Las nueve diócesis de la región celebrarán una gran asamblea eclesial que dará “propuestas operativas” para “tomar decisiones concretas y evaluables”
Fuente: Vida Nueva Digital
Por Por Rubén Cruz
21/11/2025
Aterrizar el Sínodo de la Sinodalidad en la realidad diocesana. Ese es el gran objetivo que se marcó la Iglesia en Castilla en 2024 cuando planteó la necesidad de comenzar a observar la realidad de las nueve diócesis de la región –que cuentan con 3.700 parroquias– para caminar hacia una asamblea eclesial, que se celebrará en la capital abulense del 30 de abril al 2 de mayo de 2026. Bajo el lema ‘Renovados para la misión’, 300 representantes –dos tercios de ellos serán laicos– buscarán respuestas a desafíos en su mayoría comunes. En concreto, Burgos, Salamanca y Valladolid aportarán 35 delegados, mientras que Ávila, Ciudad Rodrigo, Osma-Soria, Palencia, Segovia y Zamora aportarán 25. Además, participarán observadores de las diócesis de Astorga y León, actualmente integradas en otra provincia eclesiástica, así como observadores de la Conferencia Episcopal.
“El gran reto que tenemos, y es donde nos jugamos en cierto modo el éxito de la asamblea, es que las propuestas sean operativas, es decir, ya hemos hecho la reflexión en los años previos iluminados desde la Palabra de Dios. Ahora hay que tomar decisiones y para que la toma de decisiones sea concreta, las propuestas tienen que ser muy sucintas, muy realistas y, sobre todo, evaluables, porque, si no, ciertamente todo se puede quedar en agua de borrajas”, explica a ‘Vida Nueva’ Jorge Zazo, vicario de Pastoral de la Diócesis de Ávila y miembro de la Secretaría de la asamblea. De hecho, todas las propuestas serán votadas, de tal manera que serán aprobadas, denegadas o aprobadas con matices.
Aunque esta asamblea de todo el pueblo de Dios no es inédita en el caminar juntos de las nueve diócesis, pues llevan “ensayando” la sinodalidad desde los años 70, sí que es la primera vez que se va a hacer siguiendo la metodología de la conversación en el Espíritu, que tan buenos frutos ha dado al proceso sinodal de la Iglesia universal. Incluso se formarán círculos menores de un máximo de 15 miembros.
Una Iglesia “más viva”
Así, como apuntaron el 14 de noviembre en rueda de prensa en Valladolid, los organizadores esperan que este hito sinodal ayude a “impulsar una Iglesia más viva, más participativa y más comprometida con la misión de anunciar el Evangelio en un mundo, cada vez, más cambiante y más digital”.
En estos meses previos, en las distintas diócesis se está llevando a cabo un discernimiento compartido en torno al documento de trabajo, titulado ‘La conversión pastoral y misionera de la Iglesia en Castilla’. Una llamada a la renovación del estilo pastoral y de las estructuras evangelizadoras. Este texto, que se divide en tres grandes bloques, plantea a los fieles cuestiones concretas en torno a la conversión pastoral, para:
· “fortalecer” el encuentro personal y comunitario con Jesucristo;
· la “renovación” del estilo pastoral, con el objetivo de “ser más cercanos y misioneros” y fomentar una “corresponsabilidad diferenciada” entre laicos, consagrados y presbíteros;
· y, por último, la reforma de las estructuras evangelizadoras actuales, invitando a “repensar” la consideración de parroquia y la adaptación al mundo digital.

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