ANÁLISIS, REFLEXIÓN Y PROPUESTAS DE LAS COMUNIDADES
CRISTIANAS DE BASE DE NAVARRA ANTE LA CONSULTA SOBRE EL PLAN PASTORAL DIOCESANO
1 INTRODUCCIÓN
Las Comunidades Cristinas de Base de Navarra queremos hacer en este
análisis y reflexión nuestra aportación a la consulta sobre el Plan Pastoral de
la Diócesis de Pamplona-Tudela. No lo hacemos respondiendo formalmente al
cuestionario nº 5, dirigido a miembros de la vida consagrada y nuevas
comunidades eclesiales, porque nos resulta insuficiente para poder hacer la
aportación que creemos necesaria. Y lo hacemos así porque pensamos que es bueno
que todo el mundo tenga la oportunidad de exponer sus puntos de vista y que
estos puedan ser pensados y debatidos.
Queremos creer que en esta consulta hay una voluntad sincera de escuchar
a las bases y de mantener un diálogo abierto a los cambios. En cualquier
análisis creemos que es de suma importancia ejercer la autocrítica y no echar
balones fuera. En muchas ocasiones se ha hablado del materialismo de la
sociedad, del consumismo, del ambiente hedonista en el que vivimos; pero en muy
pocas se ha ejercido dentro de nuestra Iglesia un análisis de los aspectos que
no funcionan o estamos haciendo mal. No quisiéramos que esta consulta tuviese
el objetivo de legitimar un estado de cosas que creemos que no funciona, ni
mucho menos que sea un intento de conseguir la unidad en la uniformidad. Si así
fuese, tendríamos que decir que volvemos a caminar por una senda equivocada. Queremos
señalar también que no hubiera estado mal que, para recabar una información
precisa y objetiva, se hubiese hecho un serio estudio sociológico desde una
empresa independiente, a modo de auditoría externa.
Las Comunidades de Base somos conscientes de que tenemos nuestras
limitaciones, de que ocupamos una situación periférica dentro del organigrama
de la Iglesia Diocesana y de que en estos momentos tenemos problemas de
incorporación de personas que rejuvenezcan la media de edad. Pero igualmente
decimos que nos consideramos miembros de pleno derecho dentro de la Iglesia -y
en esta condición esperamos que se nos
tenga en el Arzobispado- y que
intentamos con humildad vivir unos valores inspirados en el Evangelio de Jesús.
Nos sentimos en comunión con el papa Francisco y su intento de aportar nuevas
soluciones para los nuevos tiempos. En este sentido cualquier plan de pastoral
debería desarrollarse a la luz de su exhortación “La alegría del Evangelio” y
tener, en consecuencia, como primer objetivo la centralidad de la persona y las
condiciones de los empobrecidos de la tierra.
Además, nos sentimos especialmente parte de esta sociedad navarra y de
esta porción diocesana con sus luces y sus sombras. Sabemos que el Señor nos
habla desde ellas y queremos escucharle en actitud de discernimiento. Desde las
comunidades queremos implicarnos y no rehuir nuestra responsabilidad. ¿Qué
palabra significativa podemos dirigir como Iglesia a los demás si, previamente,
no intentáramos escuchar lo que a través de todas ellas el Señor nos está
diciendo? Y desde ahí deseamos no solo ejercer una crítica constructiva, sino
tener una mentalidad abierta, una actitud propositiva y un compromiso que siga
la dinámica de ver, juzgar y actuar.
2. UN FUNCIONAMIENTO DEMOCRÁTICO
La democratización de la Iglesia es
una tarea pendiente de realizar. Los tiempos han cambiado y no podemos seguir
con una organización estamental que perdura en el tiempo desde época medieval.
Es una pena que la Iglesia vaya a la cola en esta conquista de la humanidad. Es
verdad que la constitución de la Iglesia no es democrática en su sentido
secular y político, pero creemos que ello no impide que sí pueda ser su
funcionamiento. Porque la Iglesia es mucho más que una democracia. Es, en
Cristo Jesús, comunión de iguales con funciones diversas y sacramento de
comunión y fraternidad. Muchos de los males internos que padecemos se deben a
una estructura que no facilita el diálogo, la creatividad, el pluralismo, la
participación en las decisiones de todos los cristianos y cristianas. No
estamos diciendo que haya que hacer elecciones, ni votar cada una de las
decisiones que se tomen. Estamos diciendo sencillamente que todo el mundo debe
ser escuchado y considerado sujeto de diálogo; y que todas las opciones deben
ser consideradas y tenidas en cuenta dentro de una unidad en la pluralidad. Los
tiempos de las condenas, de los anatemas, de las separaciones de cátedra, de
las restricciones a la libertad de investigación y opinión deberían haber sido
ya felizmente superados. La libertad de los hijos de Dios debe ser realizada.
Todo esto cuenta en nuestra Diócesis con hechos objetivamente
constatables como la escasa representatividad del Consejo de Presbiterio o el
hecho de que se hay tardado tres años en convocar el Consejo de Pastoral.
Nuestra Diócesis cuenta con un gran déficit de sinodalidad, no hay acuerdos
fruto del consenso y la corresponsabilidad.
Todo esto cuenta en nuestra Diócesis con hechos objetivamente constatables.
La experiencia de sacerdotes participantes en los Consejos Presbiterales
anteriores ha sido frustrante, entre otros motivos por no haberse querido
abordar en estos años temas solicitados de verdadera importancia como el Plan
Pastoral al que ahora parece haberle llegado el turno. El actual Consejo del
Presbiterio, reducido drásticamente en su número bajo pretexto de eficacia, ya
no representa la pluralidad del clero, sino al sector de orientación más
conservadora o más cercano a la posición institucional. En la misma línea hay
que decir que se ha tardado casi tres años en convocar el Consejo de Pastoral. Ni
el Consejo Pastoral, ni las parroquias, ni los grupos en general han
participado en la elaboración del documento de arranque del Plan Pastoral. Por
estos y otros datos nos parece fuera de duda que nuestra Diócesis cuenta con un
gran déficit de sinodalidad, no hay acuerdos fruto del consenso y la
corresponsabilidad.
3. EL PAPEL DE LOS SEGLARES DENTRO DE LA IGLESIA
La Iglesia, pueblo de Dios, está formada por los seglares. Los
sacerdotes y obispos cumplen un carisma dentro de su seno. Uno de los signos de
los tiempos es la falta de vocaciones sacerdotales. El modelo de sacerdote
actual es un modelo caduco, que no responde a las expectativas de muchos
creyentes que deseamos una iglesia menos clericalizada y donde los seglares
tengamos un papel fundamental. Con harta frecuencia olvidamos que Jesús no
perteneció al estamento sacerdotal de su tiempo. Este es un problema que se
veía venir hace muchos años y hay que concluir que los análisis y las
propuestas que se han hecho hasta ahora han sido, según muestra la realidad, un
fracaso.
Por un lado, habría que optar por un celibato opcional, por la
posibilidad de que a los sacerdotes casados se les devuelvan las licencias para
el ejercicio de su función y que la mujer no solamente pueda acceder al diaconado,
sino al resto de las órdenes como el sacerdocio o el episcopado.
Por otro lado, es urgente la animación de equipos pastorales de seglares
que puedan responsabilizarse de las parroquias, de mantener viva la fe y
trabajar en el cuidado de las personas, sobre todo en núcleos rurales y
alejados de los grandes núcleos de población, y que puedan ir formándose,
celebrando la Palabra, administrando los sacramentos y atendiendo las
necesidades de las personas que les rodean. Hay gente preparada para ello, lo
que hace falta es apertura de miras y una actitud de confianza en las personas.
Hay que decir con fuerza que no admitimos eso de que “Iglesia sin cura, iglesia
cerrada”.
4. PERSONAS EN IGUALDAD DE CONDICIONES
El papel de la mujer dentro
de la sociedad ha requerido por parte de muchas instituciones una política de
discriminación positiva para ayudar a la plena emancipación de la mujer,
considerada históricamente un ser de segundo orden. En la Iglesia no podemos
presumir de ir a la cabeza en el reconocimiento de derechos y deberes en
condiciones de igualdad para hombres y mujeres. Cada situación hay que
entenderla en su momento histórico, cultural e ideológico y lo que pudo valer
para el pasado no vale para hoy. No hay excusas para impedir que la mujer
realice dentro de la Iglesia las mismas funciones que un hombre. La Iglesia no
caminará hacia una auténtica renovación evangélica mientras no permita el
acceso de la mujer a todos los puestos de responsabilidad. Tampoco hay ninguna
razón para que las personas con condición sexual minoritaria sean discriminadas
por ese motivo.
5. LA FORMACIÓN DE LOS SACERDOTES Y SEGLARES
El mismo papa Francisco advirtió de que los seminarios no pueden ser
refugio para personas que busquen una institución fuerte que compense sus
carencias personales. La necesidad de sacerdotes no puede justificar que se dé
acceso al sacerdocio a personas que no demuestren una sólida preparación
intelectual y una personalidad equilibrada.
La formación que se da en general en los seminarios (también en el
nuestro de Navarra) nos llama poderosamente la atención, en el sentido de que
los sacerdotes de los últimos años salen de ellos con una formación teológica
poco actualizada y con una mentalidad que evidencia la uniformidad ideológica.
Una manera de pensar y actuar con poca sintonía, por cierto, con las nuevas
corrientes teológicas y con la línea del papa Francisco. Este alejamiento
intelectual de la situación presente se refuerza con su modo anacrónico de
presentarse: sus ropas negras, sus tirillas, el boato con el que se revisten en
las celebraciones… En nada ayuda todo ello a una sintonía con los creyentes de
a pie.
Los seminarios deberían ser centros donde se dé una seria preparación
teológica, que contemple las investigaciones que caminan hacia nuevos
paradigmas, en aras a vivir una fe actualizada, no dualista, que cuenta con las
aportaciones de las ciencias, que esté abierta a un mundo en tránsito hacia una
cultura distinta. Centros abiertos a seglares, donde hombres y mujeres puedan
ir preparándose para poder evangelizar desde abajo y a la luz del Evangelio.
6. UNA RENOVACIÓN DE LA LITURGIA Y DE LA CELEBRACIÓN DE LOS
SACRAMENTOS
Es urgente una
renovación del lenguaje y de los signos.
Los jóvenes sienten el lenguaje y los signos que utilizamos en las
celebraciones como algo ininteligible, algo extraño a sus realidades de todos
los días. Pero si fuéramos sinceros tendríamos que decir que esto no solo les
ocurre a los jóvenes, sino a la mayoría de nosotros. Y no solo con las oraciones
(empezando por un Credo formulado en expresiones medievales), sino también con
la letra de muchos de los cantos que para nada recogen la nueva sensibilidad.
Hay que hacer un esfuerzo de actualización para hacer llegar el Evangelio en un
lenguaje y en unos signos de acuerdo con el paradigma cultural de cada momento.
Otra cuestión ligada
a la anterior es la conexión celebración-vida. No puede ser que la valoración
religiosa se haga en base a la asistencia dominical. No se trata tanto de un
cumpli-miento, sino de que las celebraciones se realicen con una liturgia más
participativa, con menos espectacularidad, y sean expresión gozosa de una vida
cristiana que se vive con seriedad y carácter adulto.
Y juicios parecidos
se podría hacer del resto de los sacramentos. Pensemos, por poner otro ejemplo,
en el tema de las celebraciones del perdón, que podrían ser importantes actos
de la comunidad, cargados de honda y vivencial densidad cristiana, si se
repensaran y readecuaran los modos de su celebración. ¿No sería conveniente
que, además de la fórmula individual, se caminase hacia otras fórmulas ante el dato,
empecinado al parecer, de una Penitencia sin penitentes? Pero, simultáneamente,
manifestamos tres cosas: a) nuestra conciencia de pecadores necesitados de un
rearme moral b) la personal y apremiante llamada a la conversión que el Señor
nos dirige y c) la necesidad de experimentar gozosamente el abrazo de Dios
Padre y de la Iglesia nuestra madre.
UN COMPROMISO SOCIAL
Entendemos que Evangelio y
Reino de Dios son dos expresiones indisolubles. De acuerdo con ello no puede
ser que en un Plan Pastoral falte la actitud profética de denuncia de las
tropelías que se están cometiendo dentro y fuera de Navarra. Creemos que la
traducción de Reino de Dios es la de un mundo fraterno donde hayan desaparecido
las hambrunas, las guerras, el analfabetismo, los desahucios, la violencia de
género, la explotación de unas personas sobre otras. Pocas veces oímos en las
homilías referencias concretas al sufrimiento de la gente, al injusto sistema
económico que estamos padeciendo, al poder omnímodo del dinero, a las
deslocalizaciones de las empresas, a los abusos inmobiliarios, a la usura de
las empresas farmacéuticas, a la tiranía de los poderosos sobre los humildes.
Además de la meritoria acción de Cáritas, se echa en falta un análisis
serio de la realidad social, una implicación efectiva de la infraestructura de
la Diócesis para socorrer las necesidades más perentorias de los parados, los
refugiados, los inmigrantes, los desahuciados…La necesaria caridad no debe
empañar la exigencia de un orden económico, social y político que acabe con la
pobreza y la indignidad.
Falta sintonía con los problemas que se viven en la sociedad. Por
ejemplo, ¿Por qué no se hace al menos un pronunciamiento oficial de apoyo al
proceso de pacificación, de reparación de las víctimas, de perdón y
reconciliación para que se cierre de modo definitivo el ciclo de la violencia
de ETA? En relación con este tema
algunos de nosotros participamos complacidos el 4 de junio pasado en un
encuentro en Zamartze, organizado por el Arzobispado sobre “víctimas, justicia
y perdón” que concluyó con una Oración en el Santuario de San Miguel de
Aralar. Según los asistentes fue un acto hermoso,
pero, deficientemente convocado y sin ninguna referencia
posterior ni siquiera en la Hoja Diocesana de la Verdad. Dio la
impresión de que los dirigentes de la Diócesis no consideran objetivo
prioritario impulsar este proceso de pacificación en la sociedad navarra, lo
que nos resulta inexplicable en una perspectiva evangelizadora y
más en este año Jubilar de la Misericordia .
El tema del cuidado de la madre-Tierra merece un capítulo aparte pues
así lo ha sentido el mismo papa Francisco. ¿Dónde está nuestro compromiso
ecológico? El calentamiento global, el tema de los pesticidas y transgénicos,
la contaminación de la atmósfera y de los mares…creemos que el tema es suficientemente
grave como para que sea objeto de una seria reflexión cristiana.
Da la sensación de que a veces andamos más preocupados por conservar el
poder, por la estricta observación de normas, por defender los viejos cánones,
que por abrirnos al mundo para iluminarlo con el Evangelio. La sociedad navarra
ve un cambio de orientación con el papa Francisco que no tiene reflejo ni
incidencia en Navarra. Es como si la Diócesis de Navarra no perteneciera a la
Iglesia Católica.
7. ALGUNOS ERRORES DE BULTO
En la realidad diocesana de los últimos años ha habido dos hechos que, a
nuestro juicio, han sido muy poco acertados: nos referimos a las
inmatriculaciones de propiedades y a la disolución de los grupos de scouts.
No entendemos, desde una óptica cristiana, el afán de inmatricular
propiedades realizada por el Arzobispado a espaldas de sus usufructuarios y
menos aún que se pueda acudir a los tribunales para ello. Entendemos la
necesidad de encontrar una garantía legal para que los edificios de uso
religioso puedan tenerlo asegurado en el futuro, pero discrepamos con la forma
de hacerlo. Podía haberse buscado una fórmula intermedia en donde las
comunidades cristianas hubieran tenido voz y voto y hubieran podido
responsabilizarse de esas propiedades. Propiedades para cuyo mantenimiento la
Iglesia no tiene, en muchos casos, medios económicos suficientes. En cualquier
caso, deseamos una Iglesia pobre, de los pobres, para los pobres.
El tema de los scouts es un lamentable caso de ausencia de diálogo y de
intento de imponer un control desde la uniformidad. Es especialmente lamentable
porque se trata de jóvenes en proceso de formación y crecimiento. Si son ya
muchos los jóvenes que se han alejado de una Iglesia que no llena sus
expectativas, esta actuación evidencia el camino divergente que hay entre los
planes que se preparan para ellos y la realidad social.
Debemos aceptar dentro de la Iglesia, y de la sociedad en general, que
somos plurales: distintas identidades lingüísticas, políticas, diferentes
creencias religiosas, distintas orientaciones sexuales, diversos modelos de
familia, etc. Y que todos estamos llamados a convivir, no solo en el respeto,
sino también en la amistad y cercanía. Todas las diferencias tienen su parte de
verdad y todas ellas aportan riqueza a la convivencia.
8. ALGUNOS ACIERTOS RESEÑABLES
Pudiéramos dar la sensación a estas alturas de tener una actitud ácida y
destructiva. Nada más lejos de nuestro ánimo. En primer lugar, tenemos que
decir que no nos consideramos mejores que nadie, ni somos perfectos. Pero, con
nuestras limitaciones, no queremos tener una fe ciega, sino luminosa e
iluminadora, capaz de contemplar con serenidad las luces y las sombras de la
realidad eclesial. Por ello pasamos a reseñar algunas realidades (seguramente
habrá muchos más), que nos estimulan en la fe y la esperanza:
-
La llegada al papado de Francisco la vivimos como un regalo
divino porque está siendo motivo de esperanza incluso para las personas que se
habían ido apartando de las realidades eclesiales y de la práctica religiosa.
-
-
La labor de solidaridad y cooperación con los pobres y
marginados que se está llevando a cabo por Cáritas Diocesana, así como por los
grupos de asistencia social de las parroquias. En muchas de ellas hay roperos,
bancos de alimentos, etc.
-
-
El trabajo de muchos sacerdotes que, a pesar de su avanzada
edad en la mayoría de los casos, están asistiendo a comunidades cristianas.
-
-
La cristianos y cristianas que desinteresadamente están
trabajando en grupos en las parroquias.
-
-
La cooperación de muchos cristianos y cristianas que están
trabajando en ONGs y en organizaciones sociales y políticas (Intermón, Medicus
Mundi, Manos Unidas, etc.).
-
-
El buen funcionamiento de Herrieliza-Redes cristianas de
Navarra que semanalmente envía a mucha gente una selección de artículos,
fomenta encuentros en momentos litúrgicos fuertes y organiza cursillos on-line.
-
-
La existencia del Foro Gogoa (institución seglar que fomenta
el diálogo cristianismo-mundo actual) que ha cumplido 20 años y que está
fomentado el análisis de la realidad desde el punto de vista cristiano con sus
ciclos anuales de conferencias, todo ello con una actitud pluralista, abierta y
renovadora.
-
-
La labor que se lleva a cabo en los Colegios Católicos donde
los equipos de Pastoral trabajan por que la enseñanza sea una correa de
transmisión de la fe para alumnos y profesores.
-
-
Los grupos de Vida Ascendente, donde los jubilados puedan
compartir su fe y sus necesidades.
-
9. PROPUESTAS CONCRETAS
1. Renovar democráticamente
todos los cargos de la Diócesis teniendo en cuenta la opinión y parecer de
todas las personas implicadas.
2. Apoyar decididamente las
iniciativas del papa Francisco y hacerlas realidad en nuestra Diócesis.
3. Tomar en serio el laicado
como sujeto activo de la renovación de la Iglesia.
4. Exigir la inclusión de la
mujer en la toma de decisiones y en la participación en todos los órganos
diocesanos en igual de condiciones que los hombres.
5. Fomentar la creación de
equipos de pastoral laicos que puedan asumir la atención, conservación y acción
de las parroquias que no cuenten con sacerdotes.
6. Revisar la formación de los
seminaristas, sus condiciones de acceso al sacerdocio. Abrir la enseñanza en
los seminarios a las últimas aportaciones de la Teología, de la Hermenéutica,
de la Arqueología…de las ciencias en general. Abrirlos a los seglares.
7. Favorecer que los distintos
grupos y comunidades cristianas puedan nombrar sus diáconos y diaconisas.
8. Apoyar que la mujer puede
acceder al sacerdocio y episcopado.
9. Recuperar a los curas casados
para que puedan retomar sus licencias.
10. Renovar la liturgia y las
celebraciones
11. Crear un observatorio de la
realidad social para hacer análisis de la situación desde un punto de vista
cristiano.
12. Revisar el tema de las inmatriculaciones
y hacer algún gesto con inmigrantes y desahuciados poniendo a su disposición
algunas propiedades de la Diócesis.
13. Recuperar a los scouts que
han sido disueltos.
14. Renunciar al usufructo de la
cripta del Monumento a los caídos.
15. Sensibilizar a la sociedad de
los graves problemas medioambientales que nos amenazan.
16. Apoyar las iniciativas que
cierren el ciclo de violencia armada en nuestra tierra.
17. Favorecer la actualización y
pluralismo en la formación de los sacerdotes.
18.
Tener una
actitud de aglutinar sinergias (católicos, musulmanes, ortodoxos, anglicanos…)
en línea de lo que dice el evangelio “el que no está contra nosotros, está a
nuestro favor”.
19.
Trabajar
porque desde la jerarquía se tenga una actitud inclusiva y no excluir a los que
no estén dentro del pensamiento único. No despreciar las bondades que hay en
las realidades imperfectas por la inalcanzable perfección.
20.
Trabajar
por una Iglesia que, en vez de restar y dividir, sume y multiplique.
21. Reconsiderar todo lo referente a la Pastoral
en lengua Vasca y la presencia de esta lengua en la vida de la Iglesia en
Navarra.
22. Volver a poner en marcha el Secretariado de
Justicia y Paz
Pamplona, noviembre de 2016
Noviembre 2016
ResponderEliminar¡¡¡Noticias frescas señores!!!
¿El Foro ya no se reúne para publicar perlas en este “blog”?