El fraile Tomasz Samulnik, un dominico polaco, describe la vida cotidiana de un convento en el centro de Kiev.
Fuente: Nuevo Diario Web
06/03/2022
El monasterio dominico de la Madre de Dios, ubicado cerca del centro de Kiev, está experimentando condiciones difíciles por la guerra a sus puertas.
El fraile Tomasz Samulnik relató el día a día de la comunidad dominica en medio del escenario bélico.
El miedo y el estrés aumentan al no saber cuál será el próximo objetivo de los ataques rusos.
Recientemente, la torre de televisión de Kiev fue derribada por un bombardeo, torre que se encuentra a pocos metros del convento.
El convento cuenta con cinco religiosos, 3 polacos y 2 ucranianos, además de otras 15 personas que allí se albergan.
Crudo relato
El padre Tomasz explicó que el número de refugiados varía de un día a otro, ya que algunos deciden abandonar la ciudad, otros prefieren quedarse, otros buscan refugio.
Por lo general, tocan a la puerta del convento los que están en los barrios más peligrosos y que ya no tienen un sótano donde cobijarse.
Intento de normalidad.
A pesar de toda la tensión desde el inicio de la guerra, los religiosos intentan mantener la normalidad en las actividades.
El 1 de marzo, Miércoles de Ceniza, el fraile Tomasz fue a celebrar la misa para unas 40 personas en un convento de las Hermanas de la Caridad ubicado a 13 kilómetros de distancia.
Peligrosa vivencia
El religioso de la orden de Santo Domingo dijo que la ruta es peligrosa y que tuvo que pasar por varios puestos de control del Ejército ucraniano. Los militares ucranianos intensifican las inspecciones y controles porque temen la infiltración de separatistas prorrusos en la ciudad.
Toque de queda y sirenas
Hay toque de queda todos los días de 20 a 7, pero ni siquiera se recomienda viajar durante el día.
Los combates nocturnos tienen lugar todos los días y cada
vez que suenan las sirenas de alarma, los refugiados descienden al sótano del
edificio.
El sacerdote también se refirió a la dificultad para encontrar medicamentos
porque las farmacias están prácticamente todas cerradas.
Aunque los mercados y tiendas permanecen abiertos, las colas son cada vez más largas, y el desabastecimiento se hace cada vez más evidente.
Religión en la guerra
A pesar de todo el peligro y el miedo a la guerra, la comunidad religiosa se ha comprometido a mantener los días llenos de oración.
La Liturgia de las Horas, las misas, el rosario y la Adoración al Santísimo Sacramento son parte de la vida cotidiana dentro del convento y ayudan a dar esperanza y fuerza a los fieles allí presentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.