Fuente: Religión Digital
10/08/2023
Lleva años en el ostracismo eclesiástico oficialista más absoluto, a pesar de que Andrés Torres Queiruga es uno de los más prestigiosos y consolidados teólogos españoles. Con obra y pensamiento para competir con los mejores del mundo. Pero, como otros muchos de los antaño llamados teólogos progresistas, fue objeto de marginación, ninguneo e, incluso, persecución por parte de la jerarquía española durante los pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI.
En efecto, en 2012, la Comisión para la Doctrina de la fe de la Conferencia Episcopal Española, cuyo presidente era el obispo Adolfo González Montes y el secretario de la comisión, el actual obispo de Jerez, monseñor Rico Pavés, publicó una Notificación muy crítica sobre algunas obras de Andrés Torres Queiruga. En ella, no se atrevieron a llamarle hereje, ni a condenarle de lleno, pero sentenciaban que su doctrina no respondía a la tradición de la Iglesia y tenía, al menos, siete importantes “distorsiones” en el ámbito de la fe.
Torres calificó la Notificación, en declaraciones a Religión Digital, de “no solo injusta, sino sobre todo teológicamente infundada y desviada”, además de una “calumnia pública”, que supone un “duro golpe a la credibilidad pública de la fe”. Colectivos de teólogos y sacerdotes salieron en defensa del agraviado y sus compañeros defendieron que “si la teología no tiene libertad no puede tener credibilidad en nuestra sociedad”.
El entonces arzobispo de Santiago, monseñor Barrio, miró para otro lado y dejó que sus colegas de la comisión episcopal le ‘condenasen’, sin salir en su defensa.
Con el acceso al solio pontificio del Papa Francisco, que el teólogo gallego saludó con entusiasmo, también para él llegó el momento de pasar del duro invierno a la primavera. Y comenzaron a abrirse, de nuevo, para él los centros teológicos españoles e internacionales y los reconocimientos a su obra, que tiene como eje central la ‘recuperación’ de las raíces genuinas de la fe, es decir reformular y repensar la fe en el paradigma de la modernidad.
Faltaba la rehabilitación oficial del episcopado. Acaba de llegar de la mano del actual arzobispo de Compostela, Francisco José Prieto, que también es teólogo biblista. El nuevo arzobispo compostelano auspició que la diócesis invitase oficialmente al teólogo gallego a dar una conferencia y participar en una mesa redonda en las XXII Jornadas de Teología, organizadas por el Instituto Teológico Compostelano, que dirige el profesor José Antonio Castro Lodeiro.
Las Jornadas, tituladas ’Trabajando juntos por un mundo mejor: Ciencia y Fe a debate’, se celebrarán los días 6 y 7 de septiembre en el salón de actos del Instituto Teológico Compostelano, en la que monseñor Prieto pronunciará un saludo. Junto a Torres Queiruga, que pronunciará la conferencia ‘Repensar la relación entre teología y ciencia en la actualidad’, intervendrán la profesora Carmen Díaz y los profesores Carlos Pajares y Jaime Tatay.
Con este gesto, el nuevo arzobispo compostelano se gana el aplauso de la comunidad teológica española y de toda la gente que, a lo largo de estos años, ha alimentado su fe con los libros de Queiruga. También es verdad que tendrá que soportar las indirectas de algunos de sus colegas obispos más conservadores. Gobernar es tomar decisiones y monseñor Prieto, que conoce y aprecia al teólogo gallego, está dispuesto a correr los riesgos que de su gobernanza se deriven. Como acaba de decir el Papa en Lisboa, “en la Iglesia cabemos todos, todos, todos”. Incluido nuestro mejor teólogo vivo.
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