Fuente: Cristianisme i Justícia
Por Jaume Flaquer
09/12/2024
El régimen carcomido de Siria se ha derrumbado en pocos días inesperadamente, un año después de que fuese readmitido en la Liga Árabe, que hubiese restablecido las relaciones diplomáticas con Arabia Saudí, que el presidente Bashar al-Assad hubiese visitado los Emiratos Árabes y que algunos de sus refugiados en el Líbano hubiesen empezado a volver. Pero, los que hemos vivido en casas antiguas sabemos que las termitas corroen las vigas por dentro y hunden el edificio, aunque parezca en buen estado. El ejército esta vez no ha querido luchar por un presidente criminal que sucedió a su padre en el 2000 y que nunca tuvo el más mínimo carisma ni capacidad comunicativa. Veamos las claves de lo que ha sucedido:
· HTS ha derrocado el régimen, pero no unificará el país
Hayʼat Tahrir al-Sham (HTS – Organización para la Liberación del Levante) ha entrado en la capital, pero la atomización de grupos rebeldes le impedirá unificar el país a corto plazo. Estos rebeldes yihadistas del norte llevaban años preparándose para esta ofensiva, no solo militarmente, sino con una política pragmática para ir ganando apoyos. HTS había conseguido, desde la localidad de Idlib, aparecer como una alternativa real al gobierno de Bashar al-Assad. Su carismático líder, al-Yaulani (esta es la pronunciación castellana), se había entrevistado con los líderes cristianos de la ciudad para asegurarles su respeto. También, había querido asegurar a la comunidad internacional que no tenía ningún tipo de pretensiones yihadistas más allá de Siria.
El grupo, HTS, se constituyó en 2017 después desligarse de su afiliación a al-Qaeda con el objetivo de ampliar los apoyos y, tal como expresó su líder, para evitar ser blanco de bombardeos rusos y estadounidenses. Desde entonces, ha procurado separarse de los numerosos combatientes extranjeros contrarios a esta nueva política pragmática para ir consolidándose como una fuerza exclusivamente siria. Pronto sabremos si este pragmatismo es solo instrumental, para acceder al poder, o bien tendrá continuidad. En cualquier caso, su propuesta es islamista radical y provocará una nueva ola de emigración de cristianos de la región. Porque, no nos engañemos: Daesh supuso unos extremos de violencia tales que hasta hizo parecer erróneamente a al-Qaeda como moderada, y más a un grupo como HTS que renunció a ser filial de esta última. HTS, aunque haya luchado contra Daesh, sigue siendo cercana a al-Qaeda. Simplificando mucho: los podemos situar en un término medio entre los Hermanos Musulmanes y los Talibanes, escorada hacia estos últimos.
· Damasco desprotegió el norte
La guerra de Israel contra Hezbolá en el Líbano obligó al gobierno sirio a desatender la defensa de las ciudades del norte para centrarse en el sur y proteger la capital ante una posible entrada de tropas israelíes, fuese en dirección a Damasco o para entrar en el Líbano a través de Siria. La rapidísima caída de Alepo provocó un derrumbamiento de la moral de las tropas de al-Assad. ¡Qué difícil además es luchar y dar la vida para salvar un régimen criminal sin perspectiva de futuro! Si HTS no aparece ya como al-Qaeda, al-Assad no aparece ya tan claramente como el mal menor que es preciso defender.
· Hezbolá e Irán, los grandes perdedores
Hezbolá e Irán son los grandes aliados del presidente sirio y, con su caída, son los grandes perdedores. Hezbolá quedó muy debilitada y confusa con su guerra con Israel y ha desprotegido al líder sirio. Al caer al-Assad, queda cortada la comunicación terrestre que une Irán con el Hezbolá libanés, de manera que Irán no podrá seguir suministrando armamento a través de Siria. HTS, aunque no sea el Estado Islámico, tiene al chiismo como gran enemigo.
· Israel, gran beneficiada a corto plazo
El enemigo prioritario de Israel es ese arco chiita que va del Líbano hacia Irán, pasando por Siria, y llegando hasta Yemen del Norte. Este eje ha quedado roto. La caída del régimen ha sido tan rápida que el eje de resistencia chií no ha tenido tiempo de reaccionar. Veremos cómo intentarán proteger a la minoría alauita. Pero desde fuera solo se puede hacer algo si hay músculo interior con voluntad de resistir.
Por otra parte, cae un régimen que siempre ha apoyado la causa palestina. Esto beneficia a Israel. Sin embargo, este régimen siempre persiguió a los Hermanos Musulmanes de Siria: Hafez al-Assad arrasó la ciudad de Hama en 1982 con la masacre de sus 10.000 habitantes. Por tanto, la caída del régimen es una buena noticia para Hamás.
Israel no está detrás de HTS como algunos han afirmado, pero se ha beneficiado: ya ha ampliado el territorio “de seguridad” de los Altos del Golán. A largo plazo ya veremos: si el salafismo de HTS es similar al de Arabia Saudí serían capaces de pactar con Israel, pero si prima su yihadismo, Israel tendrá un nuevo enemigo.
· Rusia puede perder su único puerto militar mediterráneo
Rusia también ha desatendido a Siria por estar centrado en la guerra de Ucrania y en intentar debilitar a Occidente desde África. Las tropas de Wagner destinadas a proteger a los dictadores de Africa a cambio de su alejamiento de Francia habrían sido valiosas en Siria. Cayendo al-Asad, peligra su base naval de Tartús, de importantísimo valor estratégico, pues es la única que posee en el Mediterráneo. El régimen, sin embargo, podría refugiarse en esta región costera de Latakia y Tartús dominada por la minoría étnica alauita a la que el presidente al-Asad pertenecía. Pero HTS no perdonará a Rusia sus bombardeos indiscriminados sobre Homs durante la guerra, y si puede, le expulsará de esa zona, que tiene a Turquía por el norte y al Líbano por el sur. Es, además, la salida al mar de Siria, que HTS querrá conquistar.
El triunfo de los islamistas en Siria puede dar alas a los chechenos u otros lugares de Rusia de mayoría musulmana que Rusia está desprotegiendo en favor de la guerra de Ucrania.
· Los dilemas de Turquía y los kurdos
Los kurdos han aplaudido la caída del régimen, pero está por ver si podrán mantener su autonomía. Turquía les presiona militarmente desde hace años. Si Trump quita su apoyo a los kurdos (como ya pretendió hacer en su anterior mandato), Turquía puede aprovecharlo para derrotar a su gran enemigo. En el norte de Siria también hay población turcomana y Turquía podría tener la tentación de anexarse ese territorio. Hasta ahora, Turquía ha mantenido una actitud ambigua respecto a HTS. Veremos si “negocia” una partición de Siria.
· Emigración de los cristianos sirios, pero alegría de los libaneses
La nueva situación provocará una enésima emigración de cristianos, que pueden ser señalados por su apoyo al régimen y que rechazarán vivir bajo la ley de la sharía. Sin embargo, los cristianos del Líbano ven en el derrumbamiento del eje chiita una oportunidad para que Hezbolá deje de ser un Estado y un ejército paralelos al nacional.
· ¿Qué conviene a Europa?
Europa necesita ante todo estabilidad en la región para evitar una nueva ola migratoria. El peor escenario actual sería que Siria se balcanizase de nuevo y pudiese resurgir Daesh. HTS, con sus 15.000 soldados estimados, no será capaz de controlar toda Siria. Está por ver qué harán los otros cientos de grupos rebeldes, yihadistas muchos de ellos, y qué pasará con el arsenal de armas químicas del régimen y con todo su arsenal militar.
Tal vez, la mejor solución sería una partición del país más acorde con la distribución étnica y religiosa. Los cristianos, sin embargo, al no ser mayoritarios en ninguna región, no pueden salir ganando de una repartición del territorio. Su sufrimiento en el Próximo Oriente continuará.
[Imagen de warmapper.org]
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