Los tres sacerdotes figuran como voluntarios de la plataforma para poder ayudar en primera línea
Fuente: Vida Nueva Digital
Por Rubén Cruz
24/03/2024
Si la Iglesia no puede estar en primera línea para “acoger, proteger, promover e integrar” a los migrantes que llegan a El Hierro, los curas de la isla buscan un plan b: ser voluntarios de Cruz Roja o Protección Civil. Darwin Rivas, Gabriel Hernández y José Manuel Urbina están volcados en la atención de quienes llegan al puerto de La Restinga. El Hierro, que cuenta con 11.000 habitantes, lleva diez meses recibiendo a la mitad de las personas que arriban a las costas del archipiélago.
Sin embargo, este mes el ritmo de llegadas se ha frenado. De hecho, han pasado más de 15 días sin avistar ninguna patera, siendo este el periodo más largo desde que en junio de 2023 comenzara la crisis migratoria más importante desde 2006. Esta situación llevó hasta al papa Francisco a poner su atención allí y recibió en el Vaticano al presidente del Gobierno canario acompañado por los tres obispos canarios dejando incluso en el aire una futurible visita a las islas.
Darwin Rivas, natural de Mérida (Venezuela), lleva cuatro años en El Hierro, donde es el sacerdote responsable de Cáritas. Ante el aumento de las llegadas comenzó a sensibilizar vía ambón sobre la acogida a los migrantes. Más tarde, impulsado por el vicario general de la Diócesis de Tenerife, Antonio Morales, que les instó a hacerse presentes, se ofreció como voluntario a Cruz Roja, que tiene asignada la atención primera a pie de muelle.
Después de esta experiencia, en octubre pasaron los tres a ser voluntarios de Protección Civil. ¿Su misión? Acoger en el Centro de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE), donde pasan día y noche. “Estamos con ellos en todo momento. Tras su llegada, pasan el triaje en el muelle y suben en guagua al CATE, donde estamos los tres curas junto a otros 45 voluntarios para recibirles, ayudarles con el papeleo, darles la comida, acompañarles a las carpas donde duermen o llevarles a la enfermería”, explica en conversación con ‘Vida Nueva’.
No saben que son curas, pero “se lo decimos, porque se piensan que somos policías”, detalla Rivas. Y no son los únicos que se extrañan de su presencia, pues la policía también les pregunta qué hacen ahí. ¿La respuesta? Fácil. “Lo hacemos porque hemos leído el Evangelio”. De cualquier modo, “no es un mérito nuestro, vamos como mandato de la comunidad, porque hay muchos laicos también que pasan horas allí quitándoselas a sus propias familias”, agrega el sacerdote venezolano. Y es que “la actitud de acogida en El Hierro ha sido ejemplar”, subraya. Aunque, como indica a esta revista Gabriel Hernández, “aún hay personas puntuales que siguen negando la realidad, y digo negando porque hasta que no lo tocas con tus propias manos no te das cuenta”.
“Es Jesús quien llama”
Él, que fue ordenado hace poco más de año y medio, afirma que ahora mismo está viviendo “unas palabras de Jesús que siempre me han tocado el corazón –‘Porque tuve hambre y me diste de comer…’–. Y lo vivo cada vez que les ayudo con el cambio de ropa o les doy una botella de agua. Para mí es como si Jesús mismo me lo estuviera pidiendo. Es Jesús mismo quien llama a la puerta y hoy lo está haciendo en la carne de estos migrantes”.
El P. Gabriel se ríe cuando se le pregunta si ha soñado con un avión papal aterrizando en el aeropuerto de El Hierro. “La verdad es que no me lo imagino y no sé si es viable, pero no soy negativo, yo le animaría porque él es muy sensible a esta realidad”. No obstante, nunca olvidará la carta que envió el Papa al pueblo canario para agradecer la oleada de solidaridad: “Me supuso un impulso, porque no sabía si estaba haciendo bien o dando prioridad a lo que no debía, por eso viví sus palabras como un respaldo”.
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