[Nota previa: La serie de artículos que presentamos bajo el epígrafe «Fe por los Derechos Humanos» se enmarca en el curso «Fe por los Derechos Humanos. La dignidad de las víctimas» (enero 2025), que tuvimos que suspender. Hemos pedido a cada una de las ponentes un artículo para el blog que condense el contenido de su sesión. El artículo que presentamos aquí se corresponde con la cuarta sesión del curso.]
Fuente: Cristianisme i Justícia
Por Raquel Martí
15/04/2025
Me dirijo a vosotros con un mensaje urgente que refleja la grave situación humanitaria que enfrentamos en la región de Cisjordania y Gaza, y más particularmente el sufrimiento de las comunidades palestinas que han sido despojadas de sus hogares y de su dignidad. Como Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), nuestra misión siempre ha sido clara: asistir a los refugiados palestinos y defender sus derechos fundamentales. Sin embargo, los desafíos que enfrentamos en este momento nos demandan más que nunca su apoyo y solidaridad.
En las últimas semanas, los desplazamientos forzosos en Cisjordania se han intensificado a un ritmo alarmante. Desde el inicio de la operación «Muro de Hierro» el 21 de enero, varios campamentos de refugiados han sido casi completamente vaciados. Lo que estamos viviendo hoy en Cisjordania es la situación más grave que hemos enfrentado desde la segunda Intifada. Campamentos como los de Jenín, Tulkarm, Nur Shams y El Far’a han sido devastados, dejando a 40.000 personas refugiadas de Palestina desplazadas y sin un hogar al cual regresar.
Este incremento de los desplazamientos no es un hecho aislado. Desde mediados de 2023, las operaciones israelíes a gran escala en la Cisjordania ocupada han obligado a miles de familias a abandonar sus hogares, sin ninguna orden judicial, sin ningún tipo de proceso legal que las proteja. En 2024, más del 60% de los desplazamientos fueron el resultado directo de operaciones militares israelíes, lo que ha convertido a los campamentos de refugiados en zonas inhabitables, atrapando a los residentes en un ciclo de desplazamientos recurrentes.
Las condiciones en los campamentos de refugiados son cada vez más peligrosas, exacerbadas por el uso de ataques aéreos, excavadoras blindadas, detonaciones controladas y armamento avanzado. La violencia no solo proviene de las fuerzas israelíes, sino también de los grupos armados palestinos, que han incrementado sus operaciones en el norte de Cisjordania, lo que ha generado más desplazamientos, más destrucción y más sufrimiento para los civiles. En este contexto, quiero subrayar una vez más que los civiles y las infraestructuras civiles deben ser protegidos en todo momento, y que el castigo colectivo nunca debe ser aceptable.
El campamento de Jenín, hoy vacío, nos trae recuerdos amargos de la segunda Intifada, y esta escena, lamentablemente, está a punto de repetirse en otros campamentos de refugiados. La situación de los refugiados palestinos es desesperante, y aún más desesperante es la falta de acceso a la ayuda humanitaria que se necesita con urgencia. Desde el 30 de enero, UNRWA ya no tiene ningún contacto con las autoridades israelíes debido a la aplicación de nuevas leyes de la Knesset. Esto ha dificultado enormemente nuestra labor de entregar ayuda a las personas más necesitadas, lo que pone en grave riesgo las vidas de miles de refugiados y del personal humanitario que sigue luchando por proporcionar asistencia a pesar de las adversidades.
Sin embargo, a pesar de esta situación crítica, quiero compartir con ustedes una noticia alentadora: nuestra respuesta humanitaria sigue siendo fuerte, y nuestros equipos en Gaza y Cisjordania están trabajando sin descanso para ayudar a quienes más lo necesitan. A través de la labor incansable de más de 5.000 compañeros y compañeras de UNRWA, hemos logrado proporcionar asistencia vital a cientos de miles de personas. Gracias a su dedicación, hemos logrado llevar alimentos a más de 750.000 personas en Gaza, hemos distribuido más de 225.000 paquetes de alimentos, y hemos entregado 370 palés de suministros médicos a los centros de salud.
A nivel médico, nuestra labor continúa sin cesar. Atendemos una media de 16.000 consultas médicas al día, y hemos proporcionado 43.000 metros cúbicos de agua potable a las comunidades afectadas. Además, más de 260.000 niños y niñas están registrados en nuestra plataforma de educación en línea, lo que permite que, a pesar de las circunstancias, sigan recibiendo una educación vital para su futuro.
Nuestro compromiso con la población refugiada de Palestina es inquebrantable. A pesar de las enormes dificultades, seguimos trabajando con la esperanza de que un día esta situación cambiará. Y sabemos que no estamos solos en este esfuerzo. Gracias a ustedes, a los miles de donantes y aliados que nos respaldan, podemos seguir adelante. Su apoyo es fundamental para garantizar que podamos continuar defendiendo los derechos de los refugiados palestinos.
No obstante, la situación sigue siendo extremadamente grave. A finales de enero, el Gobierno de Israel ordenó a UNRWA desalojar nuestra sede central en Jerusalén Este, lo que constituye un ataque directo a nuestra capacidad para operar. Este acto va en contra de las obligaciones del derecho internacional y pone en peligro la vida de nuestros colegas y la continuidad de nuestra misión en la región. A pesar de esto, nuestros equipos siguen trabajando en condiciones difíciles, haciendo todo lo posible para garantizar que la ayuda humanitaria llegue a quienes más lo necesitan.
En medio de todo esto, quiero compartir con ustedes una historia que, aunque pequeña, llena de esperanza. En Jabalia, Gaza, nuestros equipos lograron reparar una bomba de agua que llevaba meses sin funcionar debido a los ataques en la zona. Esto ha permitido que miles de personas en el campamento puedan acceder nuevamente a agua potable, un recurso vital para la supervivencia. Este es solo un ejemplo de cómo, a pesar de todo, seguimos adelante, luchando por la dignidad y el bienestar de las personas refugiadas.
Hoy, más que nunca, necesitamos vuestro apoyo. Las personas refugiadas de Palestina están en una situación crítica, y su solidaridad es crucial para que podamos seguir brindándoles la ayuda que tanto necesitan. Les agradezco profundamente por su continuo compromiso con nuestra misión y por su generosidad, que hace posible que podamos seguir adelante, día tras día, en nuestra labor humanitaria.
Gracias, de corazón, por estar con nosotros. Gracias por defender los derechos de los refugiados palestinos. Juntos, podemos seguir luchando por un futuro más justo y digno para todos.
[Imagen de RomanDeckert, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons]
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