En su asamblea plenaria del viernes 31 de marzo, los obispos de Francia votaron la apertura de la causa en vista de una posible beatificación del cardenal Henri de Lubac (1896-1991).
Fuente: La Croix.com
Clémence Houdaille, con Gilles Donada
03/04/2023
El anuncio se hizo en la rueda de prensa de clausura de la Asamblea Plenaria de los Obispos de Francia, celebrada en Lourdes el viernes 31 de marzo. Se solicitará a Roma la apertura de la causa para una posible beatificación del cardenal francés Henri de Lubac.
Nacido en 1896 en Cambrai, Henri de Lubac ingresó en los jesuitas en 1913, a la edad de 17 años. Pasó su noviciado en la isla de Jersey, ya que la Compañía de Jesús, al igual que otras congregaciones religiosas, estaba prohibida en Francia desde 1904. El novicio fue al frente durante la Primera Guerra Mundial, donde resultó gravemente herido en la cabeza en 1917. De su experiencia en las trincheras guardará para el resto de su vida el vivo recuerdo del diálogo con camaradas no creyentes.
Cofundador de la colección Sources chrétiennes
Ordenado sacerdote en 1927, Henri de Lubac fue profesor de teología fundamental en el Instituto Católico de Lyon. En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, formó parte del equipo que creó los Cahiers du témoignage chrétien y, en 1942, fundó, con Jean Daniélou, la colección de patrología Sources chrétiennes.
En 1938 se publicó su primer libro, Catolicismo, al que pronto siguieron otras obras, entre ellas El misterio de lo sobrenatural (1946). Fue a raíz de esta obra y de la publicación de la encíclica Humani generis, que condenaba la "nueva teología", en 1950, cuando se prohibió al jesuita ejercer la docencia. Marginado durante diez años, aprovechó este tiempo para desarrollar sus campos de investigación teológica. Henri de Lubac trabajó sobre el budismo, al tiempo que profundizaba su reflexión sobre la Iglesia.
En 1960, fue llamado por Juan XXIII para formar parte de la comisión teológica que preparaba el Concilio Vaticano II. Durante el Concilio, fue nombrado experto de la Comisión Doctrinal y participó en la elaboración de los grandes textos del Vaticano II: las constituciones sobre la Revelación (Dei Verbum), la Iglesia (Lumen gentium) y la Iglesia en el mundo actual (Gaudium et spes).
"A través de la obra del teólogo Henri de Lubac (1896-1991), emerge un itinerario creyente: una fe atenta a los problemas de la época, enraizada en la experiencia de Dios, alimentada por la Escritura, apegada a la vida de la Iglesia", escribe el jesuita Michel Fédou en la página web de la Compañía de Jesús.
Jacques de La Rosière, presidente de la Asociación Internacional de Amigos de Henri de Lubac, celebra la decisión de los obispos. "El cardenal de Lubac es uno de los más grandes teólogos de nuestro tiempo", subraya. "Su pensamiento universal va más allá de la teología católica. Ante las dificultades y las situaciones complejas que atravesaba la Iglesia, supo extraer perspectivas iluminadoras, aportando acción y esperanza, una cualidad preciosa en cualquier época... Benedicto XVI me confió hasta qué punto el cardenal tuvo una influencia determinante en él. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando algunos clérigos dudaban sobre qué actitud adoptar frente al régimen de Vichy, el cardenal de Lubac no vaciló y se unió a las filas de la Resistencia con el padre Chaillet (fundador de los Cahiers du témoignage chrétien, nota del editor). Cuando se le prohibió enseñar en los años 50, mostró un respeto y una obediencia notables, a pesar de la brutalidad y la injusticia de la decisión. Es poco conocido que era un hombre de gran bondad, en particular con sus alumnos, a los que recibía y a los que escribía. Abundan los testimonios en este sentido".
Creado cardenal en 1983 por Juan Pablo II, Henri de Lubac falleció en París el 4 de septiembre de 1991. La editorial francesa Cerf ha publicado en Francia sus obras completas, que suman unos cuarenta volúmenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.