Fuente: La Opinión de Murcia
Juan Fernández Marín
30.01.2021 | 17:35
El cardenal arzobispo de Luxemburgo y presidente de la Comisión de
Conferencias Episcopales de la Unión Europea, Jean-Claude Hollerich, ha concedido una entrevista a Katholisch, el portal web de la Conferencia Episcopal alemana, en la que ha apoyado con rotundidad el camino sinodal emprendido por la Iglesia germana, adelantando, no solo que lo «respeta» y que no quiere «interferir bajo ninguna circunstancia» en él, sino que es un buen modelo a seguir de cara a «un Sínodo Europeo».
Y es que, para Hollerich, las de la apertura y el discernimiento son actitudes que la Iglesia continental requiere si no quiere separarse de las inquietudes de los ciudadanos de hoy, dentro y fuera de la comunidad cristiana. Otra cosa es que acepte que, como tal, un Sínodo Europeo se antoja complicado, al menos en el actual contexto: «Cuando veo a obispos alemanes reflexionando sobre las bendiciones de las parejas homosexuales y escracho lo que dicen sobre este tema los obispos en Polonia, sé que será difícil. A menudo, las Iglesias piensan demasiado a nivel nacional, siempre en relación con la situación en sus respectivos países. Necesitamos compartir más».
Sin rehuir ningún tema conflictivo, para el purpurado luxemburgués es loable que en la Iglesia alemana se esté debatiendo algo tan significativo como la posición de la mujer en la Iglesia: «No digo que tengan que convertirse en sacerdotes; simplemente, no lo sé. Pero estoy abierto a ello».
Mientras esto se consuma o no en un futuro más o menos lejano, el prelado sí llama a que se fomenten estructuras y actitudes que permitan «que se oiga la voz de las mujeres en la Iglesia». «Lo que me gusta de la vía sinodal —ahonda sobre este camino iniciado por los pastores alemanes— es que es una vía en la que no siempre se sabe cómo continuará. Toman pasos y buscan juntos el próximo».
Así, el hecho de que la diversidad de vivencias y sensibilidades marca a una Iglesia tan heterogénea como la europea es algo que se refleja en las distintas respuestas que los episcopados nacionales ofrecen respecto a un drama tan acuciante como la crisis de los refugiados. Algo en lo que él, personalmente, tiene una posición muy clara: «Hay obispos que ven a los refugiados como una amenaza, pero desde el punto de vista del Evangelio, esta no puede ser mi primera reacción. La de la acogida no es solo la línea del papa Francisco, sino que es la propia del Evangelio».
Sobre la tercera encíclica del pontífice, que este firmará el 4 de octubre en Asís, ofrece un matiz significativo: «En vez de Hermanos todos, prefiero llamarla Hermanos y hermanas todas». En cuanto a su contenido, cree que estará en la línea de Laudato si y que, al igual que esta, «puede lograr mucho motivando a la gente a actuar».
Hollerich tampoco duda en pronunciarse sobre la actualidad política europea, entrando a analizar incluso el Brexit: «Me duele. Tengo problemas para entender que ya no se quieran mantener los contratos, porque se cuestiona la misma base de la cooperación. No estoy sugiriendo que el primer ministro Johnson sea un populista, pero su comportamiento es populista. Tendencias tan peligrosas pueden ser muy dañinas para el orden mundial. Espero que los ciudadanos de la UE y el Reino Unido sigan siendo amigos y no rompan demasiada porcelana».
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