miércoles, 1 de octubre de 2025

Una conversación entre el arzobispo Planellas y el alcalde de Tarragona

Fuente:   catalunyareligio.cat

Por   Paz M. Duran

01/10/2025


Fotografía: Uno de los momentos del programa [TAC12]

Un arzobispo y un alcalde, ambos de Tarragona. Seis preguntas hechas con total libertad, tres por cada uno. Esta es la receta del nuevo programa de TAC 12 -que lleva por nombre 3x3- en el que Joan Planellas y Rubén Viñuales han podido mantener una conversación paseando por varios lugares de la ciudad: desde el despacho del alcalde hasta el Pla de la Seu, justo delante de la fachada gótica inacabada de la catedral.

Lejos de la rigidez de los debates políticos o de las entrevistas institucionales, la conversación fluye con naturalidad y, ciertamente, con momentos de complicidad. Pero Viñuales no rehuye temas incómodos, y plantea al arzobispo tres cuestiones de fondo que a menudo salen en conversaciones callejeras: por qué la Iglesia no se moderniza, si debería ser más de izquierdas y cuando él mismo siente la llamada a ser cura.

 

La modernización de la Iglesia

La primera pregunta es clara y directa: ¿por qué la Iglesia parece ir siempre a remolque del tiempo, y no se moderniza para sobrevivir? Planellas reconoce que la institución arrastra el peso de su historia y esto dificulta los cambios. Pero también deja claro que el verdadero camino no es la modernización superficial, sino el retorno constante a lo esencial: "La Iglesia tiene necesidad de reforma, de volver al Evangelio. Es la institución más antigua del mundo y esto hace que a menudo cueste avanzar. Pero la piedra de toque es siempre el Evangelio. Jesús fue a contracorriente, fue una revolución en su tiempo y la Iglesia cierta cuando regresa a lo que es fundamental dejando de lado clericalismos y temas del siglo XIX que no sirven en el siglo XXI”.

Con estas palabras, Planellas sitúa al centro del debate no en la adaptación a modos culturales o en la estética de la institución, sino en la fidelidad al mensaje original de Jesús. Una Iglesia que quiere sobrevivir, viene a decir, no debe disfrazarse de modernidad, sino recordar que ya nace siendo una revolución.

 

¿Una Iglesia de izquierdas?

La segunda cuestión de Viñuales apunta directamente al terreno político: ¿no debería ser más de izquierdas la Iglesia? La respuesta de Planellas huye de etiquetas partidistas, pero no de una afirmación contundente que ya ha pronunciado en otras ocasiones y que repite sin matices: "Esto es verdad, porque en el proyecto social de Jesús y en la doctrina social de la Iglesia hay muchos aspectos que coinciden con lo que podrían defender los partidos de izquierdas".

A partir de ahí, el arzobispo despliega una reflexión sobre la doctrina social de la Iglesia, recordando que la preocupación por los pobres y por los marginados es inseparable del corazón del Evangelio. "El servicio a los pobres, a los marginados ya los migrantes es esencial. Esto es radicalmente contrario a lo que defiende la extrema derecha, que paradójicamente se presenta a menudo como mucho de iglesia", señala.

Planellas insiste en que la fe no puede convertirse en arma política ni en patrimonio de una ideología concreta. "El Concilio Vaticano II ya dejó claro que la Iglesia debe estar en medio del mundo, pero fuera de la lucha estrictamente política. Su proyecto social es, en definitiva, revolucionario". Con esta idea, sitúa al mensaje cristiano como un elemento capaz de cuestionar los poderes establecidos y de inspirar transformaciones sociales profundas, pero siempre desde la fidelidad al Evangelio y no desde las siglas.

 

El momento de la llamada

Tras hablar de reforma y de política, la tercera pregunta del alcalde baja al terreno más íntimo: ¿cuándo siente Planellas la llamada a ser cura? El arzobispo explica que su vocación no es fruto de una revelación repentina, sino de un camino lento y doméstico, atravesado por la experiencia del trabajo y el peso de la familia. "Cuando terminé el COU, trabajé un año en una empresa de perforaciones, de administrativo. Es por aquel entonces cuando me planteo en serio la vocación".

Es también en aquellos años cuando descubre que su madre había rogado para que él fuera cura, un detalle que Planellas explica con naturalidad y que ayuda a entender la influencia de su entorno más cercano. "Vengo de una familia muy sencilla, del mundo rural; mi padre era campesino y mi madre tuvo un papel muy importante en este proceso".

Y, sin dramatismos, quiere desmitificar la idea de la vocación como un momento de epifanía: "No es como San Pablo cayendo del caballo, sino un ir viendo. El Evangelio de Jesús me cautiva y, con el apoyo de la parroquia y de los amigos, descubro que éste es mi camino".

 

Un encuentro de complicidades

El resultado del programa es una conversación con tono sereno, reflexiva, pero también cercana, en la que el arzobispo no esquiva ningún tema y el alcalde se muestra cómodo interpelándolo sin concesiones. El propio Viñuales lo reconoce al final: "Me ha sorprendido su calidad humana y la capacidad de reírse de sí mismo. Esto también acerca a Dios". Con este nuevo formato, TAC 12 consigue ofrecer una mirada distinta a la figura de Joan Planellas: no sólo como pastor de la archidiócesis, sino como un hombre que defiende la necesidad constante de reforma, reivindica el proyecto social de Jesús y comparte con naturalidad el relato personal de su vocación.

En definitiva, un encuentro que deja la sensación de que, más allá de los muros de la catedral o de la alcaldía, Iglesia y ciudad pueden dialogar de tú a tú, intercambiar preguntas incómodas y reconocerse en una misma colectividad tarraconense.

 

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