Carta a los
representantes políticos
recientemente
elegidos.
JOSAN MONTULL
Respetables señores ediles:
Reciban de entrada un saludo y una felicitación por su elección popular
para ser representantes del pueblo en Ayuntamientos, Diputaciones y Organismos
administrativos de carácter autonómico. Saberse votado por el pueblo soberano
es, a la vez que una satisfacción, una gran responsabilidad.
Lo cierto es que ha pasado más de un mes desde las elecciones que les
dieron los votos suficientes para gobernar. Hacía mucho tiempo que un
plebiscito no suscitaba en mí tanta expectación. Tal vez, la aparición pública
de los casos de corrupción de algunos políticos y la posibilidad del fin del
bipartidismo alentaron en mí un interés que ya casi había perdido.
Si bien me parece una osadía por mi parte, me atrevo a escribirles a
ustedes para hacerles llegar una serie de recomendaciones o peticiones para que
las consideren si lo creen oportuno. Tengo que confesarles que a mí
personalmente no me gusta que nadie me dé consejos; pero lo de ustedes es
diferente, en tanto en cuanto les hemos votado nosotros; eso nos da el mismo derecho
a sugerirles lo que creemos mejor para el pueblo. Por eso me atrevo a hablarles
y darles estos diez puntos de reflexión.
1- Combatan la
corrupción con todas sus fuerzas. Hagan todo lo posible para que nadie se
enriquezca con el dinero ajeno aprovechando puestos de privilegio que tienen
ciertos cargos. Para dar credibilidad a su lucha contra la corrupción, no
deberían limitarse a no subirse el sueldo, deberían, si lo consideran oportuno,
bajárselo –aunque fuera muy poco-, sería ése un signo de buena voluntad de
acercamiento a los que les han votado.
2- Tengan en su vida personal una conducta moral intachable. No siempre
lo legal es justo. Hagan todo lo posible para que sus vidas sean de una
trasparencia clara y para que su vida privada y personal sea consecuente con la
misión de representantes del pueblo. Nos sólo se representa a la gente en las
Administraciones políticas…es en la vida toda donde deben hacer un esfuerzo
para que el pueblo vea en ustedes un testimonio ético indudable y una absoluta
coherencia con su política. Ustedes son un modelo de referencia para mucha
gente, en particular para muchos jóvenes, hagan que ellos puedan sentirse
orgullosos de ustedes.
3- Tengan mucho cuidado
con las redes sociales. No escriban nada que pueda luego ser comprometido o
que afee su propia vida y la de sus compañeros de grupo. Lo que se escribe, lo
que se fotografía, lo que se opina con una aparente impunidad puede tener
consecuencias malas si se hace irreflexivamente. Destierren de sus comentarios
en las redes sociales cualquier tipo de ironía o de chiste que suponga un
menosprecio a los más desfavorecidos de la sociedad.
4- Hagan de los pobres y los más vulnerables el centro de sus preferencias. No consientan
que ningún ser humano no tenga casa o pueda ser echado de la que ha vivido
durante tiempo, Desvívanse en atenciones a las personas enfermas y
dependientes. Gobiernen para los que son irrelevantes socialmente. Dediquen a
cuestiones sociales las partidas más importantes y los mejores profesionales.
Arrinconen de la política la palabra desahucio y considérenlo un vocablo
vergonzante y cruel que tiene que desaparecer del vocabulario diario.
5- Combatan sin descanso y de forma implacable todo
lo relacionado con el tráfico de drogas.
Persigan discotecas, locales, bares y zonas en las que se vende la muerte con
total impunidad. No olviden que el nuestro es el primer país consumidor de
cocaína de mundo. No consientan en modo alguno un modelo de turismo que
destroza la vida de los jóvenes, ofende la dignidad de los vecinos y sólo se
justifica por el dinero fácil.
6- Hagan todo lo que esté en su mano para conseguir
un pacto por la educación. Desde la
llegada de la democracia han sido 7 las leyes de Educación que ha tenido
nuestro país. Eso es, sencillamente, una vergüenza, la manifestación más clara
que la educación se ve con ojos políticos partidistas y no con criterios
pedagógicos y sociales. La escuela se ha convertido en un arma arrojadiza para
lanzarse unos a otros de una forma penosa. El pretendido y alentado
enfrentamiento de la escuela pública y la concertada es, a mi modo de ver, una
milonga machacona, aburrida y obsoleta que divide artificialmente a educadores
y no aporta absolutamente nada.
7- Muchos de ustedes tienen una especial sensibilidad
por el maltrato animal y así propugnan leyes que supongan la abolición de las
corridas de toros y de espectáculos en los que haya animales. No me parece mal
que haya este debate. Sólo les pediría que hubiera el mismo interés para
afrontar otro espectáculo, el fútbol.
Nuestra liga de las estrellas en un país con 5 millones de parados y con una
tasa de pobreza importante, es un insulto a los trabajadores y a los pobres.
Los sueldos de muchos deportistas son ofensas que claman al cielo porque se dan
en un país en el que hay ocho millones de pobres. Los traspasos y contratos
multimillonarios de muchos futbolistas son sencillamente ignominiosos. Muchos
deportistas con sueldos multimillonarios se convierten en modelos de referencia
para muchas personas. Esos sueldos, ese manejo de dinero es, a mi modo de ver,
una infamia obscena.
8- Practiquen políticas solidarias con las personas que llegan ilegalmente a
las fronteras de nuestro país pidiendo vivir con dignidad. Huyen del miedo, del
terror y del hambre; tenemos la obligación moral de acogerles y hacerles un
hueco entre nosotros. Ya sé que es muy difícil, pero resulta llamativo los
esfuerzos municipales que se hacen para las diversas fiestas, por ejemplo, y la
falta de sensibilidad que tenemos en este tema. Esos hombres y mujeres son
nuestros hermanos, no acogerles es una monstruosidad. Los campos de golf al
lado de la valla que nos separa de África son el reflejo de una ética
miserable.
9- Tengan una actitud de respeto con los símbolos que encuentren. Hay algunos
que se pueden cambiar, bastones de mando que se pueden guardar…pero tengan
siempre presente que esos símbolos no son de ustedes sino de la gente. Han sido
usados por personas de todos los colores políticos que también fueron, como
ustedes, votadas. El espectáculo de concejales recién nombrados saliendo del
Ayuntamiento de Zaragoza jugueteando con símbolos del Consistorio, me resultó
adolescencial y patético. Entre los símbolos, guarden un respeto exquisito por
los de carácter religioso; representan a millones de seres humanos que son
creyentes y hacen opciones desde su fe. Esos símbolos se han podido manipular,
es cierto, a veces han sido impuestos por los vencedores de contiendas
violentas, pero van mucho más allá de los que en un momento los pusieron.
Muchos de ellos tienen un carácter universal y representan valores que han
construido la justicia y que han aportado una vasta cultura a nuestras tierras.
10-
Finalmente,
me gustaría que recordaran siempre el carácter
efímero y grande de su mandato; efímero porque no es para siempre, grande
porque es para servir al pueblo, al que les ha votado y al que no lo ha hecho.
Ustedes son servidores de la gente no de sus propios partidos. Gobiernen, pues,
para el pueblo, sin afanes partidistas. Lo que importa es el pueblo, no el
partido. Atrévanse a votar favorablemente lo que es bueno aunque lo proponga un
partido opuesto al suyo; atrévanse también a discrepar con el suyo si en
conciencia creen que lo deben hacer. Mucho se ha popularizado en estos días el
término “casta” para referirse a los políticos que se instalan en el poder
menospreciando al pueblo sencillo. No se conviertan ustedes en casta; sirvan
sin complejos a la gente y denles lo mejor de sí mismos.
Disculpen, señores ediles este atrevimiento. Disculpen que me haya dirigido
a ustedes aun sin conocerles. Creo, no obstante, que, puesto que he votado en
conciencia, en conciencia puedo decir lo que crea a los que son mis
representantes. Recuerden, por favor, que no se representan a sí mismos, sino
al pueblo, al acomodado y a aquel que casi ha perdido la esperanza.
No duden que, si hacen de la honestidad una bandera, tendrán muchas
personas que les aplaudan y que incluso estén dispuestos a colaborar con
ustedes. Entre ellos, me encontrarán también a mí, independientemente de cual
sea el color político de mis representantes.
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