“Tenemos que implantar el debate humanitario”, ha subrayado Francisco en una entrevista con la revista de los misioneros combonianos Mundo Negro al ser preguntado sobre el hecho de que el debate sobre el intento de acceso a España por la valla de Melilla se haya llevado más a lo político que a lo humanitario.
Fuente: Noticias Obreras
Agencias
12/01/2023
Los hechos ocurrieron el 24 de junio de 2022 cuando intentaron entrar a España alrededor de 2.000 migrantes de procedencia subsahariana, a través de la valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos. Según las cifras oficiales, en el transcurso de estos acontecimientos fallecieron 23 personas.
Desde que ocurrió, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha defendido la actuación de la Guardia Civil y ha reiterado que “no hubo ningún muerto en territorio español”, después de que un documental de la BBC contradijera la versión oficial, y asegurara que la Policía española vio y no impidió que decenas de personas murieran. En diciembre, la Fiscalía General del Estado archivó el caso al no apreciar indicios de delito en la actuación de los agentes.
Sin embargo, más de 150 organizaciones sociales firmaron un manifiesto en el que consideran “extremadamente grave” la decisión de la Fiscalía de archivar las investigaciones por esta tragedia donde murieron, según datos de investigaciones, al menos 37 personas del África subsahariana y otras 77 siguen desaparecidas desde entonces.
Las imágenes sobre lo ocurrido el 24 de junio en la frontera entre Melilla y Nador, junto con los reportajes periodísticos publicados, los testimonios recogidos, la resolución de Defensoría y el último informe publicado por Amnistía internacional ponen en evidencia unos hechos que no pueden quedar impunes y la necesidad de que se determine la responsabilidad tanto de España como de Marruecos.
Amnistía Internacional, acusa a España y Marruecos de “crímenes de derecho internacional”. Basándose en testimonios de testigos presenciales, imágenes de vídeo y de satélite, el informe, titulado Lo golpearon en la cabeza para comprobar si estaba muerto. Las muertes estarían relacionadas con el uso indebido de la fuerza por parte de las autoridades, así como del uso indebido de material antidisturbios, concretamente pelotas de goma y gas pimienta a corta distancia contra personas indefensas y atrapadas, y la omisión del deber de socorro.
El uso de concertinas, un crimen
Por otro lado, el Papa también denuncia y tacha de “crimen” el uso de concertinas en las vallas para frenar a los migrantes que intentan llegar a Europa en busca de un futuro mejor.
“Cuando pones concertinas para que no se escapen, es un crimen. Es un crimen. Y esos países que tienen un índice demográfico por el suelo, que tienen necesidad de gente, que tienen pueblos vacíos y no saben gestionar la inserción de migrantes. El migrante tiene que ser recibido, acompañado, promovido e integrado. Si no se integra, es malo”, precisa Bergoglio.
En todo caso, critica que existe “una injusticia europea muy grande” porque “Grecia, Chipre, Italia, España y también Malta son los países que están más en el área de recibir migraciones” y “tienen que hacer frente a todo y están en la disyuntiva de mandarlos de vuelta para que los maten o mueran” pero “la Unión Europea no acompaña”.
Ante esta situación, el Pontífice aboga por “ayudar a África” para que “sea cada vez más señora de sí misma”, como “dijo una vez una jefa de Gobierno” pero lamenta que, en estos momentos, se la está “saqueando”.
“Esa idea de que África existe para ser explotada es lo más injusto que hay, pero está en el inconsciente colectivo de mucha gente, y hay que cambiarla. Además, en segundo lugar, hay que hacerse cargo de la riqueza que tiene África, no solo de la riqueza mineral, sino intelectual”, ha subrayado, al tiempo que ha puntualizado que “hay que ir a los pueblos, no a las ideas”.
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