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PURI
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Hola amigos
Cuando ofrecí mi disponibilidad
para colaborar en este nuevo hospital que se estaba construyendo en IFEMA no
sabía lo que encontraría. De hecho, cada día que voy es distinto. Si soy sincera, no pensé mucho en las
consecuencias. Sólo secundé el gran deseo de ayudar en algo tan desbordante.
Están siendo días muy intensos llenos de incertidumbre, miedo, desproporción,
impotencia, inseguridad, cansancio…
Es muy impactante el pabellón en
el que trabajo. En un espacio grandísimo se han colocado unas 250 camas. Como
dice una doctora que trabaja allí: “Un mar de camas que parecen barcas salvando
a pacientes, intentando que no naufraguen”. Para mí es como entrar en un
Santuario. Me recuerda al Encuentro Madrid. Un pabellón diáfano que se llena de
belleza porque Él está caminando con nosotros. Es una Obra de caridad gigante
donde es sencillo reconocerLe presente. Seguro que esto no estaba en la mente
de los que lo construyeron, pero para mí es esto.
Trabajo enfundada en un EPI
(equipo de protección individual) que me ponen unos voluntarios de Protección
Civil (ellos también se encargan de quitármelo cuando salgo). Es lo más
parecido a un astronauta. Sólo nos vemos los ojos. Nuestro nombre y profesión
está apuntado en la solapa y espalda del EPI.
Es difícil trabajar así. No
puedes moverte como querrías y la expresión se reduce a la mirada y a los
gestos con las manos (enfundadas en 4 guantes). Pero a pesar de estas
dificultades logras encontrarte con los compañeros y con los pacientes. La
mayoría de los pacientes que he conocido vienen de estar 2 o 3 días en las
urgencias de algún hospital (sentados en una silla) por lo que esto les ha
aliviado mucho. No he presenciado todavía ninguna muerte, pero creo que va a
llegar, porque desde mañana cambio a otra zona donde ingresan pacientes más
graves.
Entro invocando: “ Veni Sancte
Spiritus, Veni Per Mariam” y pido reconocerLe y LlevarLe en mi mirada.
Es fácil encontrarse con los
compañeros de trabajo. Ayudamos a levantar algo grande juntos y se percibe en
el ambiente. Algo que es un bien para todos (no sólo para uno mismo) y esto
saca lo mejor de cada uno (en atención, disponibilidad, capacidad de
sacrificio…)
Está siendo un tiempo de Gracia.
Como dice el Papa: “…este momento de prueba es un momento de elección”. No
puedo mirar ese pabellón enorme lleno de camas donde están prostrados tantos
hombres y mujeres sin pensar en la Cruz de Cristo y no puedo ver tanta
disponibilidad y entrega, tanta sonrisa en las caras de los pacientes, que me
llaman por mi nombre sin conocerme, que me agarran fuerte de la mano (porque
tienen miedo), que se alegran de verme (¡¡los ojos!!) y de escucharme, sin
pensar en la Resurrección de Cristo. Él ha vencido, nada se escapa de Su abrazo
porque está presente y es fácil reconocerLe. Hasta los aplausos de los que
están en casa me hablan de Él. Es la humanidad que aplaude el darse gratuito de
tantos. Es la humanidad que aplaude (sin saberlo) a Quien se ha dado hasta el
extremo. Todo es signo de Él.
Pedid por mi y por mi hermano. No
sé lo que el Señor puede pedirme todavía y aunque llena de certeza, soy frágil
y tengo miedo
Un abrazo. Puri
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