Fuente: Religión Digital
12/12/2022
Comparte su casa con tres chicos marroquíes (de los 1.400 que ha atendido) y en su parroquia de San Antonio Etxebarri la pasta y las lentejas de un banco solidario llena las estanterías a las que miran los santos del retablo. José Alberto Vicente es un cura todoterreno, que aglutina equipos y preside dos fundaciones (Harribide y Aizi Hezi) para hacer casar el Evangelio con la vida real. Porque, como bien dice, "el motor que me impulsó y me sigue impulsando a ser como soy y a hacer todo lo que puedo —y en los asuntos que puedo— es el Evangelio".
Desde ahí sigue luchando por los que el Estado califica como 'ilegales'. "¿Puede ser una persona ilegal?", se pregunta. Y, por eso, no entiende "por qué hay personas que se ven obligadas a esperar, al menos 3 años, para así poder 'ser legales'". Aunque muchas veces se siente "impotente", sigue en la brecha, para "convencer a las personas de que todos los seres humanos tenemos el derecho a vivir de una manera digna".
Párroco, director (en su día) de la Fundación EDE (hoy miembro de su patronato) y, desde chico, comprometido con lo social. ¿Cómo lo compagina José Alberto Vicente?
Cuando fui cristiano consciente, comprendí que serlo no es otra cosa que ser fiel al proyecto de Jesús. Y este proyecto es llegar a sentir a Dios en el corazón, como Jesús, sonreír con él, llorar con él y “dar el callo” como él, trabajando por un mundo más justo. E, igualmente comprendí que había que comenzar por lo que sencillamente puedes hacer, sin dejar de denunciar aquello que se aleja del servicio a las personas.
Cuando elegí ser sacerdote ya había sido monitor y responsable de un grupo en el escultismo. Y además de ser monitor en un grupo concreto pasé por la delegación diocesana desarrollando tareas de animación en la formación. De aquí pasamos a formar la escuela de Tiempo Libre Educativo (EDE) juntamente con otras asociaciones, es decir, a ayudar a pensar las tareas que monitores y monitoras hacían en sus respectivos grupos, a darles sentido, a intercambiar unos con otros. En esta formación era importante la apuesta por una sociedad justa, el sentido de la fe en Jesús y lógicamente el acompañamiento educativo desde la acción reflexionada.
Nunca me he propuesto hacer algo. Todo lo que hago ha salido por si solo al ver necesidades o posibilidades de hincar el diente donde hacía falta para lograr el objetivo. Y cuando miras hacia atrás (pocas veces) te das cuenta de dónde has estado y de lo que has hecho. Pero esto me asusta.
En estos momentos estoy animando una comunidad cristiana en el pueblo de Etxebarri (Bizkaia), y otra en Ibarrekolanda (Bilbao) que, además de otros grupos, tienen grupos de educación en el Tiempo Libre.
En Etxebarri, por ejemplo, vimos la necesidad de buscar una forma jurídica que pudiera soportar toda una serie de proyectos tendentes a la dinamización comunitaria y, de esta suerte, salió la Fundación Harribide que proyectó en su día -y hoy gestiona- dos ludotecas; un programa de apoyo escolar; una casa de juventud; otra de adolescentes; un servicio de cursos y talleres; un bar como promoción de empleo y dinamización de actividades y grupos; una escuela de familias; colonias en el verano y dinamización de personas mayores, a partir de los grupos de tiempo libre, lo que es específicamente suyo.
Todo ello se realiza en contacto con las asociaciones del pueblo y especialmente, en lo educativo, con las ampas del colegio y del IES, así como con los tutores y directores de los mismos. Participamos un “consorcio”, llamado “de convivencia”, en el que de lo que se trata es de afianzar los valores propios de unas relaciones humanas positivas en todo el pueblo y en todas las edades.
Como bien comprenderás esto no lo hago yo solo. Formo parte de un equipo de personas con las que dinamizamos todo ello.
Viendo la importancia que ha tenido la educación en el tiempo libre en mi vida y en la de tantas otras personas, una de ellas me dijo un día que tenía interés en revertir todo lo que estos grupos le habían aportado y de esta forma creamos, con 100 socios, la Fundación Aizi Hezi (de la que, de momento, soy presidente) para potenciar todo lo relacionado con la educación en el tiempo libre. Y desde aquí constituimos una asociación de distintas redes en tiempo libre de Bizkaia y codearnos con las demás asociaciones que conforman el tercer sector social de Euskadi. Por eso, participamos en la Mesa de Diálogo Civil de Gobierno Vasco y en el Consejo Vasco de Voluntariado. En ambas, lo hago de forma bastante activa.
Y claro… Hay que vivir, dormir, comer, ver la TV, charlar, etc. pues lo hago en mi casa, que comparto en estos momentos con tres chicos marroquíes de 22-23 años. En algún momento hemos estado hasta 6. La casa es pequeña, pero siempre cabe uno más. No será por disposición y querer acoger a quien lo necesite…
En Harribide disponen de pisos de acogida de Menas y de chicos que cumplen los 18 y se quedan en la calle y tienen que buscarse la vida, ¿verdad?
La historia del proyecto Yala (acogida a jóvenes inmigrantes) tiene otra historia.
Una asociación dedicada en su día al acompañamiento de personas presas me dijo un día que a ver si podía tener en mi casa un fin de semana largo al mes a un chico de los que están en tercer grado en prisión. Con tres cuadrillas del barrio de Ibarrekolanda y en mi casa como cuartel general, nos pusimos a ello con empeño. Esta asociación me propuso recoger en casa, al de un tiempo y viendo el número de gente inmigrante que se estaba acercando, a un chico marroquí maltratado por la policía de su país. Yo les dije que sí, que adelante y, de esta manera, comenzó la acogida a jóvenes inmigrantes.
La comunidad cristiana de San Antonio en Etxebarri tenía (y tiene) un piso que era la vivienda de los curas, y que, de hecho, era un lugar de encuentro habitual de los distintos grupos de la comunidad y de los monitores y monitoras de tiempo libre.
Propuse al consejo parroquial utilizar las habitaciones de este piso para la acogida de chicos. Entonces, la gente tenía un doble sentimiento: por un lado, su planteamiento cristiano les decía que había que hacer posible la acogida, pero, por otro, la mala fama y los problemas les echaban para atrás, a decir que no. Yo les dije que podíamos hacer la prueba: si funcionaba, seguíamos adelante. Y si no funcionaba, pues parábamos el proyecto. Y ¿qué paso? Pues que este proyecto empezó a funcionar, habida cuenta de la disposición que esta comunidad tenía y tiene para acoger y favorecer a las personas sufrientes. Y de esta suerte, surgió un continuo ir acogiendo chicos inmigrantes.
Todos ellos tienen ya los 18 años, por lo menos, porque de los que tienen menos se encargan las instituciones de la acogida. Y sí; como muy bien dices, salen de sus lugares de origen (la mayoría de los nuestros son de Marruecos) y vienen a buscarse la vida porque allí no pueden tener una vida con un desarrollo normal. Aquello es pobre hasta rabiar y no hay futuro para ellos en su propio pueblo o en su país.
Pasan el mar en pateras o en las ruedas de un camión, alguno nadando y, últimamente, después de darse “un largo paseo” por Grecia, Macedonia, Italia, Francia…
Y llegan aquí; con lo puesto, sin dinero y sin saber hablar castellano y sin nada. Nuestro equipo entrevista a los que vienen, va descubriendo necesidades (padrones, idioma, estudios, pasaportes, comida, ropa, vivienda, atención humana, salud, etc…) y poquito a poco va tratando de orientar y satisfacer las necesidades que se detectan.
Yo, en mi lista de chavales atendidos, tengo registrados unos 1.400. Y si sumamos a los que ha atendido el proyecto Yala, pues podrán ser unos 3.000.
En estos momentos tenemos 5 comunidades de acogida, y dos lugares para dormir en los que hay implicados un montón de personas y familias voluntarias que llevan la cena todos los días y cenan con los chicos que duermen en estos dos lugares. Esto crea un ambiente de integración, conocimiento y apoyo impresionante.
La comunidad de San Antonio de Etxebarri gestiona un banco de alimentos que sirve para abastecer en su medida, que no al 100%, las necesidades alimenticias de los pisos que gestionamos y las de otro montón de chavales (191) que no tienen ingresos o que si los tienen, son muy ajustados. También proporciona comida a 45 familias del pueblo.
Todo ello está atendido y organizado por voluntarios que, una vez jubilados, se ponen a disposición de estos proyectos y hacen los viajes que sean precisos y, a la vez, ordenan lo necesario para que todo funcione.
Y ¿sabes dónde lo tenemos localizado? Pues, en el templo. Es que no había más espacios donde colocarlo. De esta manera, las celebraciones litúrgicas y las eucaristías conviven con los estantes llenos de lentejas, cebollas, mandarinas y todo lo que se tercie para que estas personas puedan sobrevivir. Es una forma palpable de dar a entender que lo nuestro, sí es sentir y charlar con Dios, leer el evangelio de Jesús para abrir pistas de mejora, eso nos tiene que llevar a comprometernos con los que más lo necesitan. Celebrar la eucaristía con olor a cebolla es una forma de vivir y entender lo que es ser cristiano.
Un amigo mío me suele comentar, cuando viene a visitarme, que en Bizkaia hay tres catedrales: la de Santiago, la de San Mamés y la de San Antonio de Etxebarri. Y que, de todas ellas, ésta, la de San Antonio de Etxebarri, con sus estanterías -a veces, repletas de alimentos- es la más importante, al menos para los que queremos ser seguidores de Jesús. La vedad es que cuando lo oigo me sonrojo, pero creo que, en el fondo, tiene razón; pero no por mí, sino por la fuerza que tiene esta imagen para visibilizar una manera de ser cristiano que nos satisface a quienes formamos parte de la parroquia y, con ellos, a mí, por supuesto.
¿Le duele la demonización de los Menas por parte de la ultraderecha
Claro que me duele. Pero no son solamente los de ultraderecha los que tienen demonizados a los chavales inmigrantes, y también a personas autóctonas.
Yo creo que esto sucede por tres causas: o bien, porque políticamente les es rentable (ganan votos), o, sencillamente, porque no han tenido la oportunidad de estar y vivir o convivir con un chico de estos, o también, puede ser porque hayan tenido una experiencia desagradable con alguno de ellos.
Fíjate lo que me comentó, no hace mucho, una madre de familia del pueblo: “Yo tenía un poco de “prevención” hacia las personas negras, pero el día que xxxx (uno que vivía en el piso de la parroquia) me saludó, dándome un beso, en ese momento se me fue toda prevención. A partir de entonces, veo que todas las personas son capaces de dar, de recibir y que todas tenemos necesidad de cariño y atención independientemente de color de su piel”.
La gente de aquí llega a querer a los chavales y los chavales llegan a querer a la gente de aquí. Hoy mismo ha venido un chico por aquí que estuvo con nosotros y ahora está casado y tiene tres niñas. Hoy ha venido acompañando a otro chico. Ha saludado con efusión a las personas del pueblo que estaban por aquí, sabía sus nombres, les ha contado la felicidad de estos momentos (casado, con hijos y con trabajo) y los recuerdos imborrables de esta casa y de este pueblo.
Es verdad que hay otros chicos que no han tenido suerte: el juego es un inconveniente para la normalización; el alcohol y las drogas juegan malas pasadas, pero no solo a los chicos inmigrantes, sino a todas las personas y a ellos, pues… también. De estos últimos, también atendemos unos cuantos. Vienen por aquí… no sé lo que necesitan o lo que les damos… pero vienen. Quizá solo necesitan hablar, un poco de cariño y atención y un café con leche. ¡Qué fácil es!
Hoy a las 5 de la madrugada me ha llamado una mujer madre de 4 niños y que vive en una de nuestras casas de acogida (familia argelina que hace unas pastas riquísimas). Y me pedía que si la podía ir a buscar al hospital. Se había sentido muy mal y con muchos dolores (cólico hepático) y a las tres de la madrugada su marido había pedido una ambulancia que la llevó a urgencias. No tenía medios para volver a su casa. No tenía saldo en su móvil. En el coche cuando volvíamos para su casa, me dice que el tratamiento que le habían puesto lo iba a empezar al día siguiente…. Y le digo…. ¿que? por qué no hoy….. es que no tengo dinero para comprar las medicinas…. Buf… Llegamos a su casa y su marido y sus cuatro hijos allí estaban preocupados por ella. Sin saber nada de lo que había sido. Fue sola y vino conmigo, sin hablar con su familia. Comenzó el tratamiento con los 30 euros que le di.
¿Es todavía más dramática la situación de los que cumplen 18 años, que pueden ser expulsados, y no encuentran trabajo?
Todos estos chicos son ilegales (¿puede ser una persona ilegal?), no tienen papeles, algunos policías suelen ser un poco permisivos, otros, nada de nada. Tienen miedo a que les paren por la calle y les pidan los papeles y si no tienen… todo el sueño de tantos años, todo el esfuerzo de tanto tiempo, de ellos y de sus familias y también el nuestro, se va al traste.
Ya me suelen llamar desde Marruecos algunos chicos que han sido expulsados y por teléfono (los menos) o a través de las redes, hablamos y me cuentan como están y lo que hacen.
Lo que ellos quieren es encontrar trabajo. Han venido a trabajar, a ganar un poco de dinero para vivir ellos y enviarlo a sus familias, que lo necesitan. Y su objetivo es precisamente ese: trabajar. Pero, como no tienen papeles, como tienen que formarse, como tienen que hacer prácticas, etc… Pues eso se retrasa un montón y eso les hace angustiarse y desanimarse. Y la verdad es que se lo pasan francamente mal.
Todo esto solo se puede saber conviviendo con ellos y/o yendo a su país y experimentando la acogida desde la pobreza (miseria) en la que viven sus familias y el pueblo en el que viven. Algunos chicos son de pueblos o barrios que, por no tener, no tienen ni carretera: solo una pista de tierra que, cuando llueve o sin llover, no hay coche que llegue.
¿El motor de su labor social es el Evangelio?
La respuesta en sencillamente sí. El motor que me impulsó y me sigue impulsando a ser como soy y a hacer todo lo que puedo -y en los asuntos que puedo- es el Evangelio. Y lo hago para mejorar el mundo y, concretamente, con el fin de ayudar a que las personas puedan ser un poco más felices y puedan transmitir un poco más de felicidad a los de su entorno.
La verdad es que te metes en la dinámica de la acción y tienes que tener algunos momentos de parón y reflexión para poder dar sentido a lo que estás haciendo y así renovar las fuerzas y el sentido de la acción que, incuestionablemente, brotan y remiten a Jesús de Nazaret y su evangelio.
¿Le duele la dureza de las leyes de extranjería?
Para cumplir y entender las leyes de extranjería hay que hacer una carrera de 5 o de 10 años. Por ejemplo, para conseguir citas, sacar los papeles, y un largo etcétera... ¿Hay alguien que sepa todo lo que cuesta sacar una cita para ir a extranjería a entregar un documento? Es increíble. Parece que todo está hecho para fastidiar, más que para favorecer a las personas.
No entiendo por qué hay personas que se ven obligadas a esperar, al menos 3 años, para así poder “ser legales” o que tenga que contar con unos papeles -imposibles, como he dicho, durante tres años- para poder ser contratado…. Chicos que saben trabajar, que han estudiado, que han aprobado y que tienen un oficio, no pueden trabajar porque no tienen papeles. Es una enorme frustración. Primero, y sobre todo, para ellos, y luego, también para nosotros.
¿Se siente impotente a menudo?
A menudo claro que sí, me siento impotente. No puedo arreglar muchas cosas. No puedo hablar muchas cosas. Mi palabra no vale nada. No puedo certificar nada. La relación educativa o el acompañamiento no valen para nada en las administraciones. Entre la acción nuestra y lo oficial, hay un abismo, cuando no, un total y absurdo menosprecio.
Pero, por otro lado, no me siento impotente porque no tengo tiempo para sentir, ni bien ni mal. Pero, cuando te paras a pensar cómo está el mundo… ¡madre mía! Si no es la sequía, es la ecología, es la guerra, es el hambre en el mundo, es… Por eso, muchas veces, lo mejor es mirar cerca y poner solución a lo que puedes y tienes a tu lado.
¿Por qué las migraciones están preñadas de sufrimiento y de muerte?
¿Por qué? Pues porque a nadie le gusta abandonar su casa; la familia que quieres o en la que te sientes querido; tu país; tus costumbres; tu cultura; tu religión; tu forma de hacer… Todo cambio es duro y difícil y cuando lo haces solo, mucho más. Y, si encima, te ponen dificultades, ni te cuento… Pero, si todo eso ya parece una exageración, si, además, te sobreviene una enfermedad o un trastorno psiquiátrico (a los que, muchos de ellos, están expuestos)… pues ya me dirás …..
¿Hacen falta más curas comprometidos?
Bueno… curas no sé, quizá también, pero cristianos y cristianas, ciertamente que sí . No se puede poner la esperanza solo en los curas. Estaría bien que los cristianos espabilaran a sus curas. No sé cuántos miles o millones de cristianos hay en el mundo, pero si cada uno diera de comer a uno, fíjate como disminuiría el hambre.
Hace falta entender bien el compromiso que se adquiere cuando uno elige ser cristiano. Es hacer realidad el sueño de Dios (el Reino de Dios). Y este Reino no está en el cielo, sino aquí. Y hay que construirlo aquí. Pero, muchos de ellos, hoy son cristianos por costumbre y nuestra Iglesia, hasta hace poco, e incluso, ahora mismo presta más atención al rezo, a los sacramentos y otras prácticas piadosas… sin que ello suponga, necesariamente, salir a la calle para ponerse manos a la acción. Fíjate que trabajo tendrían los curas…
¿La casta clerical está dispuesta a dejar cuajar y a apoyar la Iglesia de, para y con los pobres que quiere Francisco?
Buffff… Sinceramente yo creo que no. Han entendido el ser curas o ser cristianos de otra manera. Gustan mucho los ropajes, las liturgias, el aparentar, el ser alguien y darse importancia, etc. Solo falta observar una celebración litúrgica en la que esté un obispo. Bien es verdad que no se pueden meter a todos en el mismo saco. Es injusto. Yo creo que la mayoría, va por estos derroteros.
¿Qué opina del drama de los emigrantes salvados por el Ocean (y otros barcos) y que Italia no quiere recibir?
¡Para qué vamos a hablar de esto! Es un desastre. Cómo es posible que los políticos dejen en un barco dos semanas a personas salvadas por otras personas. Ya sabemos que la derecha política está contra la inmigración, la defensa y acción solidaria y estar con los inmigrantes no da votos…
Eso quiere decir que en nuestra sociedad la gran mayoría de la gente es poco altruista y muy egoísta. Y si los políticos de derechas ganan votos así, es porque hay gente que piensa así y lógicamente los vota.
Los cristianos y cristianas tenemos aún mucho por hacer entre nosotros mismos y en nuestras familias y barrios. Tenemos que ser capaces de aprovechar las ampas, las escuelas, las asociaciones, los grupos de Tiempo Libre educativo, los encuentros y todo lo que esté a nuestro alcance para convencer a las personas de que todos los seres humanos tenemos el derecho a vivir de una manera digna.
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