Fuente: Religión Digital
Por José Lorenzo
17/11/2023
“Para presentarnos las conclusiones de la visita canónica a los seminarios españoles, podrían haber venido el prefecto y el secretario del Dicasterio y reunirnos a todos en la sede de la Conferencia Episcopal. Pero si es el Papa el que quiere vernos a todos los obispos en Roma, parece que la cosa es seria y, la verdad, eso nos inquieta un poco”, señala a Religión Digital uno de los pastores que ya ha comprado su billete para asistir el próximo 28 de noviembre a una cita inédita a la que el Vaticano ha convocado a todo el Episcopado español para analizar el resultado de la auditoría realizada por dos obispos uruguayos en los primeros meses de este año.
Una inquietud que aparece ciertamente aderezada con no pocas dosis de lo que bien se podría definir como cabreo. Hay no pocos obispos que no entienden realmente el fondo de la cuestión, a qué obedece esta urgencia, y en medio de asuntos de gran calado para la Iglesia en España como las sacudidas (también internas) a las que hace frente con los informes sobre los abusos sexuales, tanto el del Defensor del Pueblo como el del despacho Cremades & Calvo Sotelo, que conocerán definitivamente pocos días antes de su viaje al Vaticano.
“Estuvimos de visita ad limina en 2022. Preguntamos específicamente si tenían que hacernos alguna indicación concreta en algún aspecto. Nadie nos dijo que estuviéramos haciendo algo mal. Todo estaba bien entonces”, se lamenta uno de los obispos consultados sobre un tema del que se han enterado hace menos de tres semanas…
"Desconcertados por el procedimiento"
“Más que preocupados, estamos desconcertados por el procedimiento tan inusual que se ha seguido en todo este tema y porque en ningún momento se nos han explicado los motivos de esta visita ni sus objetivos”, señala otro obispo, que recalca que uno de los temores ante esa reunión en el Dicasterio para el Clero que les ocupará toda la mañana de ese martes, “es que ordenen de manera general cerrar los seminarios más pequeños, sin atender a las peculiaridades de cada lugar”.
De hecho, ante el incesante descenso de vocaciones sacerdotales, se había pedido ya desde Roma hace un tiempo que se reorganizasen los seminarios españoles, pues resultaba en todos los sentidos inviable que en algunos se mantuviesen uno o dos candidatos. Tema en el que algunas provincias eclesiásticas iban más avanzadas que otras, y fue también un aspecto destacado en el que se incidió durante toda la traslación, desde la Comisión Episcopal de Seminarios, de la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis, adoptada por el Vaticano en 2016 y tres años más tarde, refrendada por la Plenaria la versión para España.
Ya durante ese trabajo para la ‘Ratio española’ se evidenciaron algunas diferencias dado el celo que los obispos manifiestan con respecto a su propio seminario y las reticencias de algunas diócesis a trasladar a sus seminaristas a otras dado el sesgo claramente conservador que se mantiene en algunas. Y precisamente ese ‘sesgo’ en la formación sería una de las cuestiones que más han llamado la atención en el Vaticano, donde han descubierto un perfil muy conservador entre los sacerdotes que están saliendo de los seminarios españoles. No de todos.
"Sacerdotes alejados del Pueblo de Dios"
De hecho, ya durante las sesiones de la reciente asamblea sinodal “quedó muy patente la preocupación -compartida por gran parte de los participantes- por el tipo de sacerdotes que estaban saliendo de los seminarios, muy formalistas y, a veces, alejados del Pueblo de Dios”, añaden las fuentes. “Por eso se pidió en dos ocasiones reformar la Ratio fundamentalis y también revisar la formación en los seminarios, para que se realice con espíritu sinodal, sin mentalidad de casta, junto al Pueblo de Dios”. Y de ese aspecto probablemente les hablará a los obispos españoles el propio papa Francisco, que ha querido hacerse presente en la reunión con el Episcopado español. “Ese es un tema que le preocupa”, apuntan las fuentes.
“No sabemos si se planteará, pero preocupa el perfil neoconservador de los sacerdotes jóvenes que salen de los seminarios españoles. Un perfil que tiene que ver con las canteras de donde surgen esas vocaciones, que están ligadas a los nuevos movimientos y a las cofradías, con una ideología conservadora en lo social y en lo político, y cuya impronta permanece en ellos”.
Cierto es que también la ‘Ratio española’ incidió en el tema de la formación para tratar de revertir este peligro, con una mirada más abierta y general, dando entrada también a profesores laicos (y a mujeres). Pero parece que el problema está más arraigado de lo pensado. “Aunque la formación algo puede corregir, no es tan sencillo. Ciertamente es un problema. Se han formado sacerdotes muy rígidos, que no comulgan con Francisco, pero ni siquiera con Benedicto XVI, a los que no les importa el ecumenismo, el cuidado de la Creación ni tampoco la preocupación por los pobres”, dice un obispo, que invita a asomarse a las redes sociales para seguir el rastro de algunos de los más destacados representantes de esta hornada de curas ultramontanos.
“Esos también han salido de nuestros seminarios”, señala un obispo, que considera el de este perfil neocon de los nuevos curas como un problema “más grave que el de la cuestión numérica”, por los que supone que esa será una de las cuestiones que les comentará el Papa en su reunión extraordinaria.
No se ha hecho la reforma pedida por Roma
Las fuentes, aunque reconocen la “sorpresa” por la llamada a todos los obispos –“incluso los auxiliares”, subraya uno- al Vaticano, reconocen sin embargo que en la cuestión de la reforma de los seminarios han hecho más bien poco. De hecho, según apuntan, así lo reconocieron desde Añastro a los enviados del Dicasterio cuando iniciaron su visita el pasado mes de enero, recordando que el anterior prefecto prefecto, Beniamino Stella, ya había pedido durante una visita a la Conferencia Episcopal Española que se revisase la organización de los seminarios. De hecho, el 55% de estos centros (25 de los 45 existentes) tienen cinco o menos seminaristas, cuando Francisco considera que el “número moderado” para un seminario está entre 25 y 30 jóvenes, algo que sólo cumplen tres de ellos…
“No se hizo nada. Se abordó en la Plenaria, pero ese es un marco poco operativo. Se trasladó a las provincias eclesiásticas y ahí murió la iniciativa. Se dejó todo como estaba”. ¿La razón? La misma que para que no acabe cuajando el ‘travase’ de seminaristas de unos centros a otros de la geografía española: el sesgo en la formación que se da en algunos. En el fondo, lo cierto es que hay obispos a los que no les molesta tanto tener un semillero ultra en el jardín.
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