La mayoría de los nuevos miembros del Patronato, que se amplió el pasado verano, son personas vinculadas al Opus Dei, Propagandistas y Legionarios de Cristo
Fuente: Cadena SER
28/11/2025
Cadena SER
Barcelona
Cambio radical de perfiles en el Patronato que agrupa dieciocho de las escuelas parroquiales pertenecientes al Arzobispado de Barcelona. La Fundación Escuelas Parroquiales aprobó el pasado mes de julio unos nuevos estatutos y amplió la lista de miembros de su máximo órgano de gestión: de 7 integrantes, todos ellos personas procedentes del ámbito educativo y sin vínculos con ningún movimiento religioso concreto, a 13 personas, la mayoría nuevas y vinculadas a movimientos ultra católicos como el Opus Dei, Legionarios de Cristo o la Asociación Católica de Propagandistas -de la que forman parte el exministro Jaime Mayor Oreja o la expresidenta del PP en Euskadi María San Gil-.
Todos estos grupos ultra, explican fuentes conocedoras de las diferentes corrientes y familias de la Iglesia catalana, consideran que la escuela cristiana “no está haciendo lo suficiente” para difundir el mensaje del evangelio, una crítica que se sintetiza en una idea: “No puede ser que educando al 30% de los alumnos en Cataluña, las parroquias estén vacías”. Aquí radica su interés, insisten estas fuentes, en ocupar los puestos clave de decisión dentro del Patronato de la Fundación, con la intención, alertan, de “convertir las escuelas diocesanas en un modelo a seguir para la nueva evangelización”.
“Han puesto las escuelas en manos de la extrema derecha”, dicen los sectores más preocupados por este cambio en la composición del Patronato. “Es un relevo de los miembros que, por motivos de edad, no podían seguir en el cargo”, responde oficialmente el Arzobispado.
Los nombres clave del nuevo Patronato
Al frente del nuevo Patronato, que este miércoles ha celebrado su primera reunión ordinaria desde la renovación, está Montse Durany Pich, gerente de la escuela Jesuitas Bellvitge - C.E. Joan XXIII, y persona vinculada familiarmente al Opus: uno de sus hermanos es un sacerdote incardinado en la prelatura, otro es vicepresidente de la Institución Familiar de Educación que gestiona, entre otras, las escuelas La Farga y La Vall, que han renunciado al concierto educativo para mantener la educación segregada por sexo.
Otras figuras clave dentro del nuevo equipo son Raúl Adames, director del Secretariado Diocesano de Educación Católica y director del área de colegios CEU y de la escuela Abat Oliba Loreto —vinculadas a los Propagandistas—; Carla Asmarats, directora de la escuela Sant Feliu de Cabrera, que aunque también es una escuela parroquial no está bajo el paraguas de la Fundación; Carles Bosch, delegado episcopal juvenil del arzobispado, director del grupo Joan Roig y reconocido con el premio Alter Christus; o Miriam Buixó, responsable de pastoral de secundaria en el colegio Real Monasterio de Santa Isabel, que pertenece a los Legionarios.
"Relevo por motivos de edad" , dice el Arzobispado
La presidenta del Patronato no ha querido responder a las preguntas de SER Catalunya y El País sobre cuál es el encargo que se les ha hecho respecto a la gestión de las escuelas o si hay intención de revisar cómo los centros están llevando a cabo la labor pastoral y evangelizadora. Nos remite al gabinete de prensa del Arzobispado, que defiende que el cambio en la composición del Patronato responde a la necesidad de relevar “aquellos miembros que por motivos de edad no podían seguir en el cargo”. Destacan que algunos integrantes del anterior patronato continúan —3 de 7— y que el hasta ahora gerente, Isidoro Torrescusa, “pasa a ser el director general”.
Sobre las intenciones de futuro, aseguran que “la FEP continuará trabajando para atender los retos educativos especiales de sus escuelas, la mayoría de centros situados en entornos con necesidades materiales y humanas”.
De las 18 escuelas que están incluidas en la Fundación, hay cinco centros de educación especial y varias escuelas ubicadas en barrios desfavorecidos como la escuela Sant Jaume, en la Torrassa (L’Hospitalet de Llobregat), la escuela L’Esperança, en Baró de Viver (Barcelona) o la Santísima Trinidad, en Trinitat Nova.
Fuentes del arzobispado remarcan también que, como se ha ampliado el número de miembros del patronato, es lógico que se haya dado entrada a otros perfiles que hasta ahora no habían estado representados.
El personal de los centros, a la expectativa
Diferentes personas vinculadas o conocedoras tanto de la trayectoria de las escuelas parroquiales como de los equilibrios entre las distintas corrientes de la Iglesia coinciden en que el cambio en la composición del patronato es significativo.
“No se puede decir que habrá un giro a la derecha solo por el currículum de los nuevos miembros, hay que esperar sus acciones”, dice una de las fuentes consultadas, que en todo caso sí admite que estos nuevos miembros “no estarían en el sector progresista de la Iglesia”. Otra voz, también prudente, se aferra a las palabras del propio Cardenal Omella, que en sus pastorales insiste en la idea de que la misión cristiana implica invitar y ofrecer, pero nunca imponer. Hay también opiniones mucho más pesimistas, que creen que es solo cuestión de tiempo que estos grupos ultraconservadores intenten aplicar sus recetas.
Los trabajadores de uno de los centros bajo el paraguas del Patronato explican que, a principio de curso, les informaron del cambio en la presidencia y de la incorporación de nuevos miembros. Que en el día a día no han notado ninguna diferencia respecto a cursos anteriores, pero que los compañeros que se encargan de la acción cristiana ya les han avisado de que “habrá novedades”. Estos trabajadores prevén que “volverán a tener un estilo más tradicional en lo que respecta a la enseñanza de la religión”. Otra cosa será, dicen, cómo encajará esto en la realidad de algunos centros, que tienen estudiantes de muchas nacionalidades y confesiones diferentes.

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