Francisco, con ganas de terminar su encierro, planea reaparecer en plena Semana Santa
Fuente: La Vanguardia
Por Francesco Olivo
Roma. Corresponsal
13/04/2025

Foto difundida ayer por el Vaticano mostrando al Papa rezando en la basílica de Santa María la Mayor AFP
Desde su salida del hospital Gemelli, el papa Francisco tiene una meta en mente: no perderse la Semana Santa. Frenar a Jorge Mario Bergoglio es una tarea difícil, y se vuelve prácticamente imposible cuando se acercan estas fechas. Nadie puede decir con certeza qué hará desde mañana hasta el próximo domingo, pero lo que está claro es que tiene muchas ganas de romper las estrictas reglas de su proceso de recuperación, que debería durar dos meses, según explicaron los médicos el día antes de su alta, el pasado 23 de marzo.
La señal más evidente llegó el jueves pasado, cuando el Pontífice apareció en San Pedro sin previo aviso, sin sotana, con un poncho y unos pantalones negros comunes, sentado en una silla de ruedas empujada por sus asistentes. Los visitantes y las restauradoras que trabajaban dentro del templo no lo reconocieron de inmediato. Incluso el vídeo difundido en redes sociales causó gran impacto, tanto por la informalidad del atuendo como por el buen humor que mostraba. “Nos hicieron señas para que nos acercáramos a saludarlo. En ese momento no había nadie, porque esa zona está cerrada al público después de las misas. Nosotras no lo habíamos reconocido”, contó la restauradora española Paula Rauco, que está finalizando los trabajos de recuperación del baldaquino, la cátedra y la tumba de Urbano VIII.
La explicación de la Santa Sede fue clara: “El Santo Padre estaba dando un paseo en silla de ruedas por el jardín interior de Santa Marta cuando expresó el deseo de ir a rezar allí mismo”. Una decisión espontánea que explica su ropa informal y, sobre todo, su deseo de volver a estar cerca de la gente. Ante las dudas sobre los riesgos que eso puede conllevar, fuentes del entorno papal responden: “Convalecencia no significa no salir de casa”.
Los gestos inesperados se han repetido en los últimos días: el domingo pasado, Francisco apareció en la plaza de San Pedro para saludar a los fieles reunidos por el jubileo de los enfermos, y el miércoles recibió en Santa Marta al rey Carlos III del Reino Unido y a la reina Camila.
Ayer, además, el obispo de Roma se presentó por sorpresa –esta vez con sotana– en la basílica de Santa María la Mayor, en la colina del Esquilino, para rezar ante la Salus Populi Romani, la antigua imagen mariana a la que es especialmente devoto.
Todo apunta a que no permanecerá inmóvil durante el Triduo Pascual. Ya hoy podría haber novedades: a las diez está prevista la misa del domingo de Ramos. El Vaticano ha anunciado que será celebrada por el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, pero a estas alturas nadie descarta un giro imprevisto. Mucho dependerá también del tiempo: ahora en Roma el clima es agradable, aunque se espera una perturbación en los próximos días, con temperaturas suaves.
Las terapias y sesiones de fisioterapia siguen en curso: hay mejoras en la movilidad y en la capacidad respiratoria, mientras que el estado clínico general se mantiene estable. El optimismo está respaldado por los análisis de sangre y por la auscultación pulmonar. Desde la Santa Sede informan que el Papa ya no necesita oxígeno de forma continua y los flujos altos se utilizan solo con fines terapéuticos y de manera puntual.
Todo indica que esta Semana Santa aún podría deparar gestos inesperados.
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