La Comisión Europea alerta de que el riesgo de pobreza en España ha aumentado, poniendo en peligro la convergencia social con el resto de los Estados miembros, a pesar de las mejoras en las relaciones laborales
Fuente: Noticias Obreras
Según la “Propuesta de informe conjunto sobre el empleo”, nuestro país suspende en 10 indicadores que clasifica dentro de la categoría de “críticos” o “a observar” de los 17 evaluados por Bruselas.
De este modo, España queda incluida en el grupo de 10 países con “potenciales riesgos para la convergencia social “, junto con Bulgaria, Estonia, Hungría, Lituania, Croacia y Luxemburgo, y solo con mejores resultados que Rumanía, Grecia e Italia.
Los porcentajes de la población en riesgo de pobreza o exclusión social en general y entre los niños en particular aumentaron a 26,5 % y 34,5 %, respectivamente en 2023, por encima de la media de la UE (21,3 % y 24,8 %).
Este es una de “las situaciones críticas” que recoge el informe, que además advierte del alto abandono escolar y desempleo, la cantidad de parados de larga duración, la baja empleabilidad de la población y menor PIB per cápita, en comparación con el resto de los países de la UE.
El informe refleja que el aumento del riesgo de pobreza puede deberse a “la falta de adecuación y cobertura dentro del sistema de protección social, disparidades regionales en el acceso a los servicios públicos y una persistente pobreza laboral”.
La desigualdad de ingresos sigue siendo más altas que la media de la UE (5,5 frente a 4,7 en la UE), a pesar de que ha habido mejoras, a pesar de que el ingreso bruto disponible real per cápita de los hogares fue “débil, pero mejorando” en 2023 debido a un fuerte aumento.
Tampoco el impacto de las transferencias sociales (excluidas las pensiones) en la reducción de la pobreza ha sido mayor que en el resto de Europa, disminuyendo al 22,9%, frente al 34,7 % de la UE), por segundo año consecuente, volviendo de nuevo a “situación crítica”.
La escasa efectividad de las transferencias resulta particularmente baja para combatir la pobreza infantil (17,0 % frente al 41,4 % en la UE).
Al menos, la proporción de niños menores de 3 años en cuidado formal es “mejor que el promedio” europeo.
En lo que también España está mejor que el resto es en el desarrollo de habilidades digitales y la disminución de la brecha laboral de las personas con discapacidad, además de la mejora del mercado laboral, por más que siga sin alcanzar los niveles medios de la Unión Europea.
El desempeño de España resulta “mejor que el promedio” en habilidades digitales para las transiciones verde y digital.
Por supuesto, la mejora del empleo no pasa inadvertida. “El mercado laboral español ha mejorado significativamente”, aunque, eso sí, “aún enfrenta desafíos”, apunta la Comisión Europea.
La tasa de ocupación aumentó sustancialmente hasta alcanzar el 70,5 % en 2023 (frente al 75,3 % en la UE), pasando de una “situación crítica” a “débil, pero mejorando”.
El informe achaca esta evolución positiva a “un fuerte crecimiento económico, una expansión significativa del empleo entre personas nacidas fuera de la UE y un aumento del empleo en el comercio, ocupaciones técnicas y científicas, y la creación de empleo en el sector público”.
Sin embargo, la tasa de desempleo (12,2 %) y su componente de largo plazo (4,3 %) también se consideran “débiles, pero mejorando”. La debilidad se concentra especialmente en los trabajadores mayores y en las Islas Canarias.
Afortunadamente, la proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan continuó disminuyendo (al 12,3 % en 2023), sigue siendo alta y es un indicador “a observar”.
También se recogen los buenos resultados del empleo de personas con discapacidad, con una de las brechas más bajas de la UE que se va estrechando. Así, España, en este aspecto, se encuadra entre los “mejores desempeños”.
España enfrenta desafíos relacionados con el abandono temprano de la educación y la formación. La proporción de abandonos tempranos de la educación y la formación disminuyó ligeramente en 2023, al 13,7 % (frente al 9,5 % en la UE), pero sigue siendo alta y está en una “situación crítica”.
Las disparidades regionales relacionadas siguen siendo significativas, aunque se redujeron en 2023, con niveles particularmente altos en el sur y el este, y tendencias de empeoramiento en el sur y las Islas Canarias.
En general, la participación de los adultos en el aprendizaje fue “promedio” en 2022, con un 34,1 % (frente al 39,5 % en la UE), tras un aumento de 3,7 puntos porcentuales en comparación con 2016.
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