Tras años de debates teológicos, el antiguo Santo Oficio afirma en una nota oficial que el único redentor es Cristo
Fuente: La Vanguardia
Por Francesco Olivo
Roma. Corresponsal
09/11/2025
Llamar a la Virgen “redentora” corre el riesgo de oscurecer “la única mediación salvífica: la de Cristo”. Es un debate antiguo, reavivado por cultos marianos que habían ido ganando terreno más allá de la doctrina, y que la Iglesia ha querido aclarar: el único redentor es Jesucristo y “María es más discípula que madre”. Pueden parecer discusiones teológicas casi abstractas, pero la definición correcta de la Virgen concierne directamente a más de mil millones de católicos, especialmente por la proliferación de devociones —también a través de las nuevas plataformas— que necesitaban ser reguladas.
La aclaración ha llegado, después de muchos años, con una nota del Dicasterio para la Doctrina de la Fe —el antiguo Santo Oficio— firmada por León XIV: Mater populi fidelis.
El término “corredentora” fue utilizado por algunos papas: Pío XI fue el primero en emplearlo, luego el Concilio Vaticano II lo rechazó. Al inicio de su pontificado, Juan Pablo II volvió a usarlo, mientras que Benedicto XVI y Francisco se mostraron abiertamente contrarios. Bajo estos dos últimos pontificados —sobre todo durante el de Ratzinger— la necesidad de poner orden se hizo evidente. El asunto, sin duda, toca fibras sensibles. Tanto es así que, durante la rueda de prensa de presentación del documento, el prefecto del ex Santo Oficio, Víctor Manuel Fernández, fue interrumpido por un manifestante que gritó: “¡Este texto no le gusta a Dios!”. Una protesta que no inmutó al prefecto, quien recordó que en el Concilio de Trento, sobre la cuestión de la redención, se llegó incluso a las manos.
“La urgencia existía”, confirma a La Vanguardia Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto y teólogo miembro del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. “Habían llegado peticiones de muchas partes del mundo —sobre todo de África, Asia y América Latina— que pedían una intervención clarificadora sobre todos los títulos atribuidos a María: ella es la Madre de Dios, la Theotokos, como la llamaban los antiguos concilios”. Forte aclara otro punto: “También el título de Mediadora genera confusión, y debe entenderse siempre de manera subordinada, para referirse a la intercesión de María, a su cercanía maternal, a su ayuda en la vida de gracia, que sin embargo solo el Señor puede infundir en nosotros. Ella es la primera redimida, pero no puede ser mediadora de las gracias, porque ella misma las recibe”.
La Virgen, por tanto, ejerce “una mediación solo maternal e intercesora, que manifiesta su cercanía a los fieles, pero sigue siendo siempre subordinada y relativa. El texto reconoce en María un papel único en el corazón de la Iglesia, pero no el de mediadora o corredentora, porque Jesucristo es el único redentor”.
¿Cómo debe definirse entonces María, según la interpretación oficial? “Es la primera y más perfecta discípula de Cristo”, se lee en el documento vaticano, que la presenta como modelo de fe y de caridad para toda la Iglesia. Definida como “la primera discípula, la que mejor aprendió las cosas de Jesús”, María es descrita como aquella que “escucha la palabra de Dios y la cumple”, situándose entre los humildes y los pobres para enseñar a los creyentes a esperar y acoger la salvación que solo viene de Dios.
El texto recuerda que María, “en cierto sentido, es la primera a quien Cristo parece decir ‘sígueme’, incluso antes que a los propios apóstoles”, en virtud de su obediencia a la voluntad del Padre, su cooperación en la obra redentora del Hijo y su apertura a la acción del Espíritu Santo. Citando a san Agustín, la nota reafirma que “vale más para María haber sido discípula de Cristo que madre de Cristo”, una posición retomada también por el papa Francisco: “Es más Discípula que Madre”.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.