jueves, 27 de octubre de 2016

A VUELTAS CON EL ALMA



La Instrucción Ad resurgendum cum Christo acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación que ha publicado recientemente la Congregación para la Doctrina de la Fe, pone de manifiesto, una vez más, que la actualización pastoral tan necesaria para hacer creíble la fe católica en la cultura actual, encuentra resistencias en algunos organismos pontificios. Siguen anclados, como en el caso que nos ocupa, en concepciones antropológicas acerca de la constitución del ser humano, que hace tiempo fueron superadas en el pensamiento de la mayoría de los teólogos católicos que se han tomado en serio la renovación de la teología.


Hablar, como lo hace la Instrucción, del alma y del cuerpo, como dos realidades separables, para fundamentar la normativa que se quiere imponer en relación con el destino de las cenizas de los fieles cristianos que han sido incinerados, parece cosa de otra época. Todo el mundo sabe, menos los que han escrito la “Instrucción”, que al hablar de cuerpo y alma utilizamos un lenguaje figurado, tomado de Platón, para explicar la realidad tan compleja y rica de la naturaleza humana. Pero ya es algo comúnmente aceptado que el ser humano no es un ser compuesto, que con la muerte se pueda descomponer y luego, en la resurrección de los muertos, recomponer de nuevo. Platón, con esta forma de explicar la naturaleza humana podía defender la inmortalidad del alma, que, así, separada del cuerpo, no podía morir; pero los cristianos no creemos en la inmortalidad sino en la resurrección, que es otra cosa.

Pues bien, la “Instrucción” recurre a esa concepción platónica para afirmar que “por la muerte, el alma se separa del cuerpo, pero en la resurrección Dios devolverá la vida incorruptible a nuestro cuerpo transformado, reuniéndolo con nuestra alma”. Y sorprende aún más que, para justificar la aceptación de la cremación diga que: “la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina resucitar el cuerpo”.
No se entiende el argumento, porque si el alma, según se ha afirmado, se separa del cuerpo con la muerte, ya no se puede quemar ni un poquito; se ha puesto a salvo a tiempo. El problema se planteará a la hora de la resurrección, cuando suene la trompeta, porque sonará —que ya lo dijo San Pablo— y las almas, que han estado esperando el momento, tengan que encontrarse con sus cuerpos. Se entiende ahora mejor por qué la Instrucción insiste una y otra vez en la conveniencia de enterrar a los muertos en lugar sagrado en vez de quemarlos: porque si están en un sitio fijo y señalado, le será más fácil a la Omnipotencia divina conseguir que cada alma recupere a su cuerpo que si el difunto ha sido cremado y peor aún, si sus cenizas se han echado a la mar o han sido repartidas entre los familiares y amigos.

jueves, 20 de octubre de 2016

Jose Sagarna

80 urte fusilatu ebela
(traducción)

 
Datorren eguenean, 2016ko Urriak 20, laurogei urte betetzen dira Markina-Xemeingo Amalloa auzoko abade gaztea, Zeanuriko seme Jose Sagarna Uriarte  erail ebenetik. Inkisizioaren sasoian legez, jende askok aprobetxatu eban 1936ko gerra egoerea mendeku pertsonalak hartzeko. Datu guztien arabera hauxe izan zan be Jose Sagarnaren kasua: jauntxo auzotar batek jarritako salaketa faltsu bategaitik afusilatu eben militar francozaleek. Domekan gogoratuko dabe Zeanurin, bera bateatu eta abadetu zan parrokian, meza bategaz.

Koadro profetikoa

Zeanuriko sakristinian dagoen koadro baten, Pedro Atutxak holan azaltzen dau kasua labur labur: “Jose Sagarna Uriarte, Zeanuriko "sastrena" deritxon etxean otsailaren 4ean, 1910ean jaioa. Felix eta Enkarnaren semea. Urribigarrena edo urriaren 20ean. 1936.ean fusilatua izan zan "Larruskain" Markinako auzunean abade egoala. Frankotarrek hil eben. Eleiztar baten eritziz onegia zalako eta abade hil zan”.

Koadro hori profetikoa izan da benetan. Sasoi ilun eta baltz haretan, herri adiskidetu eta baketu baten aldeko oihu bihurtu da orman eskegitako koadro ha. Bertan dira Zeanuriko zortzi eliz-gizon, gerran eraildakoak: zazpi erreplubikazaleek hilda eta bat, Jose Sagarna Uriarte, frankistek. Bertan dira Zeanuriko parrokoa izanik herriko plazan bertan hil eben Benito Atutxa Agirrelezeaga, 1937. apirilaren 7an, eta Bizente Ocerinjauregui Uria, egun berean, praile frantziskotarra, Zeanuriko bazterren baten milizianoek hil eben fraile zala-ta. Bere gorpua oraindik ez da aurkitu eta une egokia litzateke hau, batan batek ezer baleki hau argituteko.

10 seme-alabetatik bera eta beste anai bat sartu ziran abade. 1911. azaroaren 15an jaio zan (datu hau oker dakar Don Pedro Atutxaren koadroak) eta hurrengo egunean bateatu eben. Bere ikasketak bete eta gero 1935ko ekainaren 28an abadetu eben, eta egun horretan bertan jaso eban Amalloako San Inazio elizako eta bere 249 biztanleen ardura pastorala. Meza baria be ez zan izan edozelangokoa. Egunean bertan sei zeanuriztar abadetu ziran-eta. Holan kontatzen dau egun ha Jon Urutxurtu historialariak: “Andra Mari eleizea gainezka egon ei zan, 2.500 lagun inguruk beteta, eta ospakizunean gotzain bik hartu eben parte: Mateo Mujikak, Gasteizeko gotzainak eta Eugenio Artaraz igorreztarrak, Bach Nihineko (Indotxina) gotzainak.Eleizkizuna amaitu ondoren, eleizearen aurrean herriko jantzari gazteek jantzatu eben eta "Basarri" eta Uriarteren bertsoak entzuteko aukera izan zan”.

Meza barriaren oroigarria

Abade urteak eta  heriotza

Don Josek ia urtebete egin eban Amalloa auzoan abade. Goizero mezea ospatu eta arratsaldean katekesia emon, hori izaten zan bere bizimodua; hortik aparte idatzi eta irakurtzen pasatzen ei eban eguna, auzotarren esanetan. Danon lagun modura gogoratzen dabe, mutil apala eta ona. Gainera, askotan joaten zan baserrietara gaixoak eta zaharrak bisitatzera. Amalloatar guztiak asko maitatu izan eben Sagarna, herriko jauntxo bat izan ezik.

jueves, 13 de octubre de 2016

Tres Monsergas



La unidad de España

            Porque estamos ante previsibles, deseables o rechazables elecciones, según para quién.
            O porque es la razón de los fuertes, o de los impotentes.
            O porque los de enfrente no saben más que azuzar esa bicha, mientras generan otras que zampan los mismos graneros.
            Por lo que sea. Aunque, con el denominador común de falta de información, formación y adultez humana.
            Eso sí, POR LA CONSTITUCIÓN.
            Como si POR LA CONSTITUCIÓN antes que cuestiones ideológicas no debieran salvarse las cuestiones de comer, de vivir, de ser iguales, de tener vivienda, y educación…
            Pero puestos a lo burro, es decir, cualquier otra postura que no es el escuchar, para luego hablar, al final todos de la misma madre, más cerca de incendiar bosques que de organizar fiestas.

Somos diferentes. Aquello no es igual o no vale para nosotros
            Ni Irlanda ni Canadá.
            Ni las víctimas ni la historia de “antes de”.
            Ni los procesos ni sus resultados.
            Nada vale para nosotros más que lo que al fuerte de turno se le pone.

            Pero bueno, voy a transcribir un texto de Alfredo Vizcarra, obispo peruano, hablando no de España, claro (que ya hay en España obispos suficientes para hablar o para estar mudos en ocasiones), sino de Perú; pero un texto que ¿por qué no ha de valer para aquí?

 baguazo

La barbaridad a la que llegamos, como peruanos, se debió a un enfrentamiento entre dos posiciones respecto del desarrollo de nuestro país. Enfrentamiento que, en vez de haberlo resuelto, nos hemos distraído en estos procesos. Mientras tanto, seguimos con la misma toma de posición discutiendo sobre, por ejemplo, cómo la Ley de Consulta Previa debe ser interpretada, de modo que no haga engorroso el trámite para la inversión de empresas extractivas, importante para el desarrollo del Perú. Es decir, lo que originó el Baguazo.

«Un monstruo viene a verme»



LOS PROPIOS MONSTRUOS

«Un monstruo viene a verme». Título internacional: A monster calls. Dirección: Juan Antonio Bayona. País: España. Año: 2016. Género: Drama, fantástico. Reparto: Sigourney Weaver, Felicity Jones, Lewis MacDougall, Liam Neeson. Guion: Patrick Ness; basado en su novela.


La esperada y nueva película de Juan Antonio Bayona viene a cerrar una trilogía sobre la relación maternofilial que inició con “El orfanato” y continuó con “Lo imposible". Bayona presenta ahora “Un monstruo viene a verme” cuyo guión está inspirado en una novela ilustrada de Patrik Ness.


Conor (Lewis MacDougall) tiene trece años (“Demasiados para ser un niño y pocos para ser un hombre”). Siete minutos después de cada media noche tiene una pesadilla en la que una voz le llama desde un cementerio próximo que se divisa desde su ventana. Junto al cementerio hay una pequeña iglesia y un árbol milenario que se transforma en monstruo ante los ojos atónitos de Conor. Acompañado de esa criatura de apariencia monstruosa, Conor vivirá la aventura de reconocer sus propios miedos, enfrentarse a ellos y afrontar su peor pesadilla, su propia verdad, la que siempre oculta y a la que no hace frente.

No le faltan al chico motivos para andar aterrado ante su vida: sus padres están separados, su madre está muy enferma de cáncer, todo indica que deberá ir a vivir con su abuela, adusta y fría; además en el Colegio vive un permanente acoso que le lleva al miedo y a encerrarse en sí mismo, en sus dibujos y en las historias fantásticas que han quedado en su corazón y que el monstruo le recuerda.

Estamos ante una película intimista y profunda que se mueve con habilidad entre el melodrama y la fantasía. Todo el aspecto melodramático está muy bien conseguido; la interpretación es excelente, contenida e intensa. Brillan especialmente Sigourney Weaver dando vida a una abuela exigente y distante, Felicity Jones, en el papel de la madre enferma; de una manera particular hay que subrayar el trabajo del joven Lewis MacDougall en el papel del pequeño Conor; MacDougall tiene un extraordinario magnetismo en la pantalla y los registros de tristeza, miedo, rabia, impotencia y ternura van y vienen con la misma intensidad con la que se viven en la adolescencia.

En ese intimismo del relato cobra un papel extraordinario la fotografía. Los claroscuros exteriores se convierten en metáfora de la vida, que siempre es ambigua y regala alegría y penas; el diseño de los interiores es magnífico, las casas, los relojes, los dibujos, los recuerdos, los objetos cobran protagonismo por sí mismos y hablan de todo lo que acumulamos en nuestra existencia; vivir se convierte en hacer acopio de objetos que nos recuerdan lo que fuimos, lo que somos y lo que estamos llamados a ser; Conor aprenderá que destruir los objetos no nos hace huir de nuestros miedos.

Pero Bayona también se maneja de una manera extraordinaria con las escenas fantásticas: el monstruo, la destrucción, los efectos especiales están muy bien y siempre al servicio de la historia.

Hay, por otra parte, un tema incesante en el film: la narración de historias como elemento de construcción de la propia personalidad; el monstruo recuerda cuentos que ya conocía el muchacho y en esas historias (que en la pantalla aparecen como dibujos de acuarela animados) no hay héroes o villanos, los personajes que presentan tienen una conducta moral frágil, como frágil es la vida; el monstruo le recordará que no hay buenos o malos químicamente puros, todos los seres humanos somos débiles y ambiguos, capaces de lo mejor y de lo peor.

La enfermedad de la madre va a llevar al muchacho (y por ende al espectador) a recordar lo duro que es enfrentarse a la muerte de los seres queridos; es tan inevitable que tarde o temprano hay que afrontarla. Vivir es ir perdiendo personas a las que amamos e ir acumulando objetos que nos las recuerdan. Y en esos momentos sublimes de la muerte de los seres queridos nos enfrentamos a la más profunda verdad de nosotros mismos, a la verdad más monstruosa.

Esa verdad, nos dice Bayona, nos dice que el amor puede dar sentido a la vida. Necesitamos decirnos que nos queremos, necesitamos darnos, necesitamos descubrir lo que tenemos en común con las personas que nos son distantes para romper intolerancias.

Por si fuera poco, toda esta reflexión abierta a mil sugerencias está admirablemente musicada por Fernando Velázquez, que ha compuesto una inspirada banda sonora absolutamente genial.

Hermosa, original, lírica y sugerente, “Un monstruo viene a verme” se convierte en una propuesta cinematográfica más que interesante. Un film con alma.


JOSAN MONTULL

miércoles, 12 de octubre de 2016

Razones del malestar entre los curas



(De «La Croix»: 10/10/2016)

Una encuesta inédita en una diócesis de Bélgica francófona (Lieja), cuyo contenido publica La Croix exclusivamente, manifiesta las principales fuentes de sufrimiento entre los sacerdotes. La institución y la falta de "perspectivas" aparecen como la principal causa de la infelicidad, muy por delante de la vida emocional o la carga de trabajo.

¿De qué sufren los sacerdotes? Y ¿qué es lo que, por el contrario, los hace felices en su misión? Los resultados de dicha encuesta sin precedentes hecha a 110 sacerdotes en la diócesis de Lieja, Bélgica, afloran las situaciones más comunes. Mientras que la vida emocional, la soledad o la sobrecarga de trabajo se consideran los principales factores de infelicidad o depresión entre los sacerdotes, sin embargo son la falta de perspectiva de futuro y la institución las que generan más sufrimiento.

Sobre la base de 46 cuestionarios —247 citas recogidas y clasificadas por temas en una escala de intensidad de bienestar/malestar— extraídos por la preocupación de Jean-Luc Joly, ex miembro de recursos humanos de la SNCF, la ausencia de "perspectivas de futuro" aparece de hecho, por mucho, como la principal causa de la infelicidad entre los sacerdotes, seguido de cerca por el de la organización (el "sistema de parroquias" que cubre todo el territorio) considerada como desalentadora. De ello se deriva con frecuencia, en la escala de "malestar", la sensación de falta de escucha o de reconocimiento por parte de la jerarquía, el alejamiento respecto de la Iglesia como institución, o incluso las difíciles relaciones entre los sacerdotes.


El resurgimiento espiritual a la cabeza de los motivos de bienestar

domingo, 9 de octubre de 2016

Jesús no optó por los pobres, sino que fue pobre


Aportación a los Planes de Evangelización

Comienzo de curso, comienzo del  necesario manoseo de papeles, por estas fechas con mayor coincidencias de temáticas, generales, universalizables  casi, de sincera orientación al pragmatismo…,  cuando me viene (que también uno colabora en planes), de Chércoles, por mí hasta ahora autor no leído, la lucecita que aporto. La ofrezco, transcribiendo, con mínima manipulación, las palabras de Adolfo:

“Jesús fue pobre, no optó por los pobres. Si no hubiese sido pobre, ¿habría podido decir lo que dijo? ¿Nos imaginamos un Jesús a caballo, con “pecho de lata”, una espada...? ¿Su mensaje hubiese interrogado a todo el mundo? Sin embargo, todos se sienten interrogados por el Evangelio. Y es que el lugar más bajo es el más universal.
 
“En la medida en que uno va subiendo escalones (del tipo que sean, de riqueza, o también de cultura…), serán menos los que lo escuchen y entiendan, y cuando llega a todo lo alto está solo. Lo más universal, lo más válido, lo más liberador... lo único que puede darnos acceso a la verdad, y no al cuento, es lo más bajo. Con qué cinismo desde el Primer Mundo lanzamos consignas teóricas al Tercero y nos “solidarizamos” con él, no estando dispuestos a reducir en lo más mínimo nuestro derroche y nuestros sutiles mecanismos de extorsión... 

“Nuestra solidaridad es un cuento porque la entendemos con mando a distancia…  Sólo en la medida en que asumamos la realidad del otro, en que hablemos desde abajo, podremos decir algo al hombre de hoy, al hombre de siempre, porque el Evangelio no pudo ser anunciado por una persona bien situada, con todo resuelto. Tres cuartas partes de la humanidad le echarían en cara: “¡Si tú vivieses como yo vivo!, ¡si tú hubieses pasado lo que yo he pasado…!” 

Pero sto nadie lo podrá decir. Desde abajo, Jesús interpela a todos.
“En el Primer Mundo nos hemos inventado la ‘opción por los pobres’. (Lo único bueno que tiene la frase es que no la entienden ni siquiera los mismos pobres. Nunca han usado la palabra “optar”. ¡Y que no la cambien! El día que se enterasen, nos sacarían los colores). En efecto, convencidos de su “autenticidad”, el único alcance que tiene es ponernos tantas condecoraciones, que nos falta pechera para colgarnos medallas, mientras al mismo tiempo vivimos sin que nos falte nada, derrochando, y lo que es peor, exigiendo.

Jesús no optó por los pobres, sino que fue pobre.
Optó por el ser humano, por todo ser humano.
Pero lo hizo desde los pobres, siendo uno de ellos.
Porque no se puede optar por el ser humano desde arriba.”

¿Qué tal si en vez de “optar” (que es hablar), “cambiamos” (que es hacer)?

¿Y los Planes? Por una primera vez, reducirlos a estrategias y acciones. Ambas cosas juntas, al final nos dan un Programa.

Txelis

miércoles, 5 de octubre de 2016

Un obispo para todos


No es infrecuente en el periodismo actual la utilización de la fórmula 111; o sea, comenzar con uno, seguir con uno, hasta acabar con uno. Se encuentran aplicaciones concretas de esta fórmula en la prensa escrita y en la digital, laicas y religiosas, por acudir a una distinción no técnica pero inteligible, incluidas las de gran audiencia.


Un ejemplo de ello fue la campaña alimentada en Ecuador contra el Obispo Julio Parrilla, seguida muy de cerca, aunque también muy parcialmente, desde parte de la prensa en España. 

Pero me pregunto, ¿por qué no aparece en los medios, frente a la utilización de la  fórmula 111, al menos cuando viene al caso, la utilización también de la fórmula 1111? Es decir, 1) si hemos comenzado por 1; 2) seguido con 1; 3) acabado con 1; 4) ¿por qué no, además, cuando es el caso, restaurarle a 1?

Tengo en mis manos un suplemento del Diario La Prensa, de Riobamba, Ecuador. Es del 18 de septiembre de 2016. Se trata de un Suplemento en formato cuadrado y a todo color. Este número en concreto se titula EL OBISPO PARA TODOS. Y está dedicado a Julio Parrilla. 

“2000 firmas de agradecimiento, constan en la presente edición, de las 5.385 firmas que están registradas en el archivo de Diario La Prensa, y que están a disposición de la ciudadanía para su verificación”.  Un número bastante superior al de las 30/40 personas que se manifestaban en su contra.
Cada firma recoge 1) el nombre; 2) el nº de cédula; 3) la Ocupación; 4) y la firma propiamente dicha. 

Esas firmas avalan algún documento común a favor de Julio Parrilla. Uno de ellos, el fechado el 9 de septiembre último, acaba con la frase “Querido Monseñor, su pueblo está de pie junto a Usted, nuestra oración será su escudo y, como centinelas en el día y en la noche, custodiaremos su vida y maravillosa misión.”

¿Por qué la prensa que trató a este hombre como quien embadurna una pared con porquería, no hace posteriormente, y analiza, por supuesto, documentos como este Suplemento del que hago referencia.

¡Fuera de una vez, lleve la cabecera que lleve, toda prensa AMARILLA!


Txelis



Diferentes formas de Laicado



Se puede afirmar que, entre los cristianos católicos, hay una aspiración bastante generalizada a una reforma profunda de la Iglesia. Lo que uno ve es que no se ha pensado en los laicos para esa deseada reforma. Es cierto que, cuando hay basura, y basura contaminante, es más urgente deshacerse de ella que cualquier otra urgencia. Pero ¿debe esta urgencia llevarnos a esperar ad kalendas graecas para que la reforma de la Iglesia alcance también al ámbito de los laicos? Y ¿para que los laicos sean agentes de esa reforma? Ya nos hemos acostumbrados a ver a los laicos muy activos en las tareas eclesiales, bajo la dependencia del clero.


Nuestra mente tiene ligada la imagen del laico comprometido a su presencia intraeclesial, que también pueden realizar ellos, pero que no es lo nuclear de la vocación laical. Sin embargo, no siempre ha sido así. Todavía son bastante recientes en América Latina las persecuciones contra campesinos cristianos, que corrían a enterrar sus biblias bajo tierra, perseguidos por fuerzas gubernamentales.

Tampoco queda tan lejos el tiempo de Monseñor Romero, nuestro querido beato, en el que invitaba a los cristianos a organizarse socialmente. Y tenemos vivo el recuerdo de su magnífico discurso en Lovaina para recibir el doctorado honoris causa. Ese discurso es un testimonio excepcional, no solo de Romero, sino de los cristianos que se comprometían con su estímulo. Y es además un programa de formación y acción para los laicos comprometidos en el mundo desde el mundo; testimonio comunitario de una Iglesia martirial. Así, pues, no siempre el laicado activo ha sido como el actual.

lunes, 3 de octubre de 2016

¿Es posible la comunion con los fundamentalistas?



Adaptado del artículo “Fundamentalismo y comunión” de Juan Mª Laboa
sobre la “religión mal vivida” en Sal Terrae enero 2016






En el tratamiento de este tema, conviene tener en cuenta que la to­lerancia, el pluralismo, la convergencia de concepciones y, por otra par­te, la intolerancia y el fundamentalismo tienen que ver con la doctrina, pero también, y a veces de manera determinante, con la cultura, la psi­cología y el talante de los individuos y de la sociedad civil del momento. Por otra parte, en el catolicismo no siempre coinciden armoniosamente la necesaria y permanente adaptación entre una legislación con preten­sión de universalidad y la obligada asimilación de las condiciones y rea­lidades locales. La permanente tensión existente entre el centro romano y las periferias nacionales responde también a esta realidad.


Para precisar el concepto [fundamentalismo] en su significación actual, y en contraste con el integrismo, podríamos partir de la consideración del fundamentalismo cristiano como «la insistencia, por motivos religiosos o políticos, en la existencia de un punto de vista de la verdad absoluto»; y, asociado, a esta actitud, «un rechazo de ciertos principios importantes del mundo mo­derno, como la tolerancia, el pluralismo, la secularización y el relativis­mo», por temor a que estos derechos disminuyan la autoridad y la ac­tuación de Dios y de la Iglesia en la sociedad, tal como escribió Pío VI en la bula de condena de los derechos del hombre y del ciudadano: «Pero ¿qué podía haber más insensato que el establecimiento entre los hombres de esta igualdad y esta libertad desenfrenada que parece borrar toda ra­zón? ¿No es la libertad de pensar y actuar un derecho quimérico contra­rio a los derechos del Creador supremo, a quien debemos la existencia y todo cuanto poseemos?»