martes, 7 de octubre de 2025

León XIV desempolva el título de ‘vicario de Cristo’ relegado por Francisco en 2020

En una audiencia con los Caballeros de Colón, el Pontífice agradeció sus contribuciones a la Santa Sede empleando el título histórico

Fuente:   Vida Nueva

Por    Mateo González Alonso

07/10/2025

 

“Son una señal visible de su continua devoción al Vicario de Cristo”. Con estas palabras, en su inglés natal para que no haya posibilidad de confusión, el papa León XIV agradecía “a los Caballeros de Colón por su generosidad al hacer posibles” los últimos proyectos que han financiado en el Vaticano de cara al Jubileo 2025. Empleaba en concreto este título pontificio quizá para hacer publicidad encubierta del Fondo ‘Vicarius Christi’ que apoya “a los Caballeros de Colón por su generosidad al hacer posibles estos proyectos” como la “solidaridad con los pobres y los más vulnerables de todo el mundo”.

Esta mención publicitaria puede suponer una vuelta de tuerca al vaivén de los títulos papales que, en los últimos tiempos, se han ido acomodando de diversas maneras en el siempre oficial Anuario Pontificio. La renuncia, en 2006 –no confundir con la de 2013–, de Benedicto XVI al título de ‘Patriarca de Occidente’, anticipado por un periódico local de Venecia, fue visto como una gran gesto de sensibilidad ecuménica por todos en cuanto vio la luz la correspondiente edición del Anuario. En 2020, un nuevo cambio no pasó desapercibido en la guía que elabora el equipo estadístico de la Santa Sede para la Secretaría de Estado.

 

Título relegado

En el Anuario Pontificio de 2020, el papa Francisco relegó a una nueva sección llamada ‘Títulos históricos’ algunas denominaciones como la de “Vicario de Jesucristo, sucesor del príncipe de los apóstoles, sumo pontífice de la Iglesia universal, primado de Italia, arzobispo y metropolitano de la provincia romana, soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano y siervo de los siervos de Dios”, según se lee en una de las primeras de sus más de 2.300 páginas. Mientras, una escueta biografía recogía la cronología de Francisco refiriéndose a su “elección al Pontificado” y su ministerio se presenta como “Pastor universal de la Iglesia”. En la referencia a la diócesis de Roma es, además, presentado como obispo de esta Iglesia local.

Este movimiento de página fue calificado como “barbaridad teológica” por el cardenal Gerhard Müller –como baluarte de la tradición– en el diario alemán ‘Die Tagespost’. Aunque reconoce que el anuario no es fuente magisterial de primer orden y que “todos los títulos esenciales del Papado han crecido en la Iglesia, y aún más los insignificantes”, detalles como este, a su juicio, hacen que “los elementos esenciales de la doctrina católica de la primacía se devalúan como accesorios históricos”, aunque se asegure manteniendo la lista de sucesores de Pedro. “Es una barbaridad teológica devaluar los títulos del Papa ‘Sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Cabeza visible de toda la Iglesia’ como mero lastre histórico”, aseguraba Müller tirando de la eclesiología del Vaticano II. “Los católicos tienen el derecho, enraizado en la fe divina y católica, de entender el papado en general y hoy en día el pontificado del papa Francisco a la luz del Concilio Vaticano II. Solo con mucho humor e ironía se puede soportar el diletantismo teológico de los estadísticos, aunque vuelva a ser alabado por los interesados llenos de hipocresía como signo de gran humildad”, concluía.

 

Un patriarca recuperado

El movimiento de títulos no acabó ahí. En abril de 2024, el Anuario Pontificio acogió un nuevo cambio y es que el papa Francisco recuperó el título de “Patriarca de Occidente” ya que algunas de las Iglesias orientales no entendieron en la misma clave ecuménica que Benedicto XVI la retirada del título e incluso protestaron por ello. Rescatando el título de Patriarca de Occidente, el Papa se ponía al mismo nivel que otros patriarcas de iglesias orientales que no reconocen al Papa como su cabeza. Con esta noticia, en algunas webs críticas con Francisco bromeaban con la idea de su renuncia todos los títulos para ser considerado un simple ‘director general’.

No fue una decisión a la ligera. De hecho, en ese 2024, en el mes de junio, el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos presentó el documento “El obispo de Roma. Primacía y sinodalidad en los diálogos ecuménicos y en las respuestas a la Encíclica ‘Ut unum sint’”. También entonces algunos vaticanistas publicaron que el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, había sido informado antes de que el anuario saliera a la venta.

¿Qué novedades ofrecerá la próxima edición del Anuario Pontificio? ¿Reunirá el papa León XIV todos los títulos, históricos o presentes, en una sola página? Como otras cosas, ¿las dejará estar? ¿Solo fue un guiño publicitario al fondo caritativo de los Caballeros de Colón? ¿Se presentará ante los dominicos como el “dulce Cristo en la tierra” como homenaje a santa Catalina de Siena?

 

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