No sólo curas, cientos de laic@s y bastantes religios@s se han sumado a la nota de solidaridad con Andres Torres Queiruga y a la nota a los hermanos obispos. Todavía puedes suscribir la petición clicando aquí
El Foro de Curas de Bizkaia ha reprobado la actitud de los obispos españoles manifestando su solidaridad con el teólogo Andrés Torres Queiruga, recientemente amonestado por la Conferencia Episcopal. Este mismo teólogo, una de las voces más críticas con la Iglesia católica, fue censurado en noviembre por el obispo de Bilbao, Mario Iceta para dar una conferencia; veto que en última instancia fue levantado tras las críticas surgidas y el eco mediático suscitado. En una carta abierta a la Comisión para la Doctrina de la Fe, una especie de Santo Oficio moderno, los curas vizcainos (Bizkaiko Abadeen Foroa) piden que el Episcopado reconsidere el proceso sobre la obra de Torres Queiruga. Hay que recordar que los prelados españoles aseguran que sus escritos "no se compadecen con lo que afirma la doctrina de la Iglesia y, además, siembran inquietud entre los fieles", escribe Concha Lago en DEIA.
La misiva dice así: "Queridos obispos, con estas líneas nos dirigimos a vosotros para pediros encarecidamente que reconsideréis la Notificatio publicada y reabráis un proceso de discernimiento teológico sobre la obra de Andrés Torres Queiruga en el que puedan intervenir, además del mismo autor, otros expertos teólogos de indudable capacidad científica y que seguidamente reformuléis -si fuera necesario- el dictamen emitido sobre la idoneidad de su teología. En ello está en juego no solo la eclesialidad de la propuesta teológica de Torres Queiruga, sino también la credibilidad del magisterio autorizado de nuestros obispos y la comunión eclesial de muchos cristianos".
Este pronunciamiento se produce pocos días después de que los obispos sacasen tarjeta amarilla a uno de los teólogos españoles con más proyección internacional y uno de los pocos traducidos al alemán. Torres Queiruga es además miembro del Consejo Editorial de Concilium, revista internacional de teología, y del consejo de redacción de Iglesia Viva, una publicación crítica.
Es este carácter aperturista lo que también propició el veto a su conferencia en Bilbao. Tras las críticas y la reacción dentro y fuera de la diócesis, Torres Queiruga ofreció finalmente dos charlas en el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral en un formato consensuado entre la dirección del instituto y el prelado.
Algunos consideran que con esta condena ya formal de la Conferencia Episcopal del pasado 28 de marzo, los sectores más radicales de la Iglesia española se han cobrado una pieza que ya tenían en su punto de mira. No en vano, esta amonestación tenía antecedentes. En verano de 2009, el teólogo gallego estuvo en el ojo del huracán porque la Comisión para la Doctrina de la Fe inició una investigación para censurar públicamente su obra. Entonces esa reprobación no llegó a cuajar, al parecer por la reticencia de algunos de los miembros de la Comisión.
Ahora, los obispos españoles lo acusan mediante una Notificación, un término que en la jerga vaticana significa que la autoridad doctrinal hace pública una resolución contra alguien. Lo culpan de siete errores referidos al "realismo de la resurrección de Jesucristo, en cuanto acontecimiento histórico y trascendente", al "carácter indeducible de la Revelación" y a "la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Cristo y de la Iglesia".
Pero el Foro de Curas de Bizkaia no comparte estas imputaciones y expresa, a través de la carta, "nuestra cercanía y afecto en estos difíciles momentos por los que estás pasando". "También queremos agradecerte el excelente servicio que has prestado -y sigues prestando- a nuestra fe con tus publicaciones y con tu repensar algunos de los misterios fundamentales de la misma. Gracias de todo corazón porque eres uno de los apoyos con los que contamos para que nuestra fe y nuestra esperanza sigan, a pesar de las dificultades, firmes".
Y es que la condena de los obispos no ha mermado su autoridad intelectual ni su ejemplaridad sacerdotal. El teólogo defiende que todo su trabajo ha estado presidido "por un cuidado exquisito en preservar la fe de la Iglesia, tratando de repensarla con espíritu constructivo".
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