Admite «la debilidad» por la falta de curas pero subraya la «fortaleza» de la fe, la presencia sólida de la Iglesia en pueblos y la importancia «nuclear» de la mujer
Fuente: El Diario Vasco
Por Iñigo Olasagasti
14/12/2024
Las parroquias guipuzcoanas tendrán que reorganizarse ante la falta de sacerdotes. Algunas, incluso, se verán obligadas a cerrar sus puertas. Es el diagnóstico que le obispo de la Diócesis de San Sebastián, Fernando Prado, realiza en su carta pastoral con motivo del Año Jubilar 2025. Una carta en la que el prelado analiza las debilidades que afronta la diócesis, como la falta de personal o la pérdida de protagonismo de la Iglesia como consecuencia de la evolución de la sociedad guipuzcoana. Por otro lado destaca las fortalezas de la misma, como son «la presencia sólida de la Iglesia en los pueblos» o la importancia «nuclear de la mujer». El obispo llama en su carta a la participación en la vida cristiana, y pide la colaboración de personas para ayudar a realizar labores en las parroquias del territorio guipuzcoano.
Renovación
«La fe de los guipuzcoanos ha de ser más personal»
«La comunidad cristiana está llamada a afrontar el desafío de la presencia y la vivencia de la fe en medio de una cultura en la que nos resulta cada vez más difícil», analiza Prado, atendiendo a los cambios que vive la sociedad guipuzcoana según pasan los años. Según indica, «en nuestra Iglesia de Gipuzkoa se nos hace necesario tomar nueva conciencia de algunos procesos que tenemos que seguir consolidando, fortaleciendo y acompañando». El obispo admite la necesidad de adoptar cambios para adaptarse a la nueva realidad del territorio y lamenta la perdida de vocación cristiana y de valores de una gran parte de la sociedad. Señala que si bien antiguamente la transmisión de la fe bastaba para su consolidación, hoy en día requiere de mayor introspección personal por cada uno de nosotros. «La fe de los cristianos de Gipuzkoa ha de seguir purificándose y pasando de ser una fe simplemente heredada a ser más personal, más cultivada, más comprometida, si cabe, pues, como hemos visto, esta ya no se apoya en una convicción de todos los ciudadanos, ni en un ambiente religioso generalizado».
Reorganización
«Las parroquias no se configurarán como ahora»
El obispo señala en su carta que ante la pérdida constante de creyentes y de personal como sacerdotes, Gipuzkoa se enfrenta a cambios territoriales en lo que a templos de culto se refiere. Según avanza, «es claro que algunas de las parroquias actuales dejarán de estar configuradas como hasta ahora. Algunas incluso desaparecerán y se reconfigurarán, sobre todo en los núcleos urbanos más grandes». Además, reivindica la necesidad de mayor colaboración en las parroquias, y explica que «también la manera de su atención pastoral será menos dependiente del párroco y tendrán que trabajar en equipos misioneros o de atención pastoral formados por sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos». En su análisis considera que «en los próximos años, muchas parroquias se verán unidas administrativamente y, sobre todo, en lo que a trabajo subsidiario se refiere».
Para esta reestructuración, el líder de la Iglesia en Gipuzkoa pide «pensar cómo establecer equipos misioneros, llamados también equipos de responsables, o equipos pastorales formados por laicos religiosos, diáconos y sacerdotes, que se irán configurando siempre desde esa clave de atender mejor a nuestras comunidades y para animar la evangelización».
No obstante, también destaca como fortaleza «la presencia de la Iglesia mantenida en los pueblos y zonas más rurales».
Vulnerabilidad
«Dar dignidad a quien esté en situación de pobreza»
Prado señala la necesidad de tener en mente a los más vulnerables de la sociedad, quienes asegura que «son nuestros hermanos». Según reflexiona, «quizá no podamos solucionar algunas situaciones, pero podemos dar dignidad a cualquiera que esté en situación de pobreza o vulnerabilidad: mirarle a la cara, decirle con cariño una palabra amable y normalizada que le haga sentir que tiene dignidad, darle una ayuda económica adecuada si es preciso». Para ello, reclama «que los cristianos de la diócesis colaboremos con los políticos de nuestros pueblos y ciudades, y con los demás agentes sociales, para buscar con creatividad, empeño y paciencia soluciones para los más vulnerables».
Inmigración
«Han llegado a nuestros pueblos para trabajar»
Las personas migrantes son otro punto importante que analiza Prado en su misiva pastoral, en la que realiza un análisis de la situación que atraviesa el mundo. «Las guerras, el hambre, la corrupción, la explotación y todo tipo de violencias hacen que las personas busquen un lugar donde vivir en paz y ofrecer un futuro digno a sus hijos», expone. En consecuencia, considera que «muchos migrantes han llegado a nuestros pueblos y ciudades, en su inmensa mayoría, con ganas de trabajar y encontrar prosperidad». Opina que la sociedad debe esforzarse para integrar a estas personas, y pide «acogerlos, acompañarlos, ayudarlos en su promoción».
Mujer
«Las mujeres son columnas de la fe y de la Iglesia»
Entre las principales fortalezas que atribuye el obispo a la sociedad guipuzcoana, destaca la importancia que tiene la mujer en ella. «Es necesario reconocer la importancia nuclear de la mujer, no solo en la sociedad, sino también en la comunidad eclesial» reclama. Según indica, «la Iglesia les debe mucho a las mujeres. Son hoy, verdaderamente, columnas de la fe y de la Iglesia».
Otro punto al que hace referencia Prado es a la violencia que sufren las mujeres. Denuncia los ataques a la mujer, «en todas sus formas de abuso o maltrato, es una afrenta contra la dignidad humana y una ofensa gravísima a Dios». Añade que «no podemos dejar de insistir en nuestro deber de hacer todo lo que esté en nuestras manos por evitarla y erradicarla», y desea que « todos los diocesanos, más allá de toda ideología, nos unamos a la voz de tantas mujeres que denuncian estos hechos en nuestra sociedad».
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