sábado, 21 de mayo de 2022

¿Cómo está, realmente, el Papa Francisco?

Los dolores de la rodilla del Pontífice, que han impedido varios encuentros y celebraciones, han hecho saltar los rumores sobre la salud del Papa que, tras varios días de rehabilitación, avanza en su movilidad y autonomía.

 

Fuente:   Omnes

Giovanni Tridente

17/05/2022


Desde hace días, incluso en la prensa internacional, circulan rumores sobre posibles complicaciones para la salud del Pontífice, hasta el punto de que también han comenzado los rumores sobre los principales candidatos a un posible próximo Cónclave como sucesores del Papa Francisco.

Ciertamente, no es agradable ver cómo empieza el torbellino de los llamados toto-nomi, en el que se plantean hipótesis, se «estudian» estrategias, se observan «jugadas» y se analiza con cierta vena exegética cualquier declaración dentro y fuera de los muros del Vaticano.

Es cierto que, desde finales del mes pasado, el Papa ha tenido que reducir el ritmo de su trabajo debido al empeoramiento de los dolores en su rodilla derecha, en la que padece artrosis (gonartrosis). Hemos empezado a verle en una silla de ruedas y cojeando notablemente incluso en pequeños movimientos. No ha presidido algunas celebraciones y ha pospuesto algunos nombramientos.

Sin embargo, hace unos días ha comenzado su periodo de rehabilitación, unas dos horas al día y, en comparación con el reposo absoluto prescrito por los médicos hace unas semanas, le vemos algo más «autónomo». En las audiencias privadas de la Casa Santa Marta se mueve más fácilmente con la ayuda de un bastón.

 

La salud del Papa Francisco

Nada de qué preocuparse, en definitiva; se trata simplemente de los clásicos achaques de la edad. Francisco tiene 85 años y ya sufría de ciática antes de su elección al papado, por lo que usa zapatos ortopédicos para ayudar a corregir la postura de su cadera.

Hace un año se sometió a una operación programada en el Hospital Gemelli de Roma para resolver una «estenosis diverticular sintomática del colon». La recuperación fue muy buena, y el Papa nunca ha rehuido reunirse con grupos de fieles, incluso los sábados por la mañana en la Sala Clementina. Desde entonces también ha realizado varios viajes al extranjero y hay más previstos para este verano, como Canadá y Sudán del Sur.

Desde hace un par de semanas recibe constantemente a diferentes grupos de fieles, incluso durante la misma mañana, como si quisiera compensar algunas de las reuniones aplazadas.

Permanece sentado en su silla de ruedas, desde la que pronuncia su discurso de despedida, pero no elude besar la mano al final de las audiencias.

El domingo celebró la misa de canonización de 10 nuevos santos y, tras el Regina Caeli, fue él mismo a saludar a los cardenales presentes en la Basílica de San Pedro. A continuación, hizo un recorrido por la Piazza y la Via della Conciliazione sentado en el Papamóvil.

Aunque un poco dolorido y cojeando de la rodilla, se le ve con su habitual determinación. Él mismo está convencido de que pasará, tardará algún tiempo, pero pasará.

 

 

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