De la mano de Amnistía Internacional, la iglesia de San Nicolás, en Gante, documenta los crímenes coloniales con una exposición en su templo
En contraste, la parroquia de Santiago, en Bruselas, ofrece otra muestra en la que se exalta la presencia de su ejército en las colonias
Fuente: Vida Nueva Digital
05/09/2025
Celebrada entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885, la Conferencia de Berlín se tradujo en la repartición colonial de numerosos territorios africanos por parte de las principales potencias europeas de la época. Un dislate contra los derechos de los pueblos y los hombres que llevó a cancillerías a miles de kilómetros a trazar fronteras con escuadra y cartabón, sin importar el recorrido histórico de las naciones locales o si se juntaba o se separaba artificialmente a los miembros de distintos clanes y etnias. Algo que, a día de hoy, casi siglo y medio después, se sigue traduciendo en numerosos conflictos en todo el continente negro…
Uno de los grandes beneficiarios de la cumbre fue el rey de Bélgica, Lepoldo II, quien consiguió para sí el dominio personal (no estatal) del llamado Estado Libre del Congo, en la actual República Democrática del Congo. Con la excusa de que se haría cargo de la difusión del Evangelio en la región, la realidad es que, entre 1885 y 1908, solo buscó saquear la cuenca congoleña para extraer todo el caucho posible.
Manos cortadas
En dicha tarea, llevada a cabo con total opacidad, la sociedad empresarial del monarca belga no dudó en esclavizar a buena parte de la población local, que, entre enfermedades por las pésimas condiciones, el hambre y los muchos maltratos (una práctica habitual era cortar las manos de los que se consideraba que no trabajaban a pleno rendimiento), se vio diezmada, perdiendo, según la mayoría de las estimaciones, entre 10 y 15 millones de habitantes. De ahí que muchos historiadores no duden en hablar de “genocidio”, incluyendo a Leopoldo II en la senda tenebrosa de Hitler, Stalin o Pol Pot.
En ese momento, los únicos que pudieron frenar tal alud de crímenes y corruptelas fueron algunos de los misioneros que había en la nación congoleña. Apoyados por el periodista británico Edmund Dene Morel, entre todos consiguieron documentar lo que allí ocurría y alertar al mundo. Finalmente, el propio Estado belga se vio obligado a intervenir y optó por comprar su propiedad al rey, pasando a ser de titularidad pública y, por tanto, garantizando unos elementales derechos laborales para quienes trabajaban en la extracción del caucho.
Rompiendo el tabú
Actualmente, este episodio histórico sigue siendo un tabú para buena parte de los belgas, que incluso lo desconocen. No es el caso de la parroquia de San Nicolás, en Gante. Además de ser uno de los grandes epicentros para turistas y fieles, fascinados por su belleza, estamos ante una comunidad comprometida con la memoria histórica. Hasta el punto de que, alrededor de su altar, en el corazón del templo, han dispuesto de varios paneles en los que ilustran hasta el más mínimo detalle cómo fue el genocidio contra el pueblo congoleño.
La exposición, organizada junto a Amnistía Internacional, consta de ilustraciones y textos explicativos en diversos idiomas, con el fin de que los numerosos extranjeros que visitan cada día la iglesia conozcan también lo ocurrido.
El papel de los capellanes militares
Con todo, parece claro que este es un tema que sigue dividiendo al pueblo belga, lo que tiene su lógica resonancia eclesial. Así, quien visite estos días la iglesia de Santiago, en Bruselas, situada al lado del Palacio Real, se puede encontrar con otra exposición dentro de su precioso templo con otro carácter muy diferente. Titulada ‘El papel de los capellanes militares durante la Guerra Fría’, ofrece una evidente reivindicación de su ejército nacional en las colonias, incluida su presencia en tierras congoleñas, que llegó hasta 1960, cuando el país se liberó del yugo colonial y declaró su independencia.
Justo al lado de la muestra, aparecen los retratos de varios reyes… incluido, con toda normalidad, el de Leopoldo II.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.