Fuente: La Croix International
Por Joseph Sinasac
Canadá
01/06/2021
La gente se reúne y se dejan zapatos en reconocimiento al descubrimiento de restos de niños en el sitio de una antigua escuela residencial en Kamloops, B.C., en Edmonton Alta, el lunes 31 de mayo de 2021. (Foto de Jason Franson/The Canadian Press vía ZUMA Press/MaxPPP)
Las banderas ondearon a media asta en todo Canadá esta semana mientras el país lloraba el descubrimiento de 215 tumbas de niños que asistían a una escuela residencial aborigen en la provincia de Columbia Británica.
Aunque se sabe desde hace décadas que los niños morían y eran enterrados en tumbas sin nombre en escuelas residenciales, el gran número encontrado en un solo lugar todavía ha tenido la capacidad de conmocionar a la nación norteamericana.
CBC News informó que el primer ministro Justin Trudeau expresó su tristeza y simpatía por las familias de los niños, al tiempo que reconoció que la tragedia no era exclusiva de una escuela.
"Lamentablemente, esto no es una excepción o un incidente aislado. No nos vamos a esconder de eso. Tenemos que reconocer la verdad", dijo Trudeau a los medios.
"Las escuelas residenciales eran una realidad, una tragedia que existía aquí, en nuestro país, y tenemos que ser responsables de ella", agregó.
Religión, asimilación forzada y genocidio cultural
El arzobispo Richard Gagnon, presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB), calificó la noticia de "impactante".
Dijo que el descubrimiento "reaviva el trauma en numerosas comunidades de esta tierra".
"Honrar la dignidad de los pequeños perdidos exige que la verdad sea esclarecida", dijo el presidente del CCCB.
Las escuelas residenciales estuvieron en funcionamiento en todo Canadá desde finales del siglo 19 hasta la década de 1990. La mayoría estaban situadas en lugares remotos de las zonas rurales y del norte.
Muchas eran gestionadas por organizaciones religiosas que pertenecían a las Iglesias Católica, Anglicana, Presbiteriana y Unida.
Las escuelas se habían hecho famosas como una forma de asimilación forzada y genocidio cultural para los niños de las Primeras Naciones, métis e inuit del Canadá.
Las familias de estas comunidades a menudo se veían obligadas a enviar a sus hijos a las escuelas lejos de casa, donde había informes de abusos físicos, sexuales y emocionales.
Un informe de la Comisión de 2015 recomendaba medidas gubernamentales
Una Comisión de la Verdad y la Reconciliación de larga duración emitió un informe condenatorio en 2015 sobre el estado de las escuelas, a menudo insuficientemente financiadas.
Documentó muchos casos de desnutrición, enfermedades generalizadas, niños desaparecidos, tumbas sin marcar y cementerios improvisados para enterrar a los niños, que a menudo morían por causas desconocidas. La Comisión documentó 4.100 muertes, pero algunos observadores han argumentado que hubo muchas más.
En su informe final, la Comisión pidió a los gobiernos que destinaran recursos para documentar adecuadamente las muertes y mapear los cementerios, así como para informar a todas las familias de los niños muertos.
Las fosas comunes se encontraron en la Escuela Residencial India Kamloops en la Primera Nación Tk'emlúps te Secwépemc.
Se encuentra dentro del territorio actual de la Diócesis Católica de Kamloops.
En un momento la escuela fue dirigida por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, informó The Catholic Register, que agregó que la escuela tenía 51 muertes documentadas entre 1914 y 1963.
El gobierno canadiense tomó el control de la instalación residencial en 1969 y la dirigió como una escuela diurna hasta que finalmente se cerró en 1978.
El reciente descubrimiento de las fosas comunes fue resultado directo de las recomendaciones de la comisión.
La Primera Nación Tk'emlúps te Secwépemc había obtenido una subvención para pagar un proyecto de investigación que utilizaba radares de penetración en el suelo para explorar el sitio. Los hallazgos preliminares se dieron a conocer el 27 de mayo.
Mientras los canadienses tenían conocimiento de la noticia esta semana, las expresiones de solidaridad con las víctimas de las escuelas residenciales eran abundantes.
Líderes católicos expresan dolor y pesar
"A medida que vemos cada vez más claramente el dolor y el sufrimiento del pasado, los obispos de Canadá se comprometen a seguir caminando codo a codo con los pueblos indígenas en el presente, buscando una mayor sanación y reconciliación en el futuro", dijo el Arzobispo Gagnon.
El obispo Joseph Nguyen de Kamloops expresó su "más sentido pésame" a la Primera Nación.
"Ninguna palabra de dolor podría describir adecuadamente este horrible descubrimiento", dijo en una declaración del 28 de mayo.
El arzobispo Michael Miller de Vancouver emitió su propia declaración, diciendo que él también estaba "lleno de profunda tristeza" al enterarse de las tumbas.
El Reverendo Ken Thorson, jefe de la provincia de Los Oblatos de Lacombe Canadá, señaló que su comunidad había proporcionado administradores y maestros para la escuela.
Expresó el "sincero arrepentimiento" de los Oblatos en un comunicado el 30 de mayo.
"Este descubrimiento desgarrador trae la tragedia del sistema de escuelas residenciales a la luz una vez más y exige que sigamos enfrentando su legado", dijo la provincia de OMI.
Ha habido varias peticiones de disculpas en las últimas décadas por parte de las escuelas residenciales tanto del gobierno federal como de las principales autoridades de la Iglesia. Pero el trabajo de sanación está inconcluso.
El descubrimiento de esta semana planteó numerosas preguntas sobre cuánto más queda por hacer y qué daño podría ser causado por el descubrimiento que provocó recuerdos horribles entre los sobrevivientes de la escuela.
El gobierno de Trudeau comprometió 33,8 millones de dólares en 2019 para ayudar a pagar un registro de defunción de estudiantes de una escuela residencial.
"Creo que esa es una parte importante para descubrir la verdad", dijo a los medios. "Creo que haremos más".
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