Fuente: El Periódico
Por Abel Gilbert
16/02/2023
Los integrantes del segundo ciclo de negociaciones de la Mesa de Diálogos de Paz entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Ciudad de México. /
Las negociaciones entre el Gobierno colombiano y el Ejército Nacional de Liberación (ELN), la última guerrilla de izquierdas que opera en ese país han tenido un nuevo y sorpresivo capítulo en México. El segundo ciclo de diálogos concluyó con un inesperado pedido de la insurgencia al presidente Gustavo Petro: que el Estado localice y luego entregue los restos del sacerdote Camilo Torres, fundador y emblema de esa guerrilla, muerto nada menos que un 15 de febrero de 1966, en combate con uniformados.
"Esta es una gran oportunidad de demostrar el compromiso con la memoria y con las víctimas de este conflicto armado, de las que Camilo es un símbolo de dignidad y compromiso con la transformación social del país", sostuvo Pablo Beltrán, uno de los negociadores del ELN. Según la guerrilla, ese reclamo no es nuevo, y se reactualiza en el marco de un nuevo intento de suscribir un acuerdo de paz.
"Fue no sólo un sacerdote católico que por plena convicción y con la libertad de su voluntad y sacrificio, dejó a un lado las comodidades de su clase social, para hacerse guerrillero, sino que fue también, como sociólogo e investigador, un estudioso de la realidad de dominación que en sus diversas dimensiones viven los empobrecidos", lo definió Beltrán, a 57 años de su deceso.
Desde su fallecimiento, la figura de Torres adquirió relevancia regional y fue especialmente reivindicado por los sacerdotes que, al calor del Concilio Vaticano II y la Conferencia Episcopal de Cali, giraron a la izquierda durante los años sesenta y principios de los setenta bajo lo que más tarde se conoció como la Teología de la Liberación.
Las negociaciones
Petro busca cerrar un acuerdo de paz con el ELN que siga la senda del que firmó las FARC con el presidente Juan Manuel Santos en 2016. De acuerdo con Radio Caracol, la insurgencia ha ido a México en un momento particular de su historia, cuando, en los hechos, se desempeña como un grupo armado de carácter binacional, con un pie también en Venezuela.
Según la Fundación Ideas para la Paz, el ELN no tiene una sola opinión sobre el proceso de paz. No todos los integrantes de su cúpula participan de las tratativas con el Gobierno. Uno de los objetivos más inmediato de estas negociaciones es el cese al fuego que, en su mayoría, han sido decretados de manera breve y unilateral, además de a nivel regional, por la insurgencia. Por lo general han sido asociados a cuestiones humanitarias como liberación de secuestrados, elecciones y temporadas de vacaciones como navidad y Semana Santa.
"La idea que hay en la mesa de diálogos que avanza en su segunda etapa en Ciudad de México, es tener las reglas claras, avanzar en la implementación directamente en los territorios de lo que se vaya acordando, lo que puede llevar a acordar en esta ocasión un cese al fuego sólido, lo que permitirá avanzar en otros temas de la agenda", sostuvo Caracol.
Las conversaciones tienen lugar en momentos que la derecha comienza a salir a la calle para rechazar al grito de “fuera Petro, comunista” las reformas sociales de un presidente que en su juventud fue guerrillero, pero del M-19.
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