jueves, 26 de enero de 2023

La participación real del pueblo de Dios no es posible con Francisco

BONN ‐ Al menos ahora está claro: el Papa Francisco no aprueba cómo el camino sinodal entiende la sinodalidad. Pero para que la convivencia en la Iglesia cambie, algo también debe cambiar en los procesos de toma de decisiones, comenta Matthias Altmann.

Fuente:   katholisch

Por Matthias Altmann

26/01/2023



El hecho de que el Papa Francisco no aprueba la forma en que el camino sinodal en Alemania entiende la sinodalidad debería haber quedado claro para todos, a más tardar, a partir de ahora. "No hay parlamento", "Alemania ya tiene una buena iglesia evangélica": la carta que aprobó recientemente sobre los consejos sinodales previstos en la iglesia en Alemania es, por así decirlo, la confirmación oficial del Vaticano de declaraciones anteriores. Francisco hizo de la sinodalidad el tema principal de su pontificado. Pero cualquiera que espere una participación real de los laicos, en el sentido de las democracias occidentales, se sentirá decepcionado por él.

En sus declaraciones públicas, el pontífice suele ser, a menudo poco inflexible y vago, habla de un nuevo estilo de unión en la Iglesia y de que todos deben ser escuchados y participar. Pero si nos fijamos en los anuncios oficiales como la constitución reformada de la diócesis de Roma o los documentos sobre el Sínodo Mundial, queda claro lo que Francisco quiere decir con sinodalidad: se debe permitir que todos los creyentes aconsejen, de alguna manera, para, al menos, cuestionar lo que estimen procedente. Sin embargo, el pueblo de Dios puede decir lo que quiera: al final, los que toman las decisiones son el Papa o los obispos.

Pero la sinodalidad seria debe ser probada en y por todo el pueblo de Dios. Los consejos sinodales previstos representan, al menos, una propuesta concreta; con todas las preguntas críticas que se pueden hacer sobre un consejo sinodal y su composición prevista -a las que Francisco también vuelve cuando dice que el camino sinodal alemán es un proyecto de élite. Si la sinodalidad no es un relámpago eclesiástico en el marco del sínodo mundial, necesita estructuras sostenibles en las que se refleje claramente el nuevo estilo de ser Iglesia que se invoca a menudo. Por lo tanto, es irritante que el Vaticano parezca tener miedo de eso.

Si la convivencia en la Iglesia va a cambiar, razón por la cual el Papa Francisco inició el proceso sinodal mundial, incluido el doble Sínodo Mundial de los obispos, al final, el resultado no puede ser que nada cambie en los procesos de toma de decisiones. El pueblo de Dios no debería aprobar eso, no solo el de Alemania.

Por Matthias Altmann

 

 

1 comentario:

  1. madidacosta@gmail.com29 de enero de 2023, 3:49

    Totalmente de acuerdo con que no solo Alemania, sino ningún país debería aprobar, si no hay un verdadero cambio en la toma de decisiones. Hablo como mujer, latinoamericana, brasileña acostumbrada a todo tipo de frustraciones, activa participante en la iglesia desde hace 40 años, pero en el fondo lo del sínodo y los cambios profundos que se necesitan, ya estaba preparada. Participé de las preguntas porque integro el consejo parroquial pastoral, de mi parroquia, pero "por cumplir", sin esperanza en verdad, y leyendo artículos como este, me queda claro, no será con Francisco que vendrán los verdaderos cambios, ni sé si los veré yo, hoy tengo 62 años. Saludos de Uruguay

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