lunes, 17 de febrero de 2025

Se vienen tiempos de Cónclave

Cuando la salud de un Papa se deteriora irremediablemente, su renuncia es la solución justa y en este escenario posible el derecho canónico exige un solo requisito: ‘que la decisión sea tomada libremente’.

Fuente:    Refelexión y Liberación

Por   Jaime Escobar Martínez

14/02/2025

 

Entonces, observando la deteriorada y delicada salud del Papa Francisco que por estos días de nuevo y por quinta vez es ingresado de urgencia en el Hospital Agostino Gemelli, observadores vaticanos señalan que su decisión en este sentido está cercana y que en un breve plazo podría activar su Carta antes de que su deterioro físico se vuelva más evidente. En pasillos vaticanos ya se comenta que; ‘Cuando un Papa está muy enfermo, ingresamos en territorio desconocido e incierto’.

Las complejas condiciones de salud de Francisco a sus 88 años y que desde hace algunas semanas se ve notoriamente cansado y débil, aumentan la discusión sobre el futuro de la Sede más codiciada de la Iglesia en Roma. En el Vaticano ya se vive un tiempo de Pre Cónclave y no hay que sorprenderse porque es una tradición centenaria que cuando se deteriora la salud del Pontífice, comienzan los movimientos cardenalicios para buscar a il successore ideal para la Iglesia.

Este nuevo año el mundo está enfrentado a una difícil coyuntura política, económica y social, además de guerras y el auge de populismos y conservadurismos que parecían superados a inicios del siglo XXI. En esta turbulenta coyuntura global ya es normal escuchar en variados círculos vaticanos que no pocos cardenales han iniciado consultas intra ecclesia para examinar nombres disponibles a papabile para el próximo Cónclave que cada vez se siente más cercano como consecuencia del enfermizo estado de salud de JM Bergoglio.

Como bien sabemos, los procesos internos en la Curia romana son lentos y poco visibles. Cada acción, normas o iniciativas de conducción y poder son estudiadas sin apuro. Ahora, sólo hay una preocupación urgentis en el Colegio Cardenalicio; no llegar desprevenidos o desinformados para las votaciones del próximo Cónclave. Todos los electores coinciden que llegó el tiempo de la discusión sobre las nuevas líneas pastorales, diplomáticas y de acción de la Iglesia Católica para estos complejos nuevos tiempos.

Desde ya hemos de advertir que el sector más conservador de la Iglesia y los que se han opuesto a muchas de las iniciativas y directrices de Francisco, encabezados por los cardenales de EEUU y hoy envalentonados por el tsunami populista Trump, se afirmarán para sus falsos propósitos ‘aperturistas’ en el próximo Cónclave, señalando que el Vaticano II, que en su Constitución sobre la Iglesia (nº 22) señala que ‘el Papa es el sujeto de suprema y plena potestad en la Iglesia’, pero agrega a reglón seguido que también ‘tiene esa potestad, junto con el Papa, el episcopado mundial’… Toda esta estrategia de cálculo y poder ya en curso es para asegurar votos para un eventual Papa restaurador elegido con los votos decisivos de los cardenales de África y Latinoamérica.

Para los que seguimos con atención la coyuntura vaticana, sabemos bien que ninguna de las corrientes internas -conservadores, reformistas y progresistas-  tiene el respaldo suficiente para asegurar la mayoría de dos tercios necesarios para elegir holgadamente a un nuevo Pontífice en el próximo Cónclave, aún, considerando que Francisco ha nombrado ya un total de 140 cardenales, además del arduo trabajo ad hoc de su fiel amigo el díscolo Cardenal-Prefecto ‘Tucho’ Fernández.

Con el Papa Francisco dentro o fuera de la Gemelli, en ambientes vaticanos y diplomáticos ya suenan nombres de Papabiles si el Cónclave fuera este 2025: Pietro Parolin, actual Secretario de Estado de la Santa Sede,  Matteo Maria Zuppi; Cardenal de Bolonia y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Timothy Michael Dolan; Cardenal Arzobispo de Nueva York, Mario Grech; Cardenal de Malta, Pierbattista Pizzaballa, OFM; Patriarca Latino de Jerusalén, Giorgio Marengo; Misionero de la Consolata (IMC)… 

Es comentario obligado en Roma la preocupación fundada del sector progresista y bergogliano de la Iglesia que poderosos grupos -religiosos y laicos- de alta influencia en los episcopados europeos vienen trabajando en un nombre-candidato secreto que contaría con el beneplácito y decisivo apoyo del Opus Dei, Comunión y Liberación, Camino Neocatecumenal, Caballeros de Colón (USA), Orden de Malta (Roma)…

Concluimos con una reflexión de  bonae intentionis en medio de la crisis que atraviesa a la Iglesia Católica y considerando que la función esencial de los cardenales en la Capilla Sixtina es elegir un nuevo Papa en oración, en discernimiento sobre el poder y la profecía, el resto lo hace, pacientemente, el soplo del Espíritu.

Jaime Escobar Martínez / Director de Revista ‘Reflexión y Liberación’

Madrid – Roma – Santiago

 

 

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