El posicionamiento de la Comisión Bíblica Internacional sobre el sacerdocio de la mujer (1976)
En la reunión anual de la comisión bíblica en abril de 1976 se discute durante cuatro días la fundamentación bíblica de una negativa para que las mujeres puedan acceder el ministerio ordenado. Asisten 17 miembros del total de 19 que componen dicha comisión, sin contar el presidente y los secretarios.
La diferencia de opiniones se hace patente entre los venidos de fuera y los de Roma. Para estos últimos pesa mucho la autoridad de Pablo VI, que había comenzado a manifestar su opinión de que -por fidelidad a Cristo y a la tradición de la iglesia- nada podía cambiarse en lo referente a la ordenación de las mujeres. Sin embargo, ello no obsta para que se proceda con toda libertad y honradez profesional.
Se plantean tres preguntas concretas a las que deben responder sí o no (“positive”, “negative”).
La primera se refiere a “si en el Nuevo Testamento solo, es decir, prescindiendo de la tradición posterior, pueden hallarse datos suficientes para solventar de forma clara y definitivamente el problema de la posible ordenación sacerdotal de la mujer”. La respuesta casi unánime, con una sola abstención, es negativa.
En la segunda se pregunta “si, por el testimonio del Nuevo Testamento solo, puede concluirse como definitiva la exclusión de la mujer de una posible ordenación sacerdotal”. La respuesta es: doce votos negativos y cinco positivos.
En la tercera se interroga sobre “si, por el testimonio del Nuevo Testamento solo, puede deducirse que una eventual ordenación sacerdotal de la mujer lesiona el plan de Jesucristo sobre el ministerio apostólico”. Cinco responden positivamente y doce negativamente.
Este resultado causa cierta sensación en los ambientes vaticanos, porque -a la vez que se coincide con los biblistas protestantes- les parece que se derrumba un punto doctrinal intocable.
También molesta que se divulguen estos datos sometidos al secreto, lo que provoca una llamada de atención a los miembros de la comisión bíblica por parte de la Santa Sede.
Para prevenir falsas esperanzas o falsas interpretaciones, el Vaticano da a conocer un comunicado de prensa afirmando que el hecho de estudiarse la cuestión no significa “un cambio de la legislación”, sino, más bien, aclararla o explicarla de nuevo en las circunstancias presentes (Cf. DC. 73 (1976) 770).
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