En 2020, Erdogan, amenazado por algunas asociaciones fundamentalistas islámicas, convirtió la basílica en una mezquita
Fuente: Vida Nueva Digital
27/11/2025
En un momento bajo de su fulgurante carrera política, Recep Tayyip Erdogan (alcalde de Estambul, primer ministro, presidente de la República de Turquía en su tercer mandato desde el 2014) decidió lanzar un órdago en 2020 transformando el Museo de Santa Sofía en una mezquita abierta al culto musulmán.
Construida en el siglo VI por el emperador bizantino Justiniano y consagrada como catedral en el 537, el vasto edificio fue transformado en mezquita en 1453 después de la conquista de Constantinopla por el sultán Mehmet II. Fundador de la Turquía moderna y laica, Mustafá Kemal Atatürk decidió en 1934 “ofrecer a la humanidad” esta joya de la arquitectura desconsagrándola para convertirla en un museo visitado desde entonces por millones de turistas de todo el mundo.
En julio de 2020, Erdogan, que se siente amenazado por algunas asociaciones fundamentalistas islámicas, decide dar el golpe y a través de una decisión del principal Tribunal Administrativo del país, revoca el decreto de Atatürk considerándolo ilegal y convierte el Museo en mezquita haciéndola rival de la Mezquita Azul.
Las reacciones en el mundo entero no se hicieron esperar. El primero en hacerlo fue el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que calificó la decisión de las autoridades turcas como un “proyecto demencial” y afirmó: “Nosotros nos opondremos y con nosotros todos los cristianos, sean ortodoxos, católicos o protestantes. La basílica de Santa Sofía fue construida para testimoniar la fe cristiana y si se la va a restituir al culto este no podrá no ser cristiano”.
No menos contundente fue la reacción del patriarcado de Moscú, cuyo responsable del departamento de Relaciones Exteriores, el metropolita Hilaríón de Volokolamsk, lo consideró como “un golpe para los cristianos ortodoxos de todo el mundo, porque para ellos el templo de Santa Sofía representa lo mismo que la Basílica de San Pedro para los católicos”. En el mismo sentido se pronunció el patriarca Kirill.
Un “muy dolorido” papa Francisco
La UNESCO, que había incluido Santa Sofía en la lista del Patrimonio Universal de la Humanidad, argumentó al gobierno de Ankara que el monumento estaba obligado a cumplir algunos compromisos, como garantizar su accesibilidad a las personas de cualquier raza, cultura o religión.
La respuesta turca fue que “ningún símbolo religioso que se encuentra dentro de Santa Sofía será tocado y el edificio permanecerá abierto a los visitantes de cualquier religión o credo. Turquía es un símbolo de tolerancia religiosa con más de 400 iglesias y sinagogas abiertas”.
El papa Francisco, a su vez, el domingo 12 de julio se limitó a afirmar que estaba ”muy dolorido” por esta decisión y esa ha sido hasta hoy la única toma de posición de la Iglesia católica ante el ‘secuestro’ de Santa Sofía que nació con la denominación griega de ‘hagya sophia’.

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