Elecciones en la India: "La prioridad de los nacionalistas es transformar a la India en una nación hindú"

Unos 970 millones de indios están llamados a votar en las nuevas elecciones legislativas organizadas del 19 de abril al 1 de junio. Christophe Jaffrelot, Director de Investigación del Ceri-Sciences Po (autor de L'Inde de Modi. National-populisme et démocratie ethnique), examina el modo en que el partido en el poder, favorito en las urnas, ha instrumentalizado el hinduismo en los últimos años.

Fuente:   es.la-croix.com

Por   Malo Tresca

18/04/2024

Por Elena Ermakova.@Adobe Stock

¿Cuáles son las raíces del movimiento nacionalista hindú reivindicado por el BJP, que podría asentar de nuevo su dominio de la política india tras las elecciones legislativas del 19 de abril al 1 de junio?

El nacionalismo hindú nació a principios del siglo XX, durante el periodo colonial. En 1923, el ideólogo Vinayak Damodar Savarkar (1886-1966) publicó la carta de esta doctrina bajo el título Hindutva: ¿Quién es hindú? con la ambición de definir la identidad de los hindúes, considerados "hijos de la tierra". En ella defendía la idea de que la comunidad hindú es la matriz de la nación india, mientras que musulmanes y cristianos -sospechosos de doble lealtad porque miran a La Meca y Roma- no son más que accesorios que pueden tolerarse en territorio sagrado, siempre que juren fidelidad a los símbolos de la identidad hindú.

El movimiento cobró fuerza con la creación, en 1925, de la Asociación Nacional de Voluntarios (RSS), un grupo paramilitar que inculcaba esta ideología nacionalista a sus miembros, reclutados desde la infancia. Tras la independencia del país en 1947, la organización creó un partido político (el Bharatiya Jana Sangh, precursor del actual BJP, el Bharatiya Janata Party, "Partido del Pueblo Indio" fundado en 1980, n.d.e.) que fue ganando fuerza hasta llegar al poder en 1998... y que sigue en el poder desde la primera elección del primer ministro Narendra Modi en 2014.

 

¿Cómo ha sido instrumentalizado el hinduismo por el primer ministro Modi durante sus dos últimos mandatos?

Ha habido varios actos muy significativos. El principal de ellos fue la inauguración, el 22 de enero, del templo de Ayodhya (Uttar Pradesh), construido en el emplazamiento de una antigua mezquita mogol arrasada en 1992. Para la ocasión, Narendra Modi se puso la túnica de sumo sacerdote, como nunca se había atrevido a hacer ninguno de sus predecesores. Incluso la forma en que dirigió la ceremonia, relativamente poco ortodoxa -no utilizó las fórmulas correctas ni siguió el calendario de los astrólogos...- despertó la ira de los dignatarios hindúes. Se montó un enorme dispositivo de comunicación para el evento, que mostraba a Modi completamente absorto en su sagrada tarea. Era la primera vez que un político indio fusionaba hasta tal punto la autoridad espiritual y el poder temporal.

En otro ejemplo emblemático, demostró claramente hasta qué punto pretendía asumir un papel religioso al convertirse en diputado por Varanasi (Uttar Pradesh), la ciudad más sagrada del hinduismo. También podrían enumerarse otros acontecimientos, como la inauguración del nuevo edificio del Parlamento a finales de mayo de 2023, ceremonia durante la cual Narendra Modi blandió un cetro real ante una delegación de sacerdotes hindúes de Tamil Nadu que habían acudido a bendecir el edificio...

 

En comparación con otras religiones, ¿por qué el hinduismo puede considerarse un caldo de cultivo más favorable para la aparición de ciertas derivas fundamentalistas?

El hinduismo es una religión maleable, que no se basa en un "Libro" ni en un cuerpo eclesiástico organizado dentro de una estructura establecida. La transmisión de conocimientos suele ser hereditaria, de padres a hijos. En el hinduismo existe ciertamente una ortopraxis basada en el sistema de castas, pero no hay ortodoxia, es decir, que todos los caminos hacia la salvación son buenos una vez que han demostrado su valía. Esta falta de ortodoxia quizá haya contribuido a la aparición de la mezcla de géneros político-religiosos que se encuentra en la ideología nacionalista hindú. Pero una ceremonia como la del 22 de enero en Ayodhya es una herejía: en la estructura tradicional de la India, hay un soberano que asume el poder temporal y varios sacerdotes que desempeñan funciones rituales. Así que realmente estamos presenciando algo sin precedentes.

Por último, hay que recordar, sobre todo durante las elecciones legislativas, que los defensores de un hinduismo más "liberal" también intentan hacerse oír en los debates. Argumentan que no reconocen las enseñanzas de esta civilización en esta versión del hinduismo, ni, por supuesto, el legado de Mahatma Gandhi. Pero les resulta muy difícil hacerse oír frente al discurso dominante que martillean los medios de comunicación de masas.

 

¿Qué podría cambiar para las minorías religiosas un tercer mandato de Narendra Modi, elegido sobre un programa tan explícitamente étnico-religioso?

Si el BJP vuelve a ganar las elecciones, tratará sin duda de desarrollar uno de los ejes de su programa tradicional con la implantación de un Código Civil uniforme, destinado a privar a las minorías religiosas de sus leyes "personales". Para los musulmanes, sería la sharia; para los cristianos, podría referirse a ciertas costumbres relativas al matrimonio, el divorcio, la adopción, la herencia, etc.

En lo que respecta al islam, la secuencia del templo de Ayodhya ha sentado un precedente que podría repetirse en el caso de nuevas mezquitas -como en Mathura- que se presentan como construidas sobre templos antiguos. Los nacionalistas hindúes ya se han dirigido a los tribunales para que se reconozca la identidad hindú de esos lugares. En el plano económico, es probable que los nacionalistas hindúes sigan complicando la vida a los musulmanes, por ejemplo, intentando expulsarlos del comercio de la carne, en un momento en que la India se ha convertido en uno de los principales exportadores mundiales del sector.

Por último, creo que los cristianos podrían ser el principal objetivo de un tercer mandato, en la medida en que el BJP ya intenta limitar su papel, muy importante a escala nacional, en el ámbito de la educación. Los nacionalistas podrían así atacar estas instituciones para "hinduizarlas", con el fin de moldear mejor la personalidad y la psicología de los niños y jóvenes indios del mañana. Porque su prioridad, más allá del poder político, es transformar la India en una nación hindú.