El viaje entre el 24 y el 29 de julio
El Papa Francisco iniciará el domingo un "peregrinaje de penitencia por Canadá, en el que hará un mea culpa por los horrores cometidos por instituciones católicas hacia los indígenas", se informó hoy.
Fuente: ANSA
CIUDAD DEL VATICANO•Redacción ANSA
20/07/2022
Se trata de "encontrar y abrazar a los pueblos indígenas", después de que "muchos cristianos, incluidos algunos miembros de institutos religiosos, hayan contribuido a las políticas de asimilación cultural que, en el pasado, dañaron gravemente a las comunidades nativas de diversas formas", aseguró el papa Francisco, en el Angelus del pasado domingo.
De ese modo, el Pontífice resumió los motivos y contenidos del viaje apostólico que, desde el próximo domingo (24) y hasta el viernes 29 de julio, lo llevará a Canadá.
El viaje es el 37mo del pontificado del argentino Jorge Mario Bergoglio, al que definió como una "peregrinación penitencial".
Y todo se deriva de los encuentros que, entre finales de marzo y abril pasado, el Papa mantuvo en el Vaticano con las comunidades de First Nations, Metis e Inuit, además del "camino de sanación y reconciliación" que el episcopado canadiense ha emprendido desde hace algún tiempo con las poblaciones aborígenes después de los horrores y la "vergUenza nacional" de las escuelas residenciales gubernamentales administradas en gran parte por la Iglesia Católica entre el siglo XIX y mediados del siglo XX.
Son instituciones dispersas por todo el país, donde cerca de 150.000 niños aborígenes fueron sometidos a un verdadero "genocidio cultural", desarraigados de sus familias, privados de sus lenguas y valores ancestrales, y muchos de ellos golpeados, encadenados o encarcelados con fines punitivos, así como sometidos a abusos sexuales.
Muchos, desnutridos, murieron durante su estancia. Ya a principios del siglo pasado, una investigación periodística reveló que el 42% de los menores de edad que asistían a internados morían antes de los 16 años.
Después de décadas de controversia y lucha por la verdad -la última de las 130 estructuras residenciales se cerró en Canadá recién en 1996-, lo que reavivó las reacciones de los sobrevivientes, la opinión pública y la política fue el descubrimiento, en mayo de 2021, de los restos de 215 niños en una fosa común en la antigua escuela residencial india de Kamloops en la Columbia Británica.
Unas semanas después, se encontraron 751 tumbas anónimas en otra escuela en Marieval en Saskatchewan.
Aún así, en julio, hubo un último descubrimiento de 182
tumbas cerca de la antigua escuela residencial de la misión de St. Eugene,
cerca de Cranbrook.
En los encuentros en el Vaticano con las delegaciones de
First Nations, Metis e Inuit, el Papa expresó su "indignación",
"dolor", "vergUenza" por esos abusos y por el desarraigo de
las poblaciones en el sentido colonial, por las "heridas" infligidas
también por hombres de Iglesia.
En ese sentido, prometió expresar esos sentimientos en territorio canadiense, y manifestar su "mea culpa" frente a las comunidades nativas.
Durante los seis días de su visita -nueve discursos, todos en español-, Francisco estará en Edmonton, en la provincia occidental de Alberta, en Quebec, en la provincia francófona del mismo nombre, y en el extremo norte, en Iqaluit, la capital del territorio por Nunavut.
El Pontífice tiene programado reunirse con la gobernadora general, Mary Simon, (ella misma de madre inuit) y el primer ministro, Justin Trudeau, el 27 de julio en Quebec.
Previo a ese encuentro, dos días antes, Bergoglio se reunirá con los pueblos indígenas en Maskwacis y Edmonton, y el 29 de julio en Iqaluit se verá con algunos alumnos de las antiguas escuelas residenciales.
Durante el viaje habrá referencias al cambio climático y de fondo también a la guerra en Ucrania, dado, entre otras cosas, la gran comunidad de refugiados en Canadá.
Un viaje largo, con un uso horario exigente (ocho horas en Edmonton, seis horas en Quebec e Iqaluit) es el que le espera al Papa, aquejado por un dolor de rodilla que lo persigue desde hace meses.
El itinerario y las etapas también se ajustaron porque el Pontífice de 85 años no puede ir a todas partes. Y los indígenas de la Columbia Británica y Saskatechewan, por ejemplo, no dejaron de expresar su decepción.
En cuanto a la salud del Papa y lo que puede hacer, dijo hoy el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, en una sesión informativa, "las cosas se verán momento a momento".
La silla de ruedas también podría volver a utilizarse, mientras se debe encontrar una solución para la rueda de prensa final en vuelo, que seguro se hará, pero quizás con una duración que no ponga demasiado a prueba al Pontífice. (ANSA).
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