sábado, 28 de diciembre de 2024

Juan Carlos Elizalde Obispo de Vitoria: “Queremos un uso social del convento de las Brígidas, pero buscamos socios”

Pese a estar en plena Navidad, el obispo de Vitoria lamenta la falta de adornos que recuerden el nacimiento de Jesús. “Religiosamente, creo que estamos volviendo a las cavernas”

Fuente:   Noticias de Álava

Por   Agurtzane Salazar

26/12/2024


Elizalde frente a la Catedral Nueva.
Josu Chavarri Erralde

Justo cuando está a punto de comenzar esta entrevista, la productora del Sacamantecas, llama al obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, quien vuelve a dar su sí a rodar en los templos de la diócesis siempre que sea “para visibilizar el patrimonio y ser fuente de bienestar para la sociedad”. Si bien, parece que se complica que sea en la iglesia de San Vicente, por sus estrechas y pequeñas ventanas, al ser una de las más antiguas de la ciudad, lo que podría complicar la iluminación de la película. Toma fuerza así que su otra opción para este proyecto, la de la Catedral de Santa María (la vieja), esté más cerca de ver la luz.

Pregunta: ¿Veta su diócesis el rodaje de películas?

Respuesta: No, ya quedó claro que no. Que era un proceso de discernimiento y explicadas las circunstancias, la temática de la película, etcétera, dimos nuestro consentimiento. No hubo un veto. Sí una posposición porque se retrasó la decisión final, no por las presiones políticas, sino porque la reunión estaba fijada para esa fecha ya antes de la polémica. La diócesis tiene interés en promocionar los rodajes de las películas porque visibiliza el patrimonio y colabora en el bienestar y en los puestos de trabajo de la ciudad, pero con condiciones, es decir, respetando la sacralidad del lugar, y sabiendo la temática, la escena y el guion. Nosotros no podemos traicionar la identidad cristiana de nuestros edificios. Es la Iglesia la que finalmente decide para que no conculque los valores evangélicos y cristianos.

P.: ¿Se ha sentido atacado personalmente por las instituciones?

R.: No, en ningún momento. Quizás las fuerzas fueron muy espontáneas, pero hay cordialidad y afecto y también tenemos derecho a mostrar nuestras diferencias porque estamos en un país libre. Y la Iglesia tiene que manifestar su opinión. Formamos parte de una parte mayoritaria del tejido social: porque una gran parte está bautizada. No somos ciudadanos de segunda, aunque haya ciertos complejos en cuanto a subvenciones. Pero ha llegado el momento de reivindicar, en ese sentido, esos derechos, pero con cariño y afecto.

P.: ¿Qué destacará, por cierto, en su mensaje de Navidad de este año?

R.: La esperanza. Vamos a comenzar el Jubileo de 2025, con un lema que se centra en ella y, de alguna manera, la Navidad también la conmemora, con un mensaje de ella para todo el mundo, que genera también paz, perdón fraternidad... como consecuencia de su acontecimiento central: el nacimiento de Jesús, que Dios está con nosotros. Y como la Navidad, también afecta a los más pobres y vulnerables, estarán especialmente presentes los afectados por la DANA y el agradecimiento a tantos voluntarios que han partido para allí y el tema sangrante de la paz en el mundo y el acompañamiento a tantas situaciones de soledad en esta tierra: mayores, inmigrantes...

P.: El miércoles fue el día internacional de los migrantes. ¿Cómo se encaja lo multicultural en la sociedad y en la Iglesia?

R.: En Álava, hay 52.000 personas que han nacido fuera de sus fronteras. Son el 20% de la población y eso muestra que es multicultural, multirreligiosa. Es la foto de nuestra sociedad hoy y de nuestra Iglesia. De hecho, nuestros seminarios, comunidades parroquiales y catequesis tienen un altísimo porcentaje, casi a veces exclusivo, como en las catequesis, de personas venidas de fuera. Así como es una esperanza para el mundo laboral también lo es para la renovación de nuestras comunidades cristianas.

P.: ¿Y cuál es la postura de la Iglesia con los extranjeros irregulares?

R.: Es totalmente favorable para que a ese medio millón de irregulares que hay en nuestra patria se le dé la posibilidad de regularizar su situación y se acompañe, proteja, integre y acoja en este proceso. Si eso no se hace así, se crean bolsas de marginación y el caldo de cultivo para actitudes sociales defensivas y negativas.

P.: ¿Qué futuro puede tener el convento de las Brígidas?

R.: Pues desde luego un futuro halagüeño porque nos estamos reservando el uso definitivo porque tiene muchas novias, como hoteles con encanto y viviendas de lujo, pero queremos que tenga un uso social compartido y de las que tengan más necesidad en el terreno sanitario o asistencial, pero eso depende también de subvenciones, porque requiere de una inversión enorme para la que queremos encontrar socios.

P.: ¿Tienen ya algún proyecto concreto?

R.: Se están barajando temas sociales, de acuerdo a los colectivos de nuestra diócesis y territorio foral, pero no tenemos nada cerrado ni pactado.

P.: ¿Cree que el Memorial estará listo en 2026 para el 50 aniversario de la masacre? ¿Se ha buscado ya un templo que acoja la exposición de belenes de la iglesia de San Francisco?

R.: Sí. Nosotros pretendemos agilizar todo lo posible y se han dado todas las facilidades para este tema. Aún estamos pendientes de un lugar para los belenes de la Asociación San Francisco de Asís. De momento, ni Ayuntamiento ni Diputación ven posible en este momento un local para ello, así que estamos en conversaciones, pero eso no va a ralentizar el proceso de elaboración del Memorial.

P.: ¿Cómo ha cambiado Estibaliz tras año y medio con las peregrinas? ¿Planean alguna novedad?

R.: Todo el mundo es consciente de la revitalización de Estibaliz por estas religiosas jóvenes, llenas de ilusión y de esperanza. Como además nunca dejó de ser un lugar emblemático para nuestras familias, muy arraigado en las tradiciones cristianas, se ha acogido con inmensa alegría. Y hoy es el día que terminado el Jubileo, sigue habiendo un peregrinar constante por el Santuario. Estamos muy contentos por lo que supone también en cuanto a propuesta cristiana atractiva y de lugar de encuentro entre jóvenes y mayores.

P.: ¿Planean alguna novedad las Peregrinas, teniendo en cuenta lo activas que son?

R.: Bueno, ahora preparan con mucha ilusión el Año Jubilar, porque será uno de los centros jubilares en 2025. Del de mayo, destacaría una vinculación positiva a nuestra Iglesia y al futuro de nuestras comunidades.

P.: ¿A qué se debe el desapego de los jóvenes con la Iglesia?

R.: En gran parte, a la poca experiencia de Dios de sus padres, de sus familias, a la desconexión de la vida personal de sus educadores, entre fe y vida y también a una minusvaloración de la vida cristiana, que hace que a los jóvenes no se les acerquen una propuesta cristiana atractiva. Religiosamente, creo que estamos viviendo una vuelta a las cavernas. Estamos en Navidad y para encontrar un símbolo religioso en los adornos de las instituciones, no salimos de los renos. Hay una represión religiosa. Ahora, en Navidad, la figura amable del niño Jesús, se contrapone a una vuelta a un paganismo artificial de la prehistoria y vinculado también a una estética de lo grotesco y primitivo. Eso genera en los jóvenes un mundo tremendamente pobre, artificial. Y eso genera en los jóvenes un mundo tremendamente pobre y sin sentido. El suicidio juvenil es una de esas expresiones de la falta de sentido.

P.: ¿Qué valoración hace del relevo en Egibide, después de que le acusaran de maniobrar para imponer un director afín?

R.: Estamos en un buen momento respecto al fortalecimiento de la identidad católica del centro. Egibide es escuela católica. En ese patronato del que yo soy presidente, cinco puestos los tiene la diócesis, dos la Compañía de Jesús. Por tanto se asegura esa identidad de escuela católica a la hora de marcar ciertas orientaciones en la educación. Eso no quiere decir que la escuela sea solo para católicos. Afortunadamente, hay mucha diversidad, también en el profesorado. Trabajamos intensamente, a través del diálogo, en esta tarea.

P.: En los últimos meses han fallecido varios sacerdotes. ¿Cómo va el relevo?

R.: Con más esperanza que nunca porque desde tiempo inmemorial no había habido tres ordenaciones de diáconos, como las que hubo el 7 de diciembre, y estamos en un cambio de tendencia muy llamativo, gracias a seminaristas de otras diócesis y continentes. Ese ambiente juvenil en el que se están formando en la Facultad de Teología haya signos de más vocaciones y un relevo más fácil en adelante.

P.: Precisamente, este año curso ha habido relevo en la Facultad de Teología. ¿Cómo está este centro, referencia en el norte de España?

R.: En su mejor momento. Los 30 sacerdotes de Latinoamérica, Asia y África que están haciendo la licenciatura o doctorado, están siendo una bendición y enriquecen nuestro perfil más local. En la actualidad, tiene 147 alumnos presenciales en este momento, 26 seminaristas y otras congregaciones, como Carmelitas, Pasionistas, Peregrinos de la Eucaristía... Y eso hace que haya un hummus vocacional grande, tanto de laicos, sacerdotes como vida consagrada.

P.: El Papa pide reorganizar seminarios en España, ¿en qué lugar quedaría el nuestro?

R.: El de Vitoria ha quedado como sede se seminario, igual que Burgos y Pamplona, por nuestra zona. Las demás diócesis de alrededor tienen que integrarse en estos seminarios. Estamos contentos porque esto favorece también la Facultad de Teología y la posibilidad de formarse sin salir de Vitoria.

P.: En las últimas semanas ha recibido en su despacho a un líder palestino, un obispo de Vietnam, otro de Guinea Ecuatorial, de Perú… ¿a que se debe?

R.: A la conexión que ya existe entre la diócesis y otras comunidades cristianas en los cinco continentes. Yo creo que no son fuegos artificiales, ni pan para hoy, pan para mañana, sino que está activando una auténtica renovación eclesial en nuestras comunidades. Los cristianos de la diócesis se dan cuenta, se alegran y colaboran mucho más positivamente.

P.: En cuanto a las visitas pastorales a barrios de Vitoria, pospuestas por la pandemia, ha visitado de manera oficial en este 2024 hasta 22 parroquias con sus respectivos grupos, a distinto colectivos de barrios, residencias de mayores, pequeños comercios. ¿Qué ha supuesto esta agenda tan intensa?

R.: Supone un plus de trabajo y de implicación sobre la agenda habitual, pero reconozco que ese contacto directo a mí me permite pulsar las necesidades de la diócesis y me enriquecen las aportaciones que hacen los fieles.

P.: ¿De qué manera Álava rural es una prioridad? ¿Se está elaborando un documento sobre este ámbito?

R.: Sí. Hay uno reciente, que precisa ahora una encarnación en iniciativas, proyectos, coordinación... Hemos tenido un pequeño proyecto de Pastoral rural, con agentes de otras diócesis, y en febrero nos volveremos a reunir. Se actualiza el mapa de la diócesis, de manera que la renovación pastoral implique una remodelación del mapa diocesano y son fundamentales la constitución de equipos mixtos: sacerdotes, vida religiosa y laicos y familias.

P.: Ricardo Sáez de Heredia deja de ser el abad en la Cofradía de la Virgen Blanca. ¿Ya tiene sustituto?

R.: La Cofradía tiene resortes para buscar el mejor relevo y sin duda lo está haciendo, sin prisa especial. Hubo una propuesta que no salió adelante, porque requería un respaldo determinado. Es lógico que cueste un poco, porque Ricardo llevaba muchos años al frente, como los Papas que han marcado la historia.

P.: Lleva ocho años como Obispo. ¿Qué valoración hace?

R.: En mi vida me había enfrentado a un reto así. La primera lección que saco es de humildad. Es un proyecto y servicio a la Iglesia que mes desborda. Me surge el agradecimiento, porque nunca he estado tan apoyado, tan querido y sostenido por colaboradores de todo tipo. A toro pasado, veo que hoy la Iglesia de Vitoria es más plural que nunca y que el diálogo con la cultura, con la sociedad se está realizando desde una identidad cristiana clara y plural. Estoy contento.

P.: ¿Tras cuatro años como responsable de Migraciones y Refugiados en la Iglesia española, este año le han nombrado responsable del Área de Primer Anuncio, ¿de qué va este departamento?

R.: Me di cuenta de que el aspecto que tenía que liderar en nuestra diócesis no era la iniciativa social, porque ya tenía sensibilidad muy marcada y con un liderazgo enorme, pero, en cambio, me parecía que había más necesidad de Primer Anuncio, de comunicación del mensaje de Jesús, como apertura de puentes, para que la vida cristiana no se quede en el pasado nostálgico, sino que empape las expectativas de futuro de nuestros jóvenes y familias. Me parecía que estaba pendiente en nuestra diócesis un nuevo impulso vocacional y generacional, en el que yo quería dar todas nuestras fuerzas y caudal afectivo.

P.: ¿Qué sabor de boca se llevó el Nuncio en su primera visita a Vitoria las pasadas fiestas de la Virgen Blanca?

R.: Fue muy poco tiempo, pero se fue encantado, porque le gustó mucho la ciudad. Dijo que era el seminario más bonito del mundo y estuvo encantado en las fiestas: desde las instituciones a la diócesis, se le acogió muy bien y pudimos abordar también muchos temas. Le recogí en el aeropuerto de Bilbao y le volví a llevar y ahora, cuando me saludó en la Asamblea, me dijo: “¡Viva la Virgen Blanca!” Y durante todo este año, hemos estado en contacto de retos que tenemos en la diócesis. El colofón de esa complicidad y de ese conocimiento mutuo fueron las fiestas.

 

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