Señor
Ministro del Interior.
Me aseguran
que es Ud. Miembro del Opus Dei. Qué bien, porque de esta manera, como Ud. se
confesará antes cristiano que miembro del Opus, me va a entender.
Quería
hablarle de un caso digno de investigación.
Se trata de
un señor que aprovechando la crisis, se fue a un lupanar moderno, protegido, y
por poquísimo dinero abusó, maltrató, oprimió, desnudó de dignidad a varias
mujeres que buscaban por cualquier medio un garbancito para la boca de sus
infantes.
Y hete aquí
que a ese señor se le grabó, se publicó su comportamiento…, de modo que,
desafortunadamente para él, lo que casi podía él mismo leer como un gesto de
misericordia, comenzó a interpretarse por el pueblo llano, que es el juicio que
importa, como gravísima corrupción de poder, y escándalo supino, cuando de
creyentes se trataba.
Y buscó el
señor, con todos los medios a su alcance, que el eslaboncito último de la
cadena, el fotógrafo infiel, fuera buscado, cogido, multado y…
Le dije que,
como cristiano, Ud. me iba a entender. Sí. Recuerde la Bilbia, 2 Samuel, 12, 7.
Déjeme —un poco pretencioso por mi parte es— hacer de Natán y decirle lo que él
dijo al rey David, cuando éste quiso buscar y castigar al verdadero culpable:
Señor
Ministro: “TÚ ERES ESE HOMBRE”.
Txelis
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Eskerrik asko.