Dom Erwin Kräutler es
obispo do Xingu y presidente nacional del Consejo Indigenista Misionero - CIMI.
Vea a continuación la entrevista
completa.
IHU On-Line -
¿Como fué su encuentro com el Papa Francisco? ¿Sobre qué asuntos conversaron?
Belo Monte y la situación de la población de Xingu ¿fueron temas abordados por
usted?
Dom Erwin Kräutler
- El encuentro con el Papa Francisco tenía que ver con mi función de Secretario
de la Comisión Episcopal para la Amazonia. Nuestro Cardenal Don Claudio Hummes,
que es presidente de esta comisión, me animó a solicitar uma audiencia
particular con el Papa para hablarle de mi vida y de la experiencia en la
Amazonia y, como testimonio de quien conoce la Amazonia hace medio siglo,
situarle junto a nuestras preocupaciones como Iglesia en esta región. Pero soy
también Presidente del Consejo Indigenista Missionero (CIMI), ya en el cuarto
mandato. Y con esta responsabilidad me senti realmente en la obligación de
compartir con nuestro papa Francisco la realidad en la que viven los pueblos
indígenas en el Brasil, sus sufrimientos y angustias.
La audiencia estaba marcada para las 10 horas
del dia 4 de abril de 2014. Yo habia invitado al Padre Paulo Suess, asesor
teológico del CIMI y profundo conocedor de la causa indígena en el Brasil y en
América Latina, a acompañarme en esta audiencia para que lo pudiese presentar
al Papa. Después de saludarnos el Papa y de las acostumbradas fotos, el Padre
Paulo Suess le ofreció su Diccionario de Aparecida - 40 palabras claves para
una lectura pastoral del Documento de Aparecida (São Paulo: Paulus, 2007) y
también un texto que redactó sobre las comunidades sin Eucaristia. Ahi
(referente a eso), el Papa dijo después que esperaba sugerencias concretas,
propuestas valientes de los obispos como él ya habia pedido el 27 de julio de
2013, con ocasión de su visita al Brasil, en la Jornada Mundial de la Juventud:
"Pido, por favor, que sean atrevidos, que tengan parresía! Dicho con
nuestra forma de hablar porteña (de Buenos Aires), les diría que fueran
'corajudos'".
Comunidades sin Eucaristia
El Papa me invitó entonces a sentarme.
Agradecí el privilegio de ser recibido en audiencia como obispo de Xingu, que
es la mayor circunscripción eclesiástica del Brasil en extensión territorial.
Hay en Xingu en torno a 800 comunidades y solo 27 sacerdotes. Como en toda la
Amazonia, tambien en Xingu las comunidades, en su inmensa mayoria, solo tienen
acesso a la celebración eucarística dominical dos o tres veces al año. Es muy
doloroso para mi, como obispo, convivir con esa realidad. De repente el Papa me
preguntó: "¿Qué piensa usted, o cuál es su propuesta en este
sentido?" Jamás esperaba que el Papa quisiera oír mi opinión y dije:
"No tengo una 'receta' preparada, pero necesitamos con urgencia encontrar
una solución para que nuestro pueblo deje de ser excluído de la
Eucaristia". El Papa me respondió entonces que había algunas "tesis
interesantes", por ejemplo, la de un obispo alemán que fue obispo en
África del Sur. Se trata de Don Fritz Lobinger (*1929), que de 1987 a 2004 fué
obispo de la Diocesis de Aliwal. Su libro Altar vacio. Las comunidades pueden
pedir ordenación de ministros propios (Aparecida: Editora Santuário, 2010) fue
traducido a varias lenguas[1] (*).
Dom Fritz Lobinger sueña con ministros ordenados que pertenecen a la comunidad
y continúan la vida de família y profesional. El papa recordó todavía una
diocesis en México donde, en las diversas etnias indígenas, hay centenas de
diáconos casados que ejercen su ministerio junto a su pueblo y presiden sus
comunidades. Solo les falta la ordenación sacerdotal para poder presidir también
la celebración eucarística. Es la diocesis de San Cristobal de Las Casas, en el
estado de Chiapas. Una vez más el papa Francisco insistió que los obispos de
determinada región presentaran propuestas bien concretas y valientes. Me dijo
que esperaba y aguardaba tales propuestas de los obispos.
Recordó al gran José de Anchieta, ahora
"San José de Anchieta". Quién sabe, si ese santo, que llegó de las
Islas Canarias al Brasil con menos de 20 años y nunca más volvió a su tierra
natal, puede fomentar en las diócesis brasileñas con número suficiente de
sacerdotes el espíritu misionero rumbo a la Amazonia.
Vi que los ojos del Papa brillaron cuando
habló de los misioneros y misioneras en la Amazonia. Me recordó que el Cardenal
Dom Claudio Hummes le había hablado al respecto de tantos obispos y padres,
religiosas y religiosos, laicas y laicos comprometidos en la evangelización de
esta región de extensión continental y expresó a todos su cariño y su admiración
Los Pueblos Indígenas en el Brasil
Pasé entonces a la cuestión de los pueblos
indígenas. Hablé del CIMI, de su presencia junto a los pueblos indígenas y
también de su objetivo de sensibilizar y concientizar a la sociedad mayoritaria
en el respeto de la dignidad y de los derchos de estos pueblos. Dije que el
CIMI contribuyó decisivamente a que los indios tengan reconocido en la Carta
Magna do Brasil "su organización social, costumbres, lenguas, creencias
y tradiciones, y el derecho originario a las tierras qe tradicionalmente ocupan"
(artículo 231 de la Constituición Brasileña). Denuncié que existen hoy grupos
político-económicos ligados al agronegocio, a mineras y constructoras, con
apoyo y participación del gobierno brasileño, que buscan destruir los derechos
territoriales de los pueblos indígenas y, para conseguir tal objetivo, utilizan
sistemáticamente instrumentos político-administrativos, judiciales y
legislativos.
Denuncié también que, contrariando lo que
determina la Constitución Brasileña, el actual gobierno suspendió los
procedimientos administrativos de reconocimiento y demarcación de tierras
indígenas en el país. La paralización de las demarcaciones es una de las principales
causas de conflictos de las que los pueblos indígenas son víctimas. Cité
algunos ejemplos que demuestran la violencia contra los pueblos indígenas.
Hablé del confinamiento de los Guarani-Kaiowá en un área tan diminuta que
deviene en muertes, suicidios y sufrimiento atroz y permanente. Recordé tambiém
la precaria asistencia a la salud por parte del Estado Brasileño especialmente
en la Tierra Indígena Vale do Javari, en el estado del Amazonas; 85% de los
indígenas tuvieron contacto o están contaminados por uno o más vírus de
hepatitis. No podia dejar de referirme también a los aproximadamente 90 grupos
de pueblos indígenas en la Amazonia brasileña en situación de aislamiento,
muchos de ellos corriendo riesgo de quedar diezmados.
Finalmente recordé el encuentro del Papa con
indígenas con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, cuando un indio le
colocó un lindo atavío en la cabeza y otro indio-pataxó de sólo 14 años
exclamó: "És fantástico que alguien de nuestra comunidad haya tenido
oportunidad de conocer al papa. Nosotros aqui estamos representando a todos los
indios del Brasil". Varios indígenas de la Amazonia dijeron, aquel día,
que esperaban la ayuda del Papa para la defensa de sus tierras ancestrales.
Amazonia y la Ecología
Tras algún otro comentario que hice al papa,
pasamos a la cuestión de la Ecologia. Le recordé lo que había hablado a los
obispos del Brasil en su discurso de 27 de julio de 2013: "Quería invitar
a todos a reflexionar sobre lo que Aparecida dice a propósito de la Amazonia, incluyendo
la fuerte llamada al respeto y a la salvaguarda de toda la creación que Dios
confió al hombre, no para que la explotase estúpidamente, sino para que se
conviertiera en un jardin". En este contexto, hablé de las iniciativas
desarrollistas que causan un verdadero caos social y ambiental. Cité como
ejemplo la hidroeléctrica Belo Monte en Xingu. Todas las prevenciones técnicas
manifestadas por especialistas no consiguieron convencer al gobierno brasileño
a desistir de ese megaproyecto. En torno a 40 mil personas están siendo
directamente afectadas por Belo Monte y tendrán que dejar sus casas.
El Papa me dijo entonces que está pensando en
una encíclica sobre la ecología y enfatizó: "también la ecologia
humana". Tiene toda la razón. No podemos separar a la família humana del
medio ambiente en el que vive, o abstraer el medio ambiente de los hombres y
mujeres responsables de la creación de Dios, el hogar de toda la humanidad,
también de las futuras generaciones. Insistí diciendo que en esta futura encíclica
la Amazonia y los Pueblos Indígenas no pueden quedar ausentes. El Papa me
reveló que ya había encargado al cardenal africano Peter Turkson, presidente
del Pontificio Consejo Justicia y Paz, que elaborara un esbozo. Respondi al
Papa: "Pues bien, estuve ayer con el Cardenal Turkson durante varias horas
y uno de los asuntos tratados fue exactamente éste. Insistí que la Amazonia y
los Pueblos indígenas no faltasen en una futura encíclica sobre ecología. Y el
cardenal me pidió que le ayudase en esos puntos. Acepté la invitación con mucha
alegria". El papa se mostró contento y agradeció mi disponibilidad de
colaborar.
El abrazo del Pueblo de Xingu
Finalmente hablé al Papa de que mi pueblo de
Xingu le quiere muy bien y lo abraza cariñosamente: "Debo transmitirle el
abrazo de millares y millares de mujeres y hombres". Entonces, él dijo que
agradecía el abrazo y, sonriendo, me encargó darles, en su nombre un abrazo a
cada una y cada uno de los hermanos y de las hermanas de la Prelazia de Xingu.
Ya en la despedida pidió al pueblo de Xingu
que rezase mucho por él. Me acordé del momento en el que apareció, por primera
vez como Papa, en la ventana de la Basílica de San Pedro y, antes de dar su
primera bendición, pidió la oración del pueblo de Roma y del mundo entero. Así
también pidió, primero, oraciones para después enviar su bendición al pueblo de
Xingu. Agradecí una vez més el privilegio de haber sido recibido en audiencia y
besé su sencillísimo "Anillo de Pescador". En seguida, el Papa me
acompañó gentilmente hasta la puerta.
IHU On-Line - ¿Cuáles
son sus impresiones de la conversación con el Papa Francisco?
Dom Erwin Kräutler
- El Papa Francisco es muy cordial, fraterno. Su sonrisa no tiene nada de
postiza. Es el escaparate de su alma y su corazón. Quien se encuentra con él,
enseguida se siente acogido. Aunque en el Palacio Apostólico se respire el aire
de muchos siglos pasados y de las numerosas salas con tronos y obras de arte
que parecen más un museo, cuando entré en la biblioteca y el Papa vino a mi
encuentro y con una cordial sonrisa me extendió la mano, me di cuenta de que
estaba "en mi casa". Quien crea un ambiente tan amable y acogedor no
son las obras de arte, sino la persona del Papa Francisco.
No sé por qué, pero durante nuestra
conversación, de repente me vino a la mente la figura de Moisés que sacó al
pueblo de la esclavitud para llevarlo a la Tierra Prometida. Tuvo que soportar
lacerantes decepciones, incomprensión, maledicencia abierta y velada, incluso
la revuelta del pueblo a punto de querer volver a la tierra de la que Dios lo
sacó "con mano fuerte y brazo extendido" (Dt 4,34; 26,8). Pero
Moisés, en medio de todas las frustraciones, se dejó conducir por el Señor,
siguió de frente, paso a paso. Y ¿por qué? Una profunda mística lo alimentö y
mantuvo firme, también en las horas de tinieblas más espesas. Nunca olvidó lo
que Dios le había dicho en la madrugada del Éxodo: "Yo estaré
contigo" (Ex 3,12). "El Señor lo conocía cara a cara" (Dt 34,10)
es el último comentario sobre Moisés en el Libro del Deuteronomio. Pienso que
el Papa vive una mística semejante. Sabe que Dios está con él y esa certeza de
la presencia de Dios en su vida es el secreto de su sonrisa cautivadora.
IHU On-Line - ¿Cómo
describiria usted la reacción de las personas, en general, y de la Iglesia, en
particular, en Europa, y, especialmente, en Austria, ante el pontificado de Francisco?
Dom Erwin Kräutler
- Vivo hace casi 50 años en Xingu y por eso no me atrevo a hacer análisis al
respecto de las Iglesias en Europa, ni siquiera en Austria, donde nací. Dejo
esto a los pastoralistas de allá. Pero por mis contactos con sacerdotes,
obispos y personas comprometidas, percibo que hay un profundo sentimento de
gratitud a Dios y una desbordante alegria por tener este papa. No se espera de
él que de hoy para mañana consiga hacer las reformas, ya hace tiempo
necesarias, pero hay una inmensa esperanza de que el Papa Francisco dé un giro
a nuestra Iglesia.
Algunos están impacientes y quieren que el
Papa tome decisiones "ya" en relación a las llamadas en Europa
"Heisse Eisen" (cuestiones quemantes), como las normas para admisión
al sacerdocio, el celibato, el papel de la mujer en la Iglesia, el proceso para
elección de obispos, la comunión para casados en segundas núpcias.
Existen también personas que, por lo que
parece, insisten en continuar en los tiempos del Concílio de Trento
(1545-1563). No aceptan el gesto simple, humilde, acogedor del papa y, todavía
peor, cuestionan hasta su teología, sus llamadas a la misericordia y dudan de
su ortodoxia, enarbolándose en defensores de la fe católica. Gracias a Dios son
una minoría numéricamente insignificante, pero es gente fanática, intransigente,
irascible, que produce dolor.
IHU On-Line -
¿Cuáles son las expectativas en cuanto al Sínodo Extraordinário para la Família
en Europa? ¿Y en Brasil?
Dom Erwin Kräutler
- Las expectativas son enormes, especialmente después de la consulta realizada
en el mundo entero por la Santa Sede. El Sínodo Extraordinario tendrá una tarea
homérica a cumplir y las discusiones sinodales, sin duda, serán acaloradas, lo
que no deja de ser positivo cuando se buscan respuestas a los anhelos de
millones y millones de familias que aguardan de este Sínodo líneas,
directrices, orientaciones.
El discurso pronunciado por el cardeal Walter
Kasper en el Consistorio de los Cardenales, el 20 de febrero de 2014, puede ser
un excelente punto de partida para las discusiones en la sala sinodal,
especialmente en una cuestión muy candente como el aceso a la comunión
eucarística de divorciados, en segundas nupcias. Walter Kasper recuerda, en su
discurso, lo que el Papa Francisco habló el 24 de enero de 2014 a los oficiales
del Tribunal de la Rota Romana (la instancia superior de apelación en la Sede
Apostólica). El papa afirma que "la pastoral y la misericordia no se
contraponen a la justicia, pero, por así decir, solo la justicia suprema,
porque por detrás de cada causa ellas pueden ver no solo un caso para ser
examinado en la óptica de una norma general, sino una persona humana que, como
tal, nunca puede convertirse en un mero caso y siempre tiene una dignidad
única".
Espero que haya realmente diálogo. En el
Sínodo para América en el que participé, en 1997, como delegado de la CNBB, no
había suficiente espacio para intercambiar ideas, discutir puntos de vista.
Hago votos de que, finalmente, se creen un organigrama y flujograma favorables
al diálogo.
Y aún espero que, en este sínodo, no sean sólo
los padres sinodales, cardenales y obispos los que tengan voz, sino que parejas
y familias sean invitadas y oidas, incluso personas cuyo matrimonio fracasó y
piden compasión y misericordia para su situación, dolorosa y, muchas veces,
irreversible.
Traducción del portugués. Emilia Robles
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