Fuente: ATRIO
Leonardo Boff
10/03/2022
El Papa Francisco entiende el cristianismo no como un fósil del pasado, sino como un organismo vivo que se relaciona siempre con el tiempo presente y se renueva. Entonces es cuando muestra su permanente actualidad y enriquece el sentido de nuestra vida.
Así ha hecho con el ayuno que los católicos suelen hacer el Miércoles de Ceniza, después del carnaval y al comienzo de la cuaresma (los 40 días que preceden a la Pascua), y el Viernes Santo, en el cual se recuerda la muerte de Jesús en la cruz.
El ayuno es una constante en todas las tradiciones religiosas. Su significado trasciende a no tomar alimentos y no beber agua. Se renuncia a ellos, fundamentales para la vida, para repensar el sentido de la vida y preguntarse por el lugar que Dios ocupa en ella. Los grandes nombres de nuestra tradición judeo-cristiana ayunaron. Así Moisés, Juan Bautista, San Pablo, Jesús y Francisco de Asís, entre otros muchos.
Chuang-Tzu habla del ayuno del corazón que es el origen de la unidad interior y de la libertad del espíritu. Es hacerse por un momento una ventana, que es un hueco vacío en la pared, pero por ella toda la habitación se llena de luz (Thomas Merton, La Vía de Chuang-Tzu, Vozes,1993,71-72).
Veamos, pues, la inteligente actualización que propone el Papa Francisco:
1- Saludar (siempre y en todo lugar).
2- Dar las gracias (aunque no “debas” hacerlo).
3- Recordarles a los demás cuánto los amas.
4- Saludar con alegría a esas personas que ves a diario.
5- Escuchar lo que te dice el otro, sin prejuicios, con amor.
6- Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.
7- Levantar los ánimos a alguien.
8- Celebrar las cualidades y los éxitos del otro.
9- Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.
10- Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.
11- Corregir con amor, no callar por miedo.
12- Tener buenos detalles con quienes están cerca de ti.
13- Limpiar lo que uso en casa.
14- Ayudar a los demás a superar obstáculos.
15- Llamar por teléfono a tus padres, si tienes la fortuna de tenerlos.
Después, propone estas maneras concretas de practicar el ayuno.
•Ayuna de palabras hirientes y trasmite palabras amables.
•Ayuna de descontentos y llénate de gratitud.
• Ayuna de rabia y llénate de mansedumbre y de paciencia.
• Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo.
• Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios.
• Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida.
• Ayuna de presiones y llénate de oración.
• Ayuna de tristezas y amarguras y llénate de alegría el corazón.
• Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás.
•Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación
• Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escucha a los otros.
Si todos hacemos este ayuno, nuestro día a día se llenará de:
Paz, Confianza, Alegría, Vida.
No hay nada que comentar a estos audaces preceptos, solo tratar de vivirlos con perseverancia.
*Leonardo Boff es teólogo y ha escrito con frei Betto Mística y espiritualidad, Vozes 2010.
Traducción de MªJosé Gavito Milano
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