La llamada a la desobediencia se extiende

En Suiza, 400 curas y religiosos piden que la Iglesia se reforme

Ludovica Eugenio

36904. Berna – Adista

Cada día se extiende más, en Europa, la protesta y la petición de reformas en la Iglesia.

Después de la “llamada a la desobediencia”, promovida en Austria en 2011 por cerca de 300 sacerdotes, a la que se han adherido otros grupos en diferentes países, ahora una iniciativa semejante ha sido promovida en la Suiza alemana, bajo el nombre “Iniciativa de las parroquias”.

Los firmantes del manifiesto, que hasta el momento llegan a 400, entre sacerdotes, religiosos, religiosas y responsables pastorales laicos (y otros 300 simpatizantes según se concluye cuando se consulta el sitio donde se aloja la iniciativa, www.pfarrei-initiative.ch) centran el contenido del manifiesto en diez puntos. Los más relevantes son

·         la posibilidad de que todos los bautizados puedan compartir “el pan de la vida”;

·         la posibilidad de compartir la eucaristía con los hermanos reformados;

·         la comunión a los divorciados vueltos casar, a quienes se le puede bendecir su nueva unión;

·         la igualdad de derechos y deberes para todos los creyentes prescindiendo de su orientación sexual,

·         el reconocimiento del derecho de los laicos (hombres y mujeres) a predicar la homilía, después de haber recibido una formación adecuada y una encomienda formal,

·         el reconocimiento, igualmente, de que puedan pronunciar partes de la plegaria eucarística.

La iniciativa, dada a conocer el pasado septiembre, ha sorprendido a los obispos.

En un comunicado conjunto, publicado el 20 de septiembre, Mons. Markus Büchel de San Gallo, Mons. Vitus Huonder de Coira y Mons. Felix Gmür de Basilea manifiestan su estupor por el hecho de que los trabajadores pastorales no hayan propiciado un diálogo antes de publicar sus peticiones. Las propuestas del manifiesto, continúan los obispos, no son compatibles con el ejercicio de una responsabilidad pastoral ya que ésta sólo puede ser desarrollada exclusivamente en unión con los obispos y con la Iglesia universal.