domingo, 16 de noviembre de 2025

Más allá de Rosalía, la religión repunta entre los jóvenes: "Podemos hablar de brotes verdes y de luces"

El disco 'Lux' de la cantante catalana o 'Los domingos' de Alauda Ruiz de Azúa dan cuenta de un creciente retorno a la fe de la población de 16 a 35 años

Los barómetros apuntan a que la generación más secularizada de la historia da signos de redescubrir lo espiritual, del catolicismo al islam y el evangelismo

Fuente:   El Periódico

Por   Montse Baraza

Barcelona

16/11/2025


Dos jóvenes, en la misa vespertina del domingo en la parroquia de la Bonanova. / Marc Asensio Clupes

Después de años en los que la religión parecía un tema del pasado, especialmente en una sociedad altamente secularizada como la española, un nuevo interés por lo espiritual se cuela entre los jóvenes. El fenómeno 'Lux' de Rosalía, con su imaginería casi mística, ha puesto sobre la mesa algo que las estadísticas empezaban a insinuar: la fe, o al menos su lenguaje, está volviendo y jóvenes de una generación que creció alejada de la religión redescubre, a su manera –vía música, estética o búsqueda interior–, la espiritualidad. El fenómeno es especialmente sentido en la Iglesia católica, y menos entre los musulmanes, donde los niveles de religiosidad son más elevados, y en la Iglesia evangélica y protestante, que tradicionalmente ya contaba con más jóvenes entre sus fieles.

Desde la Iglesia católica, son prudentes, pero el director de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal Española, Fran Ramírez, sí sostiene que "hay un aumento de los jóvenes que se acercan a Jesucristo". Aunque las cifras no reflejan aún con solidez esa tendencia, sí se aprecian "brotes verdes" y algún signo de "repunte", en palabras del arzobispo de Tarragona, Joan Planellas. "Responder con contundencia que los jóvenes vuelven a la Iglesia es complejo, pero sí podemos hablar de brotes verdes y de luces", afirma el obispo. Fenómenos mediáticos como el de Rosalía y su canto a la luz o el de la película 'Los domingos' sobre la vocación religiosa podrían ser síntomas de este fenómeno.

A pie de parroquia, Josep Sellarés, delegado de Juventud del obispado de Sant Feliu de Llobregat, lo ratifica: "Percibimos este aumento. No es que vengan en masa, pero sí vemos a más jóvenes de entre 19 y 25 años".

Partiendo de la base de que la población juvenil actual, de entre 16 y 35 años, es la más secularizada de la historia (solo el 41,2% de personas de entre 16 y 34 años se declaran creyentes, en contraste con el 62,7% de los mayores de 65), se da la "paradoja significativa" de que practican la religión con más intensidad que el resto de grupos de edad. El 13,7% de jóvenes de 16 a 24 años asisten semanalmente a centros de culto, porcentaje que supera en cuatro puntos la media general, situada en el 9,8%. Esta tendencia se mantiene en la franja de 25 a 34 años, con un 10,4% de practicantes.

El factor género también está ahí: según el CEO, los varones jóvenes, junto con los séniors de más de 64 años, son el colectivo más religioso: el 50% dice tener creencias religiosas frente al 32% de sus congéneres.

La práctica, no obstante, varía según la confesión religiosa, dado que los jóvenes musulmanes y los cristianos evangélicos lo hacen más que quienes se declaran católicos. Entre los jóvenes catalanes de 16 a 24 años, el 36,4% se declaran católicos; el 14,5%, musulmanes, y un 6%, evangélicos/protestantes. A la hora de practicar, el porcentaje mayoritario corresponde a los musulmanes (un 67,9% practica semanalmente), seguidos a distancia de los católicos (16,7%) y de los evangelistas (15,4%).

Con los datos en la mano, el estudio, que subraya la complejidad del fenómeno, sí concluye que hay "una suavización del impulso secularizador y una relativa estabilidad de la práctica religiosa".

Uno de sus autores, Víctor Albert-Blanco, hace hincapié en los matices. "Los índices de secularización siguen siendo muy altos, pero sí es cierto que quienes practican lo hacen con más intensidad, cosa que es relevante. Se aprecian movimientos, pero no se pueden desvincular del aumento demográfico y de la inmigración; porque, en el caso del catolicismo, un 30% de jóvenes católicos son de origen migrante y eso es significativo porque explica en buena parte el freno de la secularización", apunta el investigador posdoctoral del grupo Investigaciones en Sociología de la Religión (ISOR) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Más allá del hecho migratorio, el experto lee con "cautela" los datos del repunte del catolicismo: tras ellos también detecta una atracción "simbólica, estética y cultural" difícil de discernir del factor religioso en sí.

Lecturas más interpretativas hacen desde la Iglesia católica. "Los jóvenes están saturados de tanta información y buscan la autenticidad, encontrar sentido", señala Sellarès, que apunta que aquellos que han conocido la religión en casa "se vuelven a mirar especialmente a sus abuelos, en los que veían esperanza y alegría". Entre quienes se acercan a la religión, también hay los que "no saben qué buscan, o que buscan algo que no han encontrado en otras realidades". "Los jóvenes están redescubriendo y se muestran abiertos", concluye.

¿Por qué está ocurriendo esto? Para el arzobispo de Tarragona, uno de los puntos de partida está en el "analfabetismo cultural religioso" de la juventud, que ahora redescubre la religión. "Los jóvenes en general tienen ignorancia sobre el hecho religioso. Un 80% del alumnado que sale de la escuela pública no ha recibido formación. Ante esto, nos encontramos con que hay un interés renovado por algo que no han tenido la oportunidad de conocer". Abunda en esta tesis Ramírez: "La enorme secularización sufrida en los últimos 30 años ha posibilitado paradójicamente un campo abierto y libre de prejuicios para presentar la fe sin ambages. El corazón de los jóvenes está, en gran medida, libre de sesgos, de ahí que el mensaje de Jesucristo sea verdadero y vivo".

Otro factor también apuntado por Planellas es el de la inmigración: "Los inmigrantes están renovando nuestras iglesias, y lo hacen notablemente con jóvenes", apunta el arzobispo de Tarragona, que no lo circunscribe solo al cristianismo, sino que también lo aprecia en el islam.

Un tercer elemento tiene que ver con que la sociedad actual ha "potenciado –afirma– la sabiduría del texto y ha obviado la sabiduría del contexto". "Nos impregnan desde pequeños con que hay que tener muchos conocimientos para tener éxito en la vida. Pero cuál es el sentido de la vida. Los jóvenes se preguntan eso", incide Planellas.

 

El fenómeno Hakuna

En el mundo católico, este repunte viene acompañado de cierto fervor en las formas. Hakuna es uno de estos movimientos de jóvenes que usa de forma significativa la música para expresarse y recurre a fórmulas de encuentro como conciertos, retiros o las llamadas 'Horas Santas'. El pasado septiembre, sin ir más lejos, uno de sus conciertos reunió a unos 30.000 jóvenes en Madrid. Son, en palabras de la Conferencia Episcopal, una "primavera eclesial necesaria y dinamizadora que hay que apoyar" dado que "están dinamizando la propuesta cristiana para los jóvenes". Planellas, sin embargo, apunta a cierta precaución: "Se les ha de saber acompañar. A los jóvenes de hoy les mueve el emotivismo y la fe no es emotivismo. Pero grupos emotivistas bien llevados pueden realizar un buen trabajo".

 

Islam y evangelistas

Sin duda, el impacto de la inmigración en la religiosidad en general y en la juvenil es incuestionable. Y los datos recogidos en el estudio 'La religiosidad de la juventud catalana' así lo reflejan. Desde el islam y el evangelismo hace tiempo que detectan ese incremento de jóvenes en sus filas.

Nariman Ben Rouyain, responsable de EntreJoves (federación de entidades jóvenes de la Unió de Comunitats Islàmiques de Catalunya), confirma que las mezquitas están más llenas de jóvenes. En este caso, lo explica porque "en los últimos años se han activado comisiones juveniles que han hecho incrementar la fe y la práctica". Estas comisiones han tenido un efecto en cadena: "Los jóvenes atraen jóvenes. Es como una cadena", apunta. Entre estos, hay quienes ya practicaban, pero también chicos que, como ella misma, "han vuelto a conectar".

Desde la Federación de Iglesias Evangélicas (FEREDE), apuntan que siempre han tenido un movimiento juvenil importante, pero admiten que "ahora es más visible", especialmente a través de la música y de eventos de transmisión del Evangelio, algunos de ellos muy participativos, como el que organizó el 31 de octubre el movimiento juvenil Lumen Fest, que reunió en Madrid a un millar de jóvenes con el propósito de "llevar la luz del evangelio a las calles". Estas escenificaciones, a través de conciertos, encuentros, danza o arte se están multiplicando", confirma Jorge Fernández, pastor y portavoz de FEREDE.

Desde FEREDE aprecian que "la forma en que los jóvenes llegan a la fe y conectan con la espiritualidad, en cómo se vinculan con la parroquia, ha cambiado. Varían las formas, pero las creencias son las mismas", explica Fernández. ¿Cuál es el cambio? "Ahora, en un contexto de libertad religiosa y de fuerte secularización, muchos jóvenes están sintiendo y viviendo sin complejos esa religiosidad", apunta el pastor evangélico.

Para las iglesias evangélicas, el fenómeno que en España ha alumbrado el giro religioso de Rosalía ya sucedía anteriormente "en otros lugares del mundo". "Creo que es una buena noticia que la espiritualidad se ponga en valor y que se vea que los jóvenes tienen una inquietud más allá de lo material y buscan lo trascendente". Coincide Ramírez desde la Conferencia Episcopal: "La propuesta del mundo actual donde se ofrece únicamente un exacerbado consumismo provocado por un capitalismo deshumanizado se ha demostrado que no cubre la necesidad y el anhelo de felicidad".

¿Podría el 'fenómeno Rosalía' aumentar la religiosidad? "Sin ninguna duda", aseguran desde la Conferencia Episcopal. "Las canciones tienen un poder transformador. Rosalía y otros artistas que se acercan al hecho religioso posibilitan lo natural y lo normal de tener fe", remachan.

 

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