Fuente: La Croix
Por Arnaud Alibert
Sacerdote asuncionista, redactor jefe de La Croix
21/08/2025
Con la crisis de abusos en la Iglesia, las víctimas han pasado a primer plano. ¿Qué futuro aceptable puede vislumbrarse para los sacerdotes condenados, tanto para ellos como para la sociedad, más allá de cumplir sus condenas?
¿Qué futuro les espera a los sacerdotes que cometen abusos y violencia? Esta pregunta no es el título de un libro ni de una conferencia. Es una pregunta muy real que se plantean los católicos, desde el feligrés promedio hasta el cardenal presidente de la Conferencia Episcopal Francesa. Es un hito que marca el camino recorrido.
"Sacerdotes abusadores", "sacerdotes condenados", por duras que sean estas frases, e incluso por crueles que puedan ser para la gran mayoría de quienes no lo son, debemos reconocer que corresponden a una realidad. La unción sacerdotal no impide el comportamiento odioso de ciertos sacerdotes. Los tiempos han cambiado; ahora esto ya no se oculta, las víctimas presentan denuncias y los sistemas de justicia civil y eclesiástica toman medidas. ¿Su futuro? Plantear esta pregunta era, hasta ahora, cuando menos incongruente. Un nuevo signo de los tiempos: "Sacerdote in aeternum, sí, pero ministro al servicio de la Iglesia, no estoy de acuerdo", dicen a la vez las familias de los colegios católicos, los fieles de las parroquias y, algo nuevo e inevitable, los empleados laicos de las diócesis, cuya lealtad a la institución no debe ser sospechosa.
Hoy en día, los intentos de rehabilitación tras el castigo se realizan caso por caso. Pero este empirismo presenta tres grandes inconvenientes. Deja a los obispos solos ante el "dilema del padre" cuando un hijo comete un mal contra otro. Deja a los fieles en un estado de incomprensión sobre el sistema de sanciones aplicables según los delitos cometidos. Finalmente, deja a la sociedad en la ignorancia de una Iglesia sin un principio de acción definido en este tema, a pesar de que sabe ser clara en otros ámbitos: familia, educación, entorno, etc.
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