jueves, 6 de febrero de 2025

Crónica del encuentro «Memoria y Liberación»

Fuente:   Cristianisme i Justícia

Por   Manu Andueza

05/02/2025

 


El 25 de enero tuvo lugar en Madrid un homenaje a Gustavo Gutiérrez que llevaba por título «Memoria y Liberación». Se pudo seguir también vía zoom desde diversos países de América Latina. 

El encuentro, realizado en San Carlos Borromeo y organizado por 16 colectivos, pretendía reunir a personas que habían bebido de las palabras de Gustavo, que habían trabajado y vivido sus textos, pero también que siguen preguntándose por la continuidad de sus propuestas.

Tras una breve presentación de la figura de Gustavo, tuvo lugar, en un primer momento, una mesa redonda. Comenzó hablando Guillermo Múgica, teólogo y presbítero de la Archidiócesis de Pamplona, que había compartido tiempo y misión con Gustavo en Perú. Situó su teología y trazó una serie de principios fundamentales: así, nos recordó cómo la lectura de la realidad era esencial para Gustavo y eso le llevaba al compromiso y al cuidado de la relación con su entorno. Es desde aquí desde donde Gustavo elaboró su teología, entendida como un acto segundo que bebía de la práctica de la fe. Y todo ello desde una marcada sensibilidad poética que le ayudó a leer y expresar lo vivido. Sus intuiciones estuvieron marcadas por los pobres y su opción por ellos siendo fiel al Dios de Jesús, por la conjunción entre fe y praxis fundamental en la liberación de los pobres y por la unidad entre historia e historia de salvación desde donde se descubre la vocación humana.

Posteriormente, hablaron Silvia Cáceres y Glafira Jiménez, ambas del Instituto Bartolomé de las Casas del Perú. Destacaron la opción por los pobres de Gustavo como una opción existencial y como una hermenéutica de la realidad. Insistieron en la importancia de hacer una teología desde los márgenes, ya que solo así puede ser esta realmente liberadora. Y terminaron identificando algunos retos inherentes a la propuesta teológica de Gustavo. Entre ellos, destacaron la importancia de la espiritualidad, que debe convertirse en metodología para la praxis de fe y la reflexión teológica, e insistieron en la lectura de los signos de los tiempos para interpretar los nuevos sufrimientos del mundo de hoy y hacer teología desde ellos. 

Cerró la mesa Montse Escribano, presidenta de la Asociación de Teólogas Españolas, que empezó su ponencia recordando el lugar de la teología en el mundo de hoy. Nos preguntaba: si la teología no es encarnada, si no habla de, con y desde los pobres, ¿de qué tiene que hablar? Recordó el valor del nosotros, de salvarnos juntos, de buscar los pozos de los que beber, de construir puentes, y terminó invitando a los presentes a estudiar teología para buscar espacios de salvación para el mundo. 

El primer momento de ponencias nos cuestionó acerca de cómo vivir la radicalidad del evangelio hoy, pero pudimos percibir claros atisbos de esperanza. Lo que Gustavo hizo fue poner el dedo en la llaga, en los problemas reales del mundo que le tocó vivir, y esto es para nosotros, hoy, una invitación a seguir dicho camino generando espacios proféticos en nuestras comunidades.

El segundo momento del encuentro fue festivo. Comenzamos tejiendo un quipu, un elemento de la cultura andina —cultura que estuvo presente desde el inicio hasta el final del encuentro—. El quipu es un tejido de nudos que sirve para contabilizar bienes, y que utilizamos en el encuentro para compartir aquello que nos había aportado Gustavo. Mensajes que seguimos enviando como chasquis, portadores de buenas noticias. 

Luego compartimos juntos un banquete que nos trasportó a América Latina y que nos hizo sentir y vivir la unión con otras culturas y poblaciones a las que queríamos hacer presentes, movidos por el deseo de aumentar el espacio de liberación y fraternidad-sororidad con todos los pueblos y personas, especialmente con quienes más sufren. Se trataba de un banquete de comunión en el que sentíamos la presencia de aquel Jesús de Nazaret que tantas comidas compartió con personas de los márgenes de la sociedad en la que le tocó vivir. 

Finalmente, terminamos celebrando el recuerdo de Gustavo con alegría y festividad gracias a la música y los bailes de un grupo de música peruano. Deseamos que la música que tocaron nos acompañe en nuestro habitar diario llenando nuestros tiempos y espacios de anhelos de liberación y esperanza.

Gracias a todas por el regalo de este encuentro.

 

 

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