"¿Será suficiente o el Papa, que quiere poner en marcha procesos de cambio irreversibles en la Iglesia española, les pedirá más?"
Fuente: Religión Digital
25/11/2023
En unos días. En unos pocos días. En apenas una semana, los obispos cambiaron de diapasón, de tono y de partitura en lo que a los abusos del clero se refiere. ¿Desde que supieron que el Papa les convocaba a todos (auxiliares incluidos) a Roma? Parece evidente que sí.
La jerarquía española llevaba años minimizando el tema de los abusos (“unos pocos casos”, Argüello dixit y ¿quiere ser presidente del episcopado), cuando no negándolo de raíz. Después, ante la evidencia de los hechos, pasaron a la petición (retórica) de perdón, pero siempre buscando justificaciones en el ‘y tú más’ o denunciando campañas de unos supuestos poderes ocultos que tratan de acabar con la Iglesia. ¡Los enemigos de la Iglesia, que quieren destruirla y acallarla!
Hasta que el Papa se hartó de una jerarquía como la española que, junto a la polaca, son las más resistentes a los cambios que promueve Francisco desde Roma, incluido el del final del encubrimiento, el de colocar a las víctimas en el centro y el de pasar de las palabras a los hechos. Es decir, pedir perdón y reparar psicológica, espiritual y materialmente. Con dinero contante y sonante.
Francisco citó a todos los obispos españoles en Roma. Para evitar el bochorno eclesiástico mundial, en un primer momento se disfrazó el encuentro con una visita al dicasterio del Clero, tras la supervisión de los visitadores de los seminarios españoles. ¿Una visita de rutina? Hasta que alguien les chivó que Francisco les va a pedir cuentas de la mala gestión de los abusos, del clericalismo que sigue imperante, de la polarización incrementada por sus propios medios de comunicación (cadena Cope, sobre todo), del excesivo escoramiento político hacia la derecha de algunos prelados y, como consecuencia de todo ello, del hundimiento de la credibilidad de la institución en España.
Alertada de las intenciones papales, la Plenaria episcopal, reunida esta semana en Madrid, puso en marcha un iter para desembocar en un “plan de reparación integral de las víctimas”. Hasta hace nada, se negaba a asumir cualquier tipo de reparación. Ahora, dicen que repararán económicamente a las víctimas de abusos del clero, incluso sin sentencia firme, aunque hayan prescrito o aunque se hayan muertos los abusadores.
El encargado de explicar y escenificar el cambio de rumbo fue el secretario y portavoz de los obispos, monseñor García Magán, en rueda de prensa, en la que se mostró conciliador y partidario de las víctimas hasta en el tono. Sin desacreditar, sin descalificar y sin aprovechar los balones que le dejaban botando los periodistas de los medios más conservadores.
Comenzaba José María Navalpotro, de ‘Mundo Cristiano’: “No sé si han visto la información de ABC sobre falsos casos de abusos, recogidos por el informe del Defensor, el informe de El País e, incluso, los informes de la Iglesia. ¿Esos falsos casos menoscaban la credibilidad de los informes? ¿Se puede hablar de una campaña contra la Iglesia?”. Botando y a dos metros de la portería, pero Magán no quiso aprovechar la bola: “No nos interesan los números ni las extrapolaciones, sino las víctimas, que tienen historias y rostros”.
Por el otro equipo periodístico, Jesús Bastante, redactor-jefe de RD lanzaba esta pregunta: “¿Qué les parece que unos supuestos católicos se inventen una denuncia falsa, para demostrar que un periódico miente o que un informe está mal hecho, desde el punto de vista de las víctimas, a las que, supuestamente, todos deberíamos estar sirviendo?”
Y García Magan se mantuvo en sus trece: “Las víctimas merecen todo el respeto y son un terreno sagrado”.
Los conservadores vuelven al ataque, con el periodista de Infovaticana, que intenta provocar la respuesta del obispo portavoz: “Algunos medios publicaron que hay medio millón de abusados por el clero. Algunos obispos hablaron de difamación. ¿Se han planteado emprender acciones legales contra esos medios?”.
Y monseñor Magán se escapa por la tangente: “El cardenal Omella ya ha hablado de ese tema y me remito a él”.
El siguiente balón centrado le vino al secretario de la CEE de parte de Íñigo Domínguez, periodista de El País: “Sobre la información de Abc de un grupo de católicos que inventó un falso caso de abusos. El presidente de la CEE fue muy duro y muy severo con los medios, a los que acusó de mentir con la intención de engañar. ¿En este caso, que se ha producido exactamente eso, quiero saber si a ese grupo de católicos usted los desautoriza o aprueba su iniciativa?”
Y García Magán contestó con la misma tesis, pero censurando indirectamente el caso del “falso positivo”: “Ya he dicho que cualquier estudio o cualquier denuncia se tiene que hacer con el mayor rigor y con el mayor respeto a las víctimas”.
Mundo Cristiano volvió a la carga sobre el tema de las extrapolaciones y los falsos casos, y preguntó cómo afecta este tema “a la imagen y a la verdad de la Iglesia”. “Las explicaciones del Defensor del Pueblo y de la empresa que hizo la encuesta fueron muy clara al respecto”, dijo Magán, dándole una gran cambiada.
Y, para remachar la sesión informativa, no podía faltar el periodista de Abc, autor de la información del “falso positivo”, José Ramón Navarro: “Si esta historia se publicó es porque fallaron los sistemas de verificación, incluidos los de la Iglesia. ¿Han visto en qué han podido fallar?”
y García Magán, una vez más, impertérrito en su respuesta: “Abogamos por el respeto a las víctimas. A la Iglesia le llegó el caso, la Congregación no pudo descubrir en qué lugar se produjo, pero lo puso en la lista para seguirlo”.
Es decir, todos engañados, no sólo el Defensor del Pueblo y el diario El País, sino la propia Iglesia española. Y queda claro también que un periódico que presume de 'cristiano', aliado de la Cope, a través de un grupo de católicos utilizó a las víctimas, para revictimizarlas una vez más y para arrojar sobre informes y listados la sombra de la duda.
Parece que sin atraer a su campo a los obispos, que podrán parar los ‘golpes’ del Papa presentándole ese iter-plan de “reparación integral de las víctimas”. ¿Será suficiente para Francisco o el Papa, que quiere poner en marcha procesos de cambio irreversibles en la Iglesia española, les pedirá más? Lo sabremos.
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