sábado, 2 de marzo de 2024

De 'piedras descartadas' a 'piedras angulares': Barrio Sanità, Nápoles

 

La revolución 'generativa' del padre Antonio

Fuente:   Religión Digital

Por   Cecilia Seppia

01/03/2024


Nápoles y la cooperativa La Parranza

(Vatican News).- En el número 109 de Vía Santa María Antesaecula, en el barrio Sanità, nació el actor Totò y frente a su casa hay un bullicio de admiradores y turistas que dejan flores y recuerdos. En las entrañas del barrio más controvertido de Nápoles, a pocos metros por debajo del nivel de la calle hay, en cambio, una enorme ciudad subterránea donde lo sagrado se encuentra con lo profano y Oriente con Occidente, con las catacumbas de San Genaro y San Gaudioso y las más pequeñas de San Severo.

Luego están las basílicas, San Genaro Extra Moenia y la de Santa María della Sanità, que alberga la primera representación mariana de Nápoles y preciosas obras entre las que destacan pinturas de Luca Giordano, Andrea Vaccaro, Francesco Solimena, Pacecco De Rosa y Giovanni Balducci. También está el osario de Fontanelle, una de las canteras de las que en su día se extrajo toba para construir la ciudad y que más tarde se utilizó para albergar los restos de las víctimas de las epidemias de peste (1656) y de cólera (1836). Por último, el Palacio dello Spagnuolo, con su gran escalinata monumental, uno de los principales ejemplos del barroco napolitano, construido en 1738 según un diseño del arquitecto Ferdinando Sanfelice.

A pesar de este vasto patrimonio histórico y artístico, concentrado en apenas dos kilómetros cuadrados, cuando se habla del barrio Sanità se piensa inmediatamente en la degradación, en la pobreza de sus treinta y dos mil habitantes, en la mano de la Camorra detrás de los actos delictivos, en el bajo nivel educativo de los jóvenes y en el desempleo.

Esto sucede porque ningún lugar encarna las contradicciones y los contrastes de Nápoles como este barrio, una periferia existencial en medio del centro de la ciudad. Pero es precisamente en estas tinieblas donde la Cooperativa La Paranza ha intentado llevar luz, apoyada por la Iglesia local, la diócesis y también por los fondos europeos.

De la degradación a la recuperación de un patrimonio inmenso y oculto

Ya en el año 2000, la llegada del nuevo párroco de la Basílica de Santa María della Sanità, el padre Antonio Loffredo, marcó el inicio de un lento pero fructífero proceso de reurbanización y valorización del patrimonio histórico, artístico y humano del barrio. De hecho, con la ayuda de fundaciones, profesionales y asociaciones, ha sido posible crear oportunidades de rescate para los jóvenes, partiendo del principio de Dostoievski de que "la belleza salva al mundo", y el padre Antonio añade: "Crea puestos de trabajo y saca a los jóvenes de la calle".

Con la creatividad de un scugnizzo (jovencito) y la determinación de un gestor, con la lengua de Eduardo y la Iglesia del Concilio a sus espaldas, el padre Antonio ha levantado uno de los barrios más problemáticos de Nápoles con la intención evangélica de "convertir las piedras desechadas en piedras angulares".

Nacido en 1959, en su tercer "mandato" como párroco de Santa María della Sanità, cuenta que cuando llegó al barrio, las otras diez iglesias diseminadas por el territorio parroquial estaban cerradas.

Hoy, sin embargo, las luces están encendidas hasta bien entrada la noche. Una alberga un taller de teatro, otra es la sede de la orquesta juvenil Sanitansamble, otra es un gimnasio de boxeo, otra es un estudio de música, otra es un club extraescolar, la más pequeña expone pinturas napolitanas del siglo XVII y El Hijo Velado del escultor Jago, que tiene su taller en otra iglesia más.

 

Bienestar generativo que da esperanza

En un continuo fluir entre dialecto napolitano, cita erudita y cita evangélica, el párroco mira más allá, pero tiene los pies en la tierra: "Para mí, como sacerdote, el problema no es poner en orden las iglesias, sino hacer que estas cosas preciosas generen, den fruto". Y generatividad son también los más de sesenta jóvenes que trabajan con contrato, que se autofinancian sin tener que pedir la caridad a nadie, las posibilidades de trabajo y la economía circular que ha traído la apertura del barrio.

La madre de todas las empresas fue la recuperación de las catacumbas de San Genaro, la creación de un itinerario por las entrañas de la colina de Capodimonte hasta el barrio de la Sanità, en la capilla que fue depósito del hospital de San Genaro y ahora es centro de arte y de congresos. "Cuidamos la catacumba, porque nos presentamos de otra manera al mundo y recaudamos dinero limpio. Algunos de los chicos de la orquesta se han matriculado en el conservatorio.

Los del teatro se van de gira, y el barrio se ha convertido en plató de numerosas producciones cinematográficas. Han surgido restaurantes y se ha producido un flujo turístico. Para nosotros, los cristianos, debería ser un dogma: o el bienestar se hace así o nada. No necesitamos más de ese asistencialismo del mil novecientos", concluye el padre Antonio.

 

La Paranza entre cooperativa social y misión

Su filosofía es clara. No cree en lo absoluto del Estado, que debe alimentar a todos, sino en la triple colaboración: Estado, privado y sociedad civil, ese tercer sector que da libertad para crear respuestas, con una economía real y el hombre en el centro. Y en esta apertura de miras se oye el eco de La economía de Francisco, de la Laudato si', encarnada a la perfección por los chicos de la Cooperativa La Paranza, fundada en 2006 por un grupo de jóvenes del barrio Sanità que, con la ayuda del padre Loffredo, decidieron redescubrir y valorizar el patrimonio cultural, artístico y arqueológico de esta parte olvidada de Nápoles.

Las primeras actividades emprendidas se refieren a la gestión de las Catacumbas de San Gaudioso, en la Basílica de Santa María della Sanità, y a la restauración del antiguo convento franciscano anexo a la basílica, cuyo restyling, obra del diseñador napolitano Riccardo Dalisi, corre a cargo del B&b "La Casa del Monacone".

Al mismo tiempo, la Cooperativa se ha mostrado activa en la obtención de financiación tanto a través de fondos privados como de concursos, ganando en el 2008 el concurso histórico-artístico "Fondazione Con il Sud" por 500.000 euros, que ha puesto en marcha el proceso de recuperación y apertura al público de las Catacumbas de San Genaro. Igualmente importante fue la actividad de recaudación de fondos por valor de 600.000 euros junto con la asociación L'Altra Napoli onlus; financiación que permitió la limpieza y accesibilidad del sitio, el sistema de iluminación, la recuperación de frescos, la reapertura de espacios que eran inaccesibles, la eliminación de barreras arquitectónicas, y mucho más.

En las catacumbas, además de la gestión ordinaria de las actividades de visitas guiadas dentro del sitio cultural, los jóvenes han tenido la intuición de organizar eventos y espectáculos ad hoc, con el fin de dar un mayor impulso tanto en términos de comunicación pero también económico. Además, participan activamente en la promoción y realización del itinerario "Il Miglio Sacro", un recorrido de una milla para descubrir los tesoros del barrio Sanità.

 

Algunas cifras

Año tras año, el número de visitantes ha ido creciendo cada vez más: de 5.160 visitantes en el 2006 a 160.000 en el 2019, y hasta 200.000 visitantes en el 2022, tanto nacionales como internacionales. También ha crecido la conciencia de tener que cuidar la casa común que es además un cofre de tesoros que enriquecen la vista y el corazón. El creciente número de visitantes, actividades y volumen de negocio ha permitido asimismo el incremento de nuevos recursos humanos dentro de la Cooperativa, que ha pasado de 5 jóvenes en el 2006, a nada menos que 50 empleados en el 2023.

De año en año, los recursos se enmarcan contractualmente tanto en una duración determinada como permanente. Además de las actividades relacionadas con el patrimonio histórico y artístico, existen proyectos de apoyo a la cultura y sus múltiples formas: artes creativas, música, teatro, artesanía, gastronomía, etc. La Fundación concentra sus actividades y recursos principalmente en aquellos sectores de la población menos protegidos y desfavorecidos, con una serie de actividades que también apoyan proyectos de formación e inserción laboral, a fin de posibilitar un proceso de autodesarrollo local.

 

El testimonio de Vincenzo

Para Vatican News y L'Osservatore Romano, Vincenzo Porzio, miembro fundador y responsable de comunicación de la Cooperativa La Paranza, relata con entusiasmo su experiencia, el cambio que vio con sus propios ojos y el ejemplo de compromiso, fortaleza y dedicación que los chicos del barrio han demostrado a lo largo de los años.

"San Francisco de Asís primero y el Papa Francisco ahora – afirma – nos han enseñado y nos exhortan constantemente a cuidar nuestro planeta y a cuidar a las personas que lo habitan, especialmente a los últimos, a los frágiles, a los que esperan una mano tendida, y en la Laudato si' hemos encontrado tantos aspectos de nuestro trabajo que realizamos no sólo con palabras sino con gestos y compromisos cotidianos. En particular, cuidamos lo que el Papa llama ‘la ecología de la cultura y de la vida común’, en el sentido de comunidad, y así nos comprometemos, siguiendo las exhortaciones contenidas en estos textos, a cuidar las ‘piedras descartadas’ para que se conviertan en ‘piedras angulares’ de un sistema de bienestar que no espere una mano desde arriba, desde el Estado en particular, sino que actúe para conquistar su propia dignidad y bienestar. En todo lo que hacemos nos mueve el corazón, la pasión, las ganas de hacer, de darnos a nosotros mismos, a nuestra tierra y a las generaciones futuras algo ‘limpio’, algo justo”.

“Es una modalidad generativa, la que está en la base de nuestra manera de ver las cosas, porque genera el bien, no apunta a la rentabilidad de los bienes de la Iglesia, catacumbas, cementerios, basílicas que la Iglesia nos ha confiado, dándonos las llaves de estos lugares extraordinarios y poco conocidos, sino que apunta a su capacidad de generar esperanza, deseo de cuidado, belleza, ¡y aquí en el barrio Sanità de Nápoles realmente necesitábamos esperanza!”.

Una valorización que se convierte en evangelización y testimonia con sus obras la revolución del Evangelio, que es ante todo una revolución de amor, también por el entorno en el que vivimos. A través de la extraordinaria obra de valorización de las Catacumbas de Nápoles, la Cooperativa juvenil del barrio Sanità ha creado a lo largo de los años un modelo de "bienestar generativo" capaz de ofrecer, a partir del redescubrimiento del patrimonio cultural local, respuestas concretas en términos de desarrollo del empleo e inclusión social dirigidas a la comunidad local y especialmente a sus jóvenes, que parecían no tener idea de futuro y que ahora, en cambio, hacen planes, sueñan y viven la normalidad de su edad en un contexto que es cualquier cosa menos normal.

Un modelo que también puede definirse como un ejemplo de promoción de la cultura "desde abajo", cuyos pilares se encuentran en la protección del patrimonio cultural, la cooperación y el desarrollo del espíritu empresarial social y de una economía civil, piedras angulares de la Laudato si'.

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