.
Ucrania, ¿la gran beneficiada o un entrampamiento a medio plazo?
Son 60.840 millones de dólares los que irán a Ucrania, en unos momentos en los que la dirección del país en Kiev teme una victoria rusa, por la escasez de municiones y falta de armamentos eficaces. Ahora, al menos, hay esperanza de frenar a los rusos, que llevan la iniciativa en toda la línea del frente y que podrían estar preparando una gran ofensiva para este verano.
Sin embargo, cuando se analiza ese monto, pronto queda claro que quienes salen en primer lugar beneficiados son las propias fuerzas armadas estadounidenses y las fábricas de armas de EEUU. De ese montante, 23.000 millones permitirán reponer armas, arsenales (sobre todo, de munición) e instalaciones de ¡Estados Unidos!, y 11.300 millones de dólares serán para las operaciones militares estadounidenses que actualmente se llevan a cabo "en la región".
Otros 13.800 millones de dólares servirán para adquirir sistemas avanzados de armamento y equipos defensa. Es éste, realmente, el monto que sí alcanzará Ucrania. Eso sí, tendrán prioridad las empresas estadounidenses que indique el Pentágono. No veremos a compradores ucranianos adquiriendo armas a muchos fabricantes europeos.
Zelenski: EEUU está para proteger la democracia y la libertad
Tras aprobarse el presupuesto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se mostró muy agradecido y dijo que, por suerte para el mundo, "la democracia y la libertad siempre tendrán importancia global y nunca fallarán mientras EEUU ayude a protegerlas". Buena parte de los aliados europeos de Ucrania dieron parabienes semejantes.
Sin embargo, y pese a la esperanza que llega ahora, todos estos meses sin recepción de armas, sobre todo de munición, han dejado una brecha difícil de restaurar. Mientras se van haciendo los cálculos sobre los sistemas defensivos que se pueden entregar a corto plazo a Ucrania, el frente de batalla cambia y no precisamente a favor de los ucranianos.
Este lunes, Rusia afirmó que se había capturado Novomykhailivka, un pueblo a 40 kilómetros al suroeste de la ciudad de Donetsk, capital de la región con el mismo nombre, que actualmente está en manos rusas. Era el segundo gran avance en dos días, después de que el mando ruso anunciara este domingo que había tomado Bogdanivka, una localidad pegada a Chasiv Yar, el bastión cuya caída podría sentenciar la toma de todo el Donetsk por los rusos.
Ahora les toca a los europeos aflojar el bolsillo
Por eso, lo siguiente que hizo Zelenski tras agradecer la aprobación de la ayuda, fue dirigirse a los líderes europeos para que mandaran sus correspondientes aportaciones lo antes posible.
Esto no parece tan sencillo, pues buena parte de las partidas prometidas a Ucrania, sobre todo para la compra de munición, tienen que pasar aún por diferentes laberintos burocráticos de la UE, de ahí que se estén dando iniciativas individuales, como la encabezada por la República Checa para reunir rondas de munición que puedan ser utilizadas prácticamente ya. Un poco más difícil es la propuesta de entregar a Ucrania media docena de sistemas antimisiles Patriot, pero ahí está.
Fue por eso que, la semana pasada el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, hizo una extraña reclamación a los miembros europeos de la Alianza: entreguen los sistemas armamentísticos que tengan a mano, especialmente defensa antiaérea y munición, para sacar a los ucranianos del aprieto actual, que ya después se verá cómo reponer estos arsenales. Esto no gustó a demasiados países.
Miles de millones de dólares en ayuda... a los fabricantes de armas
La guerra de Ucrania ha lanzado a todo el planeta, pero especialmente a Europa, a una carrera armamentística de la que se han beneficiado los fabricantes estadounidenses, los únicos que, curiosamente, siempre saben cuándo se desatará una guerra para tener sus mercancías listas.
En 2023 se dio el mayor gasto militar global desde 2009, con 2,29 billones de euros, es decir, un 2,3% del PIB mundial. Y lo que se viene encima es muchísimo mayor, según los miembros de la OTAN vayan acercando sus presupuestos de defensa al 2% demandado por Bruselas o según se cubran esos 100.000 millones de euros que, al margen de ese gasto, demandan en la UE los países más proucranianos, como Alemania.
Las llamadas a la creación de una industria de defensa europea fuerte se han escuchado en los últimos meses, acompañadas de una propaganda casi infantil sobre la amenaza rusa "inevitable". Como tal manufactura de armas propia no va a ser tan inmediata, solo queda una salida: comprar en Estados Unidos.
La ayuda a Israel que sentencia el destino de Palestina
La celeridad con la que ahora se ha producido la aprobación del paquete de ayuda multimillonario de la Casa Blanca ha respondido al pico de crisis entre Israel e Irán, que ha estado a punto de desatar una guerra en Oriente Medio de proporciones insospechadas.
Por eso, el monto aprobado por la Cámara de Representantes de EEUU para Israel es de 26.400 millones de dólares. Curiosamente, también, esta cifra casi dobla a la primera propuesta por Biden para ese país en octubre de 2023, cuando esta partida iba a ser de 14.300 millones de dólares.
Al final, es el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien sale ganando de estos bandazos de su aliado norteamericano. El ataque israelí al consulado iraní en Damasco, que mató a 13 personas, la mitad altos mandos de Irán, y que desató la crisis con Teherán, con intercambio de ataques muy escenificados, pero inofensivos entre los dos países, le ha permitido a Netanyahu acercar a unos Estados Unidos que estaban muy recelosos del genocidio de palestinos en Gaza y, encima, obtener más respaldo económico a su guerra.
Del nuevo paquete de ayuda a Israel, 5.200 millones de dólares serán para proveer más misiles para los sistemas de defensa antiaérea progresivos que blindan los cielos israelíes: la Cúpula de Acero, la Honda de David y el Rayo de Hierro.
Otros 4.400 millones de dólares servirán para reponer, en EEUU, artículos y servicios de defensa proporcionados a Israel. Estamos con las mismas que en el caso ucraniano. Unos 3.500 millones de dólares permitirán a Israel comprar en Estados Unidos sistemas de armas avanzadas.
La misteriosa ayuda para asistencia humanitaria a Israel
Y hay 9.200 millones de dólares destinados a asistencia humanitaria, como alimentos, servicios básicos y, punto clave, alojamiento, para "poblaciones en crisis". Esta partida, que parecería muy generosa, es la más preocupante.
En la guerra lanzada por Israel en Gaza, se ha desplazado internamente a la práctica totalidad de los 2,3 millones de habitantes palestinos. Ahora, con la ayuda estadounidense, el Gobierno extremista de Netanyahu tiene los medios para deportar a cientos de miles de palestinos, si es que no lo hace con toda la población de Gaza, a asentamientos fuera de los territorios palestinos, por ejemplo, en el Sinaí.
Si no se llega a esta erradicación total de los habitantes de Gaza, una vez se tome Rafah, la última ciudad en pie en la Franja, Israel podrá crear y mantener inmensos campos de desplazados y refugiados para contener a los supervivientes de ese genocidio (como lo ha denominado hasta la ONU) que se ha cobrado ya la vida de más de 34.000 palestinos, sin contar los 8.000 desaparecidos.
Es preciso subrayar que la concesión de la ayuda "humanitaria" contemplada por el paquete estadounidense prohíbe expresamente su gestión por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Medio (UNRWA), demonizada por Israel.
Netanyahu tuvo palabras muy cálidas para la ayuda, que lo aguanta en el poder pese a que dos tercios de los israelíes piden su dimisión. El primer ministro agradeció el "fuerte apoyo bipartidista" del Congreso estadounidense que "defiende la civilización occidental". Es decir, el "civilizado" Israel, con sus crímenes de guerra y violación diaria de los derechos humanos en Gaza y Cisjordania, se presenta como estandarte de esa "civilización occidental" en Oriente Medio.
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