Razones y consecuencias
Berpiztu Kristau Taldea
“Por una Iglesia con futuro”
El próximo 11 de diciembre, Lucía Ramón Carbonell, secretaria en su día, de la “European Society of Women in Theological Research” hablará online sobre las razones y consecuencias del apartamiento del sacerdocio de la mujer del Sínodo Mundial de octubre 2024, de lo allí aprobado al respecto y de lo que supone.
Quienes lo deseen pueden seguir su intervención online y formular las preguntas que estimen oportunas en los locales de la Comunidad Cristiana de Ibarrekolanda, Calle Benidorm 4 (Bilbao) - Metro Sarriko. También pueden seguir la intervención online, clicando el Código QR del Gif de presentación de esta información.
Es cierto que el Papa Francisco sostuvo, en los primeros momentos de su pontificado, que “sobre la ordenación de las mujeres la Iglesia ha hablado y ha dicho no. Lo dijo Juan Pablo II con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada” (Julio 2013). Mas aún, en noviembre del mismo año sostuvo (“Evangelii Gaudium”, nº 104), que “el sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión”. La decisión está tomada. Yo la asumo, como hijo de la Iglesia que soy, sin cuestionarla.
Pero también es cierto que en el Documento final del Sínodo Mundial (octubre 2024), aprobado por el mismo Papa Francisco como “magisterio auténtico”, se sostiene que “no hay nada que impida que las mujeres desempeñen funciones de liderazgo en la Iglesia: lo que viene del Espíritu Santo no puede detenerse. También sigue abierta la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal y es necesario proseguir con el discernimiento a este respecto”.
Tal aprobación es importante porque ayuda entender e interpretar el magisterio “definitivo” del Papa Juan Pablo II (1994) en su carta “Ordinatio sacerdotalis” (la Iglesia no tiene autoridad para ordenar mujeres como sacerdotes). Dicho magisterio, técnicamente, no debe ser recibido como “infalible”, sino como “inerrante” o, lo que es lo mismo, está abierto al debate y, por ello, a un cambio cuando haya un consenso eclesial suficiente al respecto. La aprobación papal del Documento Final del Sínodo propicia esta interpretación, corrigiendo lo tenido -por algunos- como “definitivo” y, por ello, infalible e intocable, hasta ahora. Es un importante punto de inflexión que -en su indudable modestia- abre un nuevo tiempo con respecto a la ordenación de las mujeres: no solo a la diaconal, sino también a la presbiteral, y, hasta es posible, que a la episcopal.
En la intervención de Lucía Ramón habrá un espacio para recordar el compromiso de muchas mujeres y cristianos a lo largo de estos últimos años para que en el Sínodo Mundial se haya podido alcanzar este modesto “triunfo” sobre el sacerdocio de la mujer. Y también para recordar, entre otros puntos, lo mucho que todavía queda por andar en lo referente a esta reivindicación; y lo largo de este camino. Habrá, igualmente, un tiempo para dialogar con ella sobre su intervención online.
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