martes, 12 de agosto de 2025

El cardenal Cobo ante lo sucedido en Jumilla: “Las fiestas religiosas son portadoras de valores útiles para la convivencia”

Para el arzobispo de Madrid “una fiesta del cordero en una población con presencia musulmana no puede constituir una amenaza a nada ni a nadie”

Fuente:   Vida Nueva Digital

Por Mateo González Alonso

12/08/2025

 

El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal José Cobo, defiende que “una procesión católica arraigada o una fiesta del cordero en una población con presencia musulmana no pueden constituir una amenaza a nada ni a nadie”. A raíz de lo sucedido en la localidad murciana Jumilla con la prohibición de celebraciones musulmanas en los recintos deportivos municipales, el purpurado denuncia que “debilitar la debida presencia religiosa es debilitar la convivencia”.

“La libertad religiosa debe ser acogida y la libertad de culto respaldada”, defiende Cobo en un tribuna publicada en ‘Agenda Pública’. El arzobispo como “la migración siempre trae consigo retos que deben afrontarse con una visión de Estado, sin improvisaciones ni medidas emotivistas que contradigan los principios éticos en que debe basarse toda política” que defiende “el respeto fundamental hacia las creencias y convicciones de los miembros de la sociedad, sin retrocesos en lo ya logrado”. Desde la defensa de la dignidad de las personas, destaca el “legítimo derecho a aportar y explicar su mirada a la sociedad” de creyentes y no creyentes.

 

Humanizar la realidad

“El bien común exige crear condiciones para que todos los miembros de la sociedad desarrollen su potencial, respetando la libertad y la diversidad. El mercado y sus necesidades han convocado trabajadores y han llegado personas a nuestros pueblos y ciudades”, añade. Por ello, apunta, “ahora toca humanizar esta realidad, cuidando la acogida y favoreciendo su integración”. Frente a quienes relegan el papel de las religiones, defiende que “si acogemos acríticamente esa «privatización de lo religioso» estamos a un paso de considerar la fe y las creencias como algo meramente íntimo, hasta solamente sentimental, cegando su enorme capacidad para enriquecer el desarrollo del bien común, como se ha visto en la historia de la humanidad”. En concreto, postula, que “el uso ordenado de un polideportivo para unas tradicionales fiestas religiosas, de familia y vida de fe no parece perturbar la convivencia de una población con una presencia tan significativa de pluralismo religioso”.

Y es que, para el cardenal, “las fiestas religiosas, las manifestaciones de la fe, son portadoras de valores útiles para la convivencia” en las que “se pueden armonizar siempre con criterios de consenso y con respeto al marco constitucional que nos hemos dado”. Y es que, alerta, “cuando, poco a poco, se va sembrando una visión negativa de lo religioso, o cuando educamos en la prevención al diferente, entonces hacemos un flaco servicio a la convivencia armoniosa en una sociedad plural”. Por ello, alerta, “el fundamentalismo religioso, los populismos políticos, los reduccionismos y la política del miedo conducen a la desfiguración de la religión en la sociedad”.

Así, “el fenómeno migratorio en nuestra sociedad sigue pidiendo soluciones amplias y culturalmente acogidas”, añade, insistiendo en que “necesitamos un pacto nacional de migraciones entre todos los partidos, evitando discursos ideologizados y oportunistas, conjugando la dignidad de toda persona, el bien común, la seguridad y la asunción de las responsabilidades de los estados” para, en palabras del papa Francisco, “soñar juntos como una única humanidad, como compañeros de camino, hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos”.


 

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