El ataque del cardenal Müller al Papa Francisco

El cardenal Gerhard Müller, ex jefe doctrinal del Vaticano, ha publicado una entrevista en italiano que critica fuertemente al Papa jesuita.

Fuente:    La Croix International

Por Loup Besmond de Senneville

Ciudad del Vaticano

25/01/2023

El cardenal Gerhard Müller en el Vaticano el 2 de noviembre de 2022. (Foto de STEFANO SPAZIANI/PICTURE ALLIANCE / STEFANO SPAZIANI)

El cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), ha lanzado la última salva de duras críticas contra el Papa Francisco en una entrevista con un periodista italiano.

En Buona Fede. La religione nel XXI secolo ("De buena fe: la religión en el siglo 21") apareció en las estanterías de Italia el 27 de enero. En sus 224 páginas, el cardenal alemán de 75 años le cuenta a Franca Giansoldati del diario Il Messeggero, con sede en Roma, su visión de la Iglesia, mientras se distancia claramente del Papa jesuita a quien critica duramente por su gobierno. Müller también acusa a Francisco, de 86 años, de estar influenciado por las personas equivocadas.

"Hay una especie de círculo mágico que gravita alrededor de Santa Marta, compuesto por personas que, en mi opinión, no están preparadas teológicamente", afirma el cardenal. También critica al Papa por dar un "estatus privilegiado" a sus amigos cuando son atacados por abuso sexual, como con el obispo argentino Gustavo Zanchetta.

 

"Rayo de la nada"

Müller también describe su renuncia forzada como jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde se desempeñó como prefecto de 2013 a 2017, como "un rayo de la nada". Cuenta cómo, al final de una "reunión de rutina" con el Papa, "Francisco me dijo, en resumen: 'Has completado tu mandato. Gracias por tu trabajo', sin darme ninguna razón en ese momento, ni darme una después".

El cardenal llama a esto un ejemplo del desprecio del Papa argentino por los alemanes. "Más simplemente, supongo que con el tiempo el Papa ha cultivado una forma de desconfianza, de aversión a los teólogos y académicos alemanes", cree Müller. También acusa a Francisco de centralismo excesivo, criticando la decisión del Papa en junio de 2022 de detener la ordenación de cuatro hombres al sacerdocio en la diócesis francesa de Fréjus-Toulon.

"La orden de detener todo vino de Roma, mientras que la ordenación es un acto que cae dentro de la competencia de cada obispo diocesano y, por lo tanto, no hubo necesidad de tal intervención de la autoridad central", comenta el cardenal, quien en ningún momento reconoce que el Vaticano detuvo las ordenaciones debido a problemas de gestión dentro de la diócesis.

Müller también critica el informe que la Comisión Independiente de Francia sobre Abuso Sexual en la Iglesia Católica (CIASE) emitió en octubre de 2021. "El resultado final ofrece un número anormal de víctimas, exagerado, obviamente inflado", afirma.

Las críticas del cardenal son típicas de las de otros funcionarios de la Curia Romana que no aprecian la forma en que Francisco toma los canales de decisión sin consultarlos, sino que confían en contactos informales con personas fuera del Vaticano. Müller también se queja del "sentimiento antirromano" que supuestamente prevaleció durante el cónclave de 2013 que eligió a Jorge Mario Bergoglio de Argentina para el papado.

 

Críticas a la reforma de la Curia del Papa

"En el Vaticano, parece que la información ahora circula en paralelo, por un lado los canales institucionales, que desafortunadamente son cada vez menos consultados por el pontífice, y por otro lado los canales personales utilizados incluso para los nombramientos de obispos o cardenales", se queja Müller en la larga entrevista.

También afirma que la reforma del Papa de la Curia Romana, que se detalla en la constitución apostólica Praedicate Evangelium (Predicar el Evangelio) está "privada de cualquier visión eclesiológica coherente".

"La Curia Romana se ha reducido a un negocio que trabaja para proporcionar asistencia a los 'clientes', las conferencias episcopales, como si fuera una empresa multinacional y ya no un cuerpo eclesial", dice el cardenal alemán. "Anunciar el Evangelio no es una prerrogativa de la Curia", dice; más bien, es un órgano de gobierno.

 

Protestantización

A lo largo de estas páginas, el cardenal Müller parece ser más intransigente que nunca en la doctrina, posicionándose como el guardián del dogma. Reafirma fuertemente su oposición a la ordenación de mujeres sacerdotes, afirma firmemente que las relaciones homosexuales son "antinaturales" e insiste en que las conclusiones de la última asamblea sinodal sobre la familia carecen de fundamentos teológicos.

En cuanto a la "sinodalidad" promovida por Francisco, el cardenal dice que pone a la Iglesia en peligro de ser "protestante". También critica la renuncia de Benedicto XVI, que cree que debería seguir siendo un acto "excepcional", ya que corre el riesgo de debilitar el oficio papal.

El ex prefecto de la CDF también condena el acuerdo que la Santa Sede firmó con China en 2018 sobre el nombramiento de obispos. Lo compara con uno anterior que hizo con la Alemania de Adolf Hitler. Lo llama un "pragmatismo" comprensible, pero lamenta que el contenido del acuerdo no se haya hecho público.

Curiosamente, el cardenal también se presenta como un discípulo de la teología de la liberación, negando cualquier conexión con elementos marxistas y señalando su amistad con Gustavo Gutiérrez, el sacerdote peruano que es uno de los pioneros de esta corriente teológica. Liberación de la palabra

"Nuestro Señor fue el primero en hablar de los súper ricos. Inmediatamente se puso del lado de los pobres. Criticó a los poderosos y a los que explotan el poder para su propia gloria y no para el bien de la gente", subraya Müller, viendo esta relación con los más pobres como una de las "prioridades" para la Iglesia del futuro. "La teología de la liberación desarrolla el análisis de los problemas sociales aplicando la antropología cristiana", insiste.

Esta nueva entrevista con el ex jefe doctrinal del Vaticano fue planeada antes de la muerte de Benedicto XVI. Resuena como un nuevo manifiesto publicado por un crítico del Papa Francisco que se está preparando para un próximo cónclave.